Capítulo: 6

—Buenos días, desayunen para irnos a la escuela—digo al ver a mis pequeños entrar al comedor. 

—Papá va también—pronuncia Hasly—dijo que va. 

—¿Qué edad tiene nuestro padre, mamá? —cuestiona Hasher. 

—38 años. 

—¿Puede venir a cenar con nosotros? —pregunta Hasly y me quedo pensativa, definitivamente estar cerca de Marcos me afecta todavía, miles de recuerdos dolorosos vienen a mi mente cada vez que lo veo e incluso siento algo de miedo cuando está cerca, no es para menos luego de lo que sucedió la última vez que nos vimos antes del divorcio. 

—Ya veremos—termino respondiendo y volteándome para traer el serial, tampoco quiero que mi rechazo a Marcos se haga evidente ante los niños y afecte su relación con él. 

—Cuando papá viva con nosotros te ayudaré a hacer la cena mamá—dice Hasly y cierro los ojos quedándome en silencio, lo mejor es que por el momento no diga nada pues ambos están muy emocionados con su padre. Tocan a la puerta y casi salto del susto, me volteo y cuando abro volteo mis labios a un lado en señal de desagrado al ver a Marcos allí. 

—Buenos días, cariño he traído unas donas para que los niños desayunen—pronuncia dejándome asombrada y entra ignorando por completo que no lo he invitado. 

—Mis niños ¿cómo amanecieron? —pregunta y Hasly se levanta y corre a abrazarlo. 

—Papá, que bueno que viniste—dice tomando la mano de Marcos y halándolo hasta la mesa—desayuna con nosotros—pronuncia y Marcos antes de sentarse besa la frente de  Hasher que ni se ha movido de su asiento. 

—¿Te pasa algo campeón? —cuestiona y el pequeño responde. 

—No—luego mira la comida y continúa desayunando, pero conozco a mis hijos y obviamente a Hasher no le ha agradado Marcos tanto como a Hasly. 

—Papá, hoy puedes venir a almorzar con nosotros. —pronuncia Hasly y yo me mantengo observándolos de lejos. 

—Hagamos algo mejor, les cuento, cuando empecé a hacer negocios aquí compré una casa, muy linda y grande—dice observando con un poco de despecho el lugar pequeño y sencillo donde vivimos—solo la tenía para venir a hacer negocios, quiero que vayan y almorcemos allí, así irán conociendo la casa donde viviremos juntos—pronuncia dejándome boquiabierta. 

—Marcos sabes que eso no sucederá—me atrevo a intervenir y ambos niños me miran. 

—¿Por qué mi vida? ¿Quieres que regresemos a nuestro país? —pregunta como si en verdad no supiera a qué me refiero—Solo lo decía porque los niños ya están adaptados a vivir aquí... 

—No Marcos, no me refiero a eso, tú y yo nunca viviremos de nuevo bajo el mismo techo ni aquí, ni en Francia ni en ningún país. 

—Yo si quiero que vivamos todos juntos—interviene Hasly y Marcos la mira y sonríe. 

—Puedes visitar a los niños cuando quieras...llevarlos a tu casa los fines de semana, pero no viviremos juntos. Hasly, Hasher, yo los amo, su papá también, pero somos una familia diferente, en su escuela también hay niños cuyos padres están divorciados y eso no es malo, siempre y cuando nos llevemos bien. 

—A mí me gusta vivir en esta casa—opina Hasher. 

—Si cariño esta es tu casa y somos felices aquí. 

—Aún no has visto mi casa Hasher, cuando la veas te va a encantar, tiene una piscina gigante y un campo de golf y un jardín enorme donde podrás jugar con tu hermana. 

—Aquí también juego y no me gusta el agua—reprocha Hasher.

—Igual te tendrás que ir adaptando. Después de todo viviremos allí todos juntos porque yo sé que tu madre nunca aceptaría estar lejos de ustedes—pronuncia haciendo evidente que me está amenazando, si no regreso con él reclamará la custodia de los niños y sé que es capaz de eso y mucho más y con todo el dinero que tiene puede lograr muchas cosas. 


—Ya vamos a la escuela—intento disuadirlo y cambiar el tema ante los niños. Por lo visto Marcos quiere que regrese con él incluso contra mi voluntad, incluso por las malas y eso solo me demuestra que sigue siendo el mismo hombre dominante y obsesivo de siempre. Tengo que ponerme en contacto con mi abogado  antes de que sea demasiado tarde.