Capítulo 70. Berenice.

En primer lugar, acudí al investigador para saber cómo iba la investigación del derrumbe del almacén. Resulta que la justicia estaba haciendo su trabajo, aunque lentamente. Solicitaron todos los documentos técnicos, así como el vídeo de las cámaras de seguridad, que me permitieron ver. Después de hablar con Máximo, esperaba ver gente acercándose a esa pared, pero nada de esto estaba en el video. Nadie se acercó y nadie la tocó. Pero al final, vi un camión pequeño, que conducía Rick. Kovalsky no mintió, realmente contribuyó de alguna manera al colapso del muro, lo que significa que puede repetir esto en otros edificios.

Después de eso, fui a la redacción del periódico, donde ahora trabajaba Eva. Tuve que convencerla de que estaba haciendo esto no sólo por la venganza, sino también por razones de seguridad. Le conté todo sobre Kovalsky y Rick.

- Créanme, no tenía idea de que él preparara tal cosa, - me justifiqué. - No era parte de mis planes.

- ¿Estás diciendo que no tienes parte en el hecho de que el muro se derrumbó exactamente en el lugar donde tu gente alquilaba un almacén y oficinas?

- Por supuesto que no. El local fue alquilado sin mí, aunque por recomendación de Kovalsky, ni siquiera sabía quién construyó ese maldito edificio. Solo pedí que fuera unas oficinas con almacén, porque estaba pensando en comprar un lote de ropa de cama, toallas y mantelería para mis hoteles, porque me gustan mucho los productos de aquí. Excelente calidad. - Honestamente lo admití.

- Pero todo parece un poco extraño. Después de todo, estallará un escándalo, “Northinvest” sufrirá pérdidas y eso es exactamente lo que estás tratando de lograr. ¿Me equivoqué? - Mirándome directamente a los ojos preguntó mi amiga.

- ¡Sí, tienes razón, estoy interesada a destruir “Northinvest”, pero yo no tengo nada que ver con el accidente! Si Gor tiene que pagar por su arrogancia, entonces está bien. Has visto las opiniones de los expertos. ¡No lo obligué a escatimar en revisar los materiales! El hecho de que Kovalsky haya realizado tal estafa a mis espaldas, tampoco me gustó mucho, por lo que rechazaré nuestro trabajo conjunto en la construcción de un centro comercial y un estacionamiento. Yo también asumiré las pérdidas. Además, esta no es la primera vez. Busca en Internet, cómo se derrumbó el tejado de un complejo deportivo hace unos quince años. El padre de Gor figuraba allí. ¡La historia se repite! - Solté en mi corazón. - No pensé, que no confiaras tanto en mí.

- Confío en ti, pero todo esto es muy extraño. - respondió Eva. - ¿Por qué no le contaste al investigador sobre la conversación con Kovalsky y que reconociste a Rick en el video?

- ¿Cómo? ¿Qué le diré? ¿Que estuve en connivencia con Kovalsky y pagué por sus servicios? ¿Qué le di dinero para sobornos en la alcaldía para quitarle contratos a Gor? Si tú misma no me crees, como me va a creer una persona que no me conoce de nada. – dije y negué con la cabeza.

- Ves, ¿a donde te metiste con tu idiota venganza? Los aires de Italia no te sienten bien.

- Pero ya es tarde de lamentar. Mi única salida de esta situación es intentar que los servicios revisen todos los edificios construidos por "Construcciones North". Y para ello necesito la publicidad de que Gor nunca comprobó la calidad de los materiales y que quizás otros edificios también estén en mal estado.

- ¿Y si Kovalsky está mintiendo? ¿Te imaginas lo que sucederá? Este no es solo un pequeño almacén que necesita ser revisado, son centros comerciales, complejos deportivos, escuelas y mucho más. Cada comisión cuesta dinero y tiempo.

Saqué mi teléfono y le mostré fotografías de facturas de empresas que suministraban materiales para la construcción de ese almacén que se había derrumbado.

- Estas son las empresas, es necesario saber en qué obras se utilizaron sus productos.

Eva tomó mi teléfono e inmediatamente él sonó. Era Gor. Ni siquiera sabía que era su número, pero tan pronto como escuché su voz, colgué la llamada. No tenía nada de qué hablar con él. Fue doloroso escuchar sus falsas confesiones, porque en mi corazón realmente quería creerle, pero eso sería un error. También era un muy mal momento. Bloqueé su número y le di el teléfono a mi amiga. Eva miró las fotos, envió copias a su correo y preguntó:

- ¿Estás segura de que Rick trabaja para Kovalsky?

- Sí. Lo vi dos veces en la casa y que ese día estuviera al lado del almacén no es casualidad en absoluto. No sé qué hizo ni cómo, pero después de eso la pared se derrumbó. - Respondí.

- Bueno, voy a pensar en la mejor manera de escribir ese artículo. – prometió Eva.

- Gracias, - le di las gracias y me dirigí a la nueva oficina de Peter Lister, el jefe de mi equipo.

Peter era mi mano derecha y un corredor de bolsa muy talentoso. Fue con su ayuda que logré triplicar el capital que gané en el negocio de la familia de mi esposo al reestructurarlo por completo. Trabajamos en perfecto tándem. Yo estaba en el negocio hotelero y el turismo, y Lister estaba en el mercado de valores.

- Peter, ¿qué tenemos con las acciones de "Northinvest"? – Pregunté, cuando entré a la oficina.

- En total se pudo comprar el tres por ciento. - respondió.

- Pocos. - Suspiré.

- Es imposible comprar más, o mejor dicho, no nos venderán más. Si se dan cuenta de que estamos comprando sus acciones, las retirarán inmediatamente de la venta. Esto no es “Siemens”, ni “Boeing”, no tienen más del diez por ciento de las acciones en bolsa, todo lo demás está en paquetes grandes que no son tan fáciles de conseguir.

- Escucha, tengo una noticia grande. Storn, uno de los accionistas, me ofreció comprar su dieciocho por ciento de participación. - dije y le conté mi conversación de ayer con el suegro de Gor.

- Eso sería genial, pero un holding como "Nortinvest" tiene unos estatutos que detallan todas las opciones para cambiar a los tenedores de grandes paquetes de acciones. ¿Estás segura de que puede vendértelo? - preguntó Peter dudoso.