No puedo odiarte.

Capítulo 71. George.

El día empezó mal. Albina no acudió a la primera audiencia de nuestro proceso de divorcio, envió a su abogado, quien dijo que su cliente no estaba de acuerdo con el motivo, negando rotundamente a confirmar que yo y Albina llevamos cinco años viviendo separados. Tuve que llamar a mi madre y pedirle que fuera testigo en la próxima reunión, que fijaron en un plazo de dos semanas.

- Te advertí que esto podría llevar años, sino llegáis a un acuerdo. - Dijo Alex, - Pero no te preocupes, si tu madre está de tu lado, en la próxima reunión presentaremos una contrapropuesta e intenta ofrecerle una compensación generosa.

- Ella no quiere dinero, quiere arruinarme la vida. - Respondí y tenía razón.

Storn se negó rotundamente a vender acciones a Alex, diciendo que preferiría perjudicar todas mis empresas desde dentro, incluso en su propio detrimento, que hacerme tal favor. Parecía una amenaza. En esta difícil situación con "Construcciones North", su declaración representaba una amenaza real, pero me mantuve firme. Necesitaba a Nice y sin mi divorcio era imposible conseguirla.

Ya quería ir a casa de los Rodríguez, para hablar con mi amada y pedirle un poco del tiempo, mientras dura este juicio, pero en el camino recibí una llamada del Sr. Torn y me dijo que, si no resolvía los problemas de "Construcciones North" en una semana, traerá el tema de la venta de esta parte del holding a la junta de accionistas. Por un lado, esta era la solución más sencilla para evitar grandes problemas. Yo mismo sabía que “Construcciones North”, era mucho más pequeña en la capitalización que las otras dos empresas de “Northinvest" y, para ser honesto, quizás no traté con la misma atención, por eso llevé las cosas a un estado tan deplorable. Pero esta era la primera empresa de mi padre.

Hacía dos años, "Armera" me ofreció comprarla, pero me negué. No porque no fuera rentable, al contrario, con la venta de "Construcciones North" habría recibido dinero gratis, para no preocuparme por hacer una inversión demasiado grande en China. Pero no pude desprenderme de la parte, que representaba el "alma mater" de mi empresa. Un legado de mi padre, por así decirlo.

Pero no me molestó tanto la posibilidad de vender “Construcciones North”, sino que eso dijo Torn. Él era un accionista más leal y devoto, era muy amigo de mi padre, y para él, como para mí, esta empresa constructora era muy importante, aunque no daba tanto dinero como las otras. ¿¡Qué se podría esperar de todos los demás!?

Lo que más me molestaba, fue que "Construcciones North" no iban a comprar para seguir construyendo edificios, a simplemente la trocearan y se fusionaran por partes a otras empresas. No podía permitir esto. No quería.

Sentí que las cosas empezaban a salirse de control y en lugar de pasar una agradable velada con Nice y Erika en el zoológico, como planificaba, tuve que ir a la policía para averiguar qué habían descubierto. Pero más de lo que ya sabía, no me lo dijeron, aunque me permitieron visitar el lugar del accidente, ya que la investigación casi había terminado.

Entonces llamé al arquitecto jefe y capataces de “Construcciones North” y pedí reunirme con ellos allí, en el lugar de los hechos. Pasé toda la tarde con ellos, preguntándoles qué podría causar el colapso, a parte de los materiales defectuosos.

- Todavía no puedo decirlo con un 100% de precisión, necesitamos hacer más pruebas, pero me parece que este es el efecto "Terremoto". - dijo el arquitecto jefe.

- ¿Cómo es esto? - Pregunté.

- Ahora sabemos que los materiales no cumplían con la norma, por lo que con el tiempo se hundieron. – dijo él, desviando la mirada. - Lo más probable es que los bastidores se colocaran en el interior de la pared y se reforzaran contra la pared, lo que probablemente provocó grietas. Un vehículo pesado pasó varias veces en el exterior cerca de la pared y una carretilla en el interior. La vibración del piso pasó a la pared, formando aún más grietas, y como los bloques también estaban defectuosos, las grietas se extendieron a lo largo de ellos, como resultado, la pared no pudo soportarlo y se derrumbó.

- ¿Entonces este es un accidente del que usted y yo tenemos la culpa? – exploté.

Desde luego, esperaba escuchar algo destino, de lo que me dijo el investigador de la policía.

- No, más bien sí. No lo hemos comprobado la calidad de los materiales. Pero no sabíamos, que unas empresas, con las que trabajamos tanto tiempo nos pueden estafar de esa manera. - El arquitecto jefe bajó la cabeza.

- ¡Maravilloso! ¡¿Qué quieres que haga ahora?!

- No lo sé.

La respuesta no me convenía, pero ya no esperaba otra. Mi cabeza empezó a trabajar febrilmente. ¿Qué hago? ¿Cómo llegaron a mí estos materiales defectuosos? ¿Alguien hizo a propósito? ¿Por qué en este accidente esta implicada exactamente “V&A”? ¡No parece a un simple accidente!

- Okey. ¿Puedo saber exactamente quién es el fabricante de estos materiales?

- Sí, el análisis químico puede averiguarlo. Nosotros tenemos las pruebas de otros y podemos comprobar. – respondió el arquitecto jefe.

- Necesito saber urgentemente de dónde surgió este marrón.

- Bien. No creo, que cambiaron mucho la tecnología y materia prima. Lo descubriré en una semana.

- ¡No! Necesito una respuesta en dos días. – exclamé.

- Pero esto es imposible. – intentó negar él.

- ¡Esto no es posible! ¡Esto! - Grité, señalando las ruinas.

Me di la vuelta y me fui. No tenía nada más que hacer aquí. Me subí al auto y me dirigí a casa, porque en ese estado de ánimo, lo único que quería era masacrar mis puños en un saco de boxeo y no hablar con la mujer que amo sobre nuestro futuro. Pero las cosas salieron mal, haciendo mi vida aún más difícil.

Mientras conducía hacia mi casa, vi un Mazda de Nice que salía por las puertas de mi complejo residencial. Me sorprendió, pero no desaproveché la oportunidad, ya que ella misma acudió a mí. Bloqueé su camino con mi jeep y toqué la bocina y hice señal con los faros. Ella intentó rodearme, pero un poste de luz se lo impidió. Pensé que estaba a punto de dar vuelta para regresar al estacionamiento del complejo, así que despejé el camino y me detuve a un lado de la carretera. Nice dio gas y se fue. No tuve más remedio que seguirla, tocando la bocina y encendiendo las luces. Esta persecución duró unos minutos.




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