No seas otro error (en edición)

Capítulo 3

Emmanuel García

—¡Mierda, mierda y más mierda! —rechisto, una vez llego  al establecimiento.

Había recibido un correo de la oficina de admisiones en donde me pedían que me acercara al lugar antes de las 6:30pm para hacerme entrega de un sobre con información importante sobre mi solicitud de beca. ¿El problema? Había visto el correo muy tarde, para ser más exacto a las seis —justo cuando mi mamá llegó a casa— y la oficina quedaba a veinte minutos…en automóvil. Así que en resumidas cuentas, estaba jodido y si el reloj marcaba las 6:30pm, todo lo que corrí de casa hasta acá habría sido una total pérdida de tiempo y energías.

Entré al lugar y lo repasé con la mirada, solo habían dos personas, excluyendome a mi y una de ellas era la que se encargaba de manejar todas las diligencias de la oficina. Miré el reloj que se encontraba en una de las columnas del lugar y sonreí, apenas eran las 6:28 pm así que relativamente había llegado justo a tiempo.

Estaba dispuesto a sentarme en una de las sillas del lugar, hasta que la muchacha que se encontraba tras la recepción me llamó.

—Siguiente —Su voz era dulce y no fue hasta que me acerqué a ella que noté que era demasiado joven, si mis cálculos no fallaban debía tener entre veinte y veintidós años.

En su cara se notaba el cansancio por la jornada de trabajo y no pude evitar sentirme un poco culpable por haber llegado hasta ahora. ¿A quién engaño? Me daba totalmente igual, al fin y al cabo había llegado antes de la hora estipulada.

—Nombre, por favor y en qué puedo ayudarlo —indica sin retirar su mirada del computador que tiene al frente.

—Emmanuel García, recibí un correo en donde me decían que me acercara a las oficinas para recibir un sobre respecto… —No pude terminar mi discurso, porque me vi interrumpido por la voz de una chica que acababa de entrar al lugar.

—Kiabeeth —Llama la chica alargando un poco la “e” al hablar—. ¿A qué hora piensas salir? Tu turno acabó hace… un minuto —reclama y luego se ubica junto a mí, frente a la recepción.

La chica de la recepción la mira con un poco de incomodidad y luego dirige su vista a mi. Tenía los ojos verdes con un tono de gris dentro de ellos; podía notar como dentro de su cabeza estaba pidiendo a la tierra que se la tragara y a mí me pareció un poco graciosa la situación.

—Kiriat, por si no lo notaste, estoy terminando de atender al último citado.  No te vas a morir por esperar un minuto mas. —Acota en respuesta y su mirada choca con la chica que está a mi lado, cuyo nombre parece ser Kiriat.

La aludida evita la mirada de su ¿amiga? ¿hermana? No lo sé. El punto es que sus ojos se posaron en mí y en su cara se formó una expresión de repugnancia. Levanté una de mis cejas, esperando a que me dijera algo, pero por el contrario volvió su atención a la otra chica.

—Claro, este debe ser otro de esos tarados que llegan tarde y creen que pueden jugar con el tiempo de los empleados —alega, ignorando totalmente que estoy junto a ella.

Mi mamá me había enseñado a defenderme, así que quedarme callado en esta situación, no era una opción y no la sería nunca, menos si me estaba insultando.

—¿Disculpe? Me citaron aquí antes de las 6:30pm y llegué antes de esa hora. Además, ¿quién es usted para decirme “tarado”? —respondo molesto y me cruzo de brazos, esperando una respuesta de la rubia que tenía al lado.

—Yo —Se señala en el pecho con el dedo índice—, soy la hermana de la persona a la cual le estás quitando tiempo de descanso y creeme, no le pagan lo suficiente como para quedarse más tiempo del necesario. —Me mira seria y me es inevitable sentir un poco de ternura. Era baja de estatura, no tanto como Eileen, pero sí lo suficiente como para tener que levantar la cabeza para mirarme, aun así conservo mi postura.

—De hecho, el tiempo se lo está quitando usted porque de no haber llegado a interrumpir, su hermana habría terminado su turno a tiempo —aclaro y le sonrío triunfante.

—Bueno ya, parecen dos niños discutiendo. Kiriat ya te dije que me esperes un par de minutos y no se discute mi decisión —interrumpe la mayor y mira con una expresión seria a su hermana.

Kiriat me mira molesta y en medio de quejas y murmullos, sale del lugar derrotada. Sonrío pícaramente y luego dirijo nuevamente mi atención a la otra chica, cuyo nombre no recuerdo.

—Bien, me decías que tu nombre es Emmanuel García y algo de un sobre ¿verdad? —pregunta y yo asiento con la cabeza. Ella comienza a teclear algo en el computador, para luego buscar entre algunos documentos que tiene sobre la recepción, el dichoso sobre. Cuando lo encuentra, sonríe y me lo tiende.

—Aquí tienes y disculpa por las molestias con mi hermana, no está muy cuerda que digamos —Se disculpa y yo le sonrío.

—No hay problema, perdón también por quitarle cinco minutos de su descanso. —Ambos reímos y sin más que decir, salgo del lugar.

Doy unos cuantos pasos y la curiosidad me gana, así que me decido a abrir el sobre para ver qué contiene. Rasgo la parte de arriba cuidando de no romper lo que haya adentro, me sonrío y luego mi atención es robada por unos murmullos que se oyen a lo lejos. 

A unos cuantos metros de mí se encuentra la rubia con la que tuve la discusión hace unos minutos, me mira con furia y lo único que hago es ignorarla y seguir con mi camino. Cuando ya estoy lo bastante lejos de la oficina, me detengo y con emoción saco el contenido del sobre. Leo la hoja y lo que encuentro me es imposible de creer:

“Estimado, Emmanuel García

Es un placer para la universidad de Cambridge informarle que ha sido admitido para hacer parte de la estrategia “Adelanta tus estudios” en el programa “ingeniería aeroespacial” con una beca completa durante el semestre de duración de la estrategia. Lo esperamos en un par de meses para continuar con los trámites de su matrícula.




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