No soy la villana

Celos

El ser humano está plagado de sentimientos, buenos, regulares y malos, algunos se inclinan por uno o por otro, y también los hay términos medio, si soy sincera, me considero una buena persona, me gusta ayudar en la medida de lo posible y siempre creo que las personas hacen cosas sin querer, como Nadine.

Si debo ser sincera, ella me llevó a conocer la parte más oscura de mí, una que creo tienen todos los seres humanos pero que muchas veces, no logra salir con facilidad.

El mayor sentimiento que hizo surgir en mí fueron los celos, empezó con mis amigos, ellos parecían prestarle más atención, sin embargo, me justificaba diciendo que era por el poco tiempo que les daba, después de todo tenía otras obligaciones que crecían conforme a mi edad, había tanto que aprender, memorizar, tantos protocolos que sentía que me volvía loca. Así que intente calmarme con aquello.

Pero lo peor vino cuando comenzó a ser cercana a Bénézet, quizás porque lo amaba, y en mis locas fantasías yo debía ser la única para él, su amada, su amiga, su confidente, su todo. Sentía que no necesitaba a nadie más que a mí, pero la realidad es que él debía ser cercano a su pueblo como futuro emperador, y con esa mentira, intenté calmar estos celos, sentimiento que Nadine supo identificar con facilidad y uso en mi contra.

- Lo siento –la escuché llorar mientras se cubría la cabeza, en mis manos tenía un libro bastante pesado sobre la historia del imperio. Me había quedado viendo preocupada por aquella caída, y también extrañada esa extraña reacción–, no me pegues –mi cara de sorpresa debió ser gigante, pero lo que pasó a continuación, me hizo ver, por primera vez tras casi cuatro años, la verdadera personalidad de Nadine y lo que buscaba.

- ¿Qué demonios crees que haces? –el grito de Greg me había asustado tanto que había dado un respingo, aquello hizo que el libro se moviera conmigo y pareciera que quería pegarle, o al menos, eso fue lo que creí que él vio.

- Yo no –niego, él se acerca con paso rápido para ayudarla a ponerse de pie.

- No pensé que fueses así Lydie, me decepcionas –niega sin siquiera mirarme, intento defenderme pero las palabras no salen, tenía un gran nudo en la garganta que no me permitía decir nada. De un momento a otro, vi como se alejo con ella en brazos.

Esto fue sin duda, el inicio de todo lo que vino después, notas con amenazas, objetos rotos, sus cosas en el agua o quemadas, siempre estaba en el lugar y momento equivocado.

- No era mi intención –la veo llorar, trago saliva, esto iba a terminar muy mal para mí, por accidente uno de los anillos se había atorado en el encaje de su vestido y se había rasgado.

- Si la emperatriz viera tu comportamiento, ¿tanto te molestó que bailará con ella gran parte de la noche? –y ahí estaba de nuevo, sólo que esta vez era peor, esta vez Bénézet era quien la defendía, él que había jurado protegerme y cuidarme como su futura emperatriz, se ponía de su lado, no me creía–, tal vez mis padres se apresuraron con este matrimonio –y aquello termino de romperme.

- Fue un accidente, de verdad –lloro intentando tomar su brazo, él arroja mi mano con un manotazo, gimo por el dolor y sobo mi mano entre adolorida e incrédula.

- Los celos no son un accidente Lydie, y si sigues con esto, me veré en la necesidad de tomar medidas –sin más, cubrió a Nadine con su saco y la llevo dentro, dejándome ahí sola, triste y rota.

No sabía que todo podría ponerse peor, mucho peor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.