No soy la villana

No me importa

Étienne:

Había visto a la duquesa de Chevalier acercarse a mi hermana, eso me había puesto en alerta, nada bueno salía de esa familia, era bien sabido que su padre era un tramposo, ambicioso y manipulador, había escuchado decir a nuestro mayordomo que las manzanas no solían caer lejos del árbol, me preocupaba que Rose estuviera en problemas por culpa de esa chiquilla.

Lo que no esperaba, era su reacción al ver al insufrible de Bénézet, nadie sabía pero nuestra familia estaba emparentada con la familia imperial, una tía abuela había sido emperatriz, pero como mi abuelo había caído en desgracia, lo habían ocultado, sin embargo, la madre de él solía invitarlos, y siendo ella la emperatriz, no podíamos negarnos.

Parecía casi asustada cuando la había visto derretirse de amor por él, además de que se perfilaba para ser la futura emperatriz, pero tras lo ocurrido, parecía que eso no era una opción ahora.

- Ella lucía diferente ‒escucho decir a Rose mientras caminamos al salón, asiento‒, pero es linda, se pone nerviosa con facilidad y se sonroja, me agrada y me ha pedido ser amigas para siempre, aunque no sé bien que quiere decir ‒ríe ante eso, nunca creyó que ella fuera así, siempre solía verla muy altiva, pero a pesar de esto, no bajaría la guardia, si intentaba dañar a su hermana, le iría muy mal, poco le importaba que fuese de una casa superior.

 

Lydie:

Nada más entrar al salón me había desinflado, aún sentía la adrenalina corriendo por mi cuerpo, no sabía si eso lo había hecho enfadar mucho o si sólo estaría sorprendido, respiro intentando calmarme varias veces, una vez que lo logro me siento en mi lugar.

- Hola Lydie, ¿no me viste en la entrada? ‒la voz de Adelaine me hace saltar.

- En realidad, si lo hice ‒comienzo a sacar mis hojas de la mochila‒, pero no me apetece hablar contigo ni con ninguno de esos tres ‒me giro y le sonrío como si nada, su cara de sorpresa es épica.

- ¿Te hicimos algo malo? ‒muerdo la cara interna de mi mejilla, me daba pena verla así, pero recordar mi muerte era suficiente para que esos sentimientos se fueran, toco mi cuello, esa sensación era horrible y casi asfixiante.

- No, sólo me cansé de ser su amiga, eso es todo, encontré a alguien mejor ‒digo como si nada‒, oh, ahí viene, Rosie, aquí, aquí ‒le hago una seña con la mano para que se siente a mi lado, su cara pasa de la sorpresa a la aceptación, camina hacia mí.

- Yo me siento contigo desde que iniciamos ‒la voz de Adelaine me hace girarme a ella.

- No me importa Adelaine, siéntate en otro lado, ahora se va a sentar Rosie conmigo, déjala pasar ‒hago un movimiento con mi cabeza, ella toma su mochila y camina hacia atrás.

- ¿De verdad puedo sentarme? Sé que ella siempre se sienta junto a ti ‒mira con pesar a mi prima.

- Claro que sí, ella ya no me agrada, y ahora eres mi mejor amiga así que me gustaría que te sentarás conmigo, ¿sí? ‒le pongo los ojitos de gato de Sherk, ella asiente sonriendo, toma asiento y veo a su gemelo sentarse detrás, puedo ver que no le agrado, y si debía ser sincera, no lo culpaba ya que me había hecho de una mala reputación, sobre todo porque mis mejores amigos pertenecían a buenas casas y mi padre hablaba pestes de las casas poco afortunadas, pero le demostraría que quería ser una amiga sincera para Rosie, y esperaba se volviera mi aliado, porque había una cosa importante que debía hacer, y necesitaba a alguien más a parte de Rosie o mi hermano para llevarla a cabo, debía sacar a Bastián de aquella celda y ponerlo a salvo.

- Ly, él es mi hermano gemelo Étienne, hermano, ella es Lydie, ¿está bien si te llama Ly? No sé si quieres ‒me mira dubitativa, asiento.

- Prefiero llamarla Lady Chevalier, y es mejor si me llama por mi apellido ‒me mira con una seriedad de muerto.

- Esta bien, haré como me pide monsieur Lefebvre ‒le sonrío, si que sería un hueso difícil de roer.

- ¡Lydie! ‒una muy conocida voz me hace girarme, lo miro con cara de póker, él era otro de los personajes que saldrían de mi vida.

- Duque Fournier ‒digo sin emoción en mi voz, puedo ver su cara de sorpresa ante ello‒, debe tomar asiento, la clase pronto va a comenzar ‒sonrío de manera falsa, me giro hacia Rosie ignorándolo por completo, los gemelos me veían como si me hubiese vuelto loca, y quizás era así o sólo era yo intentando salvarnos. De reojo lo veo alejarse, suspiro aliviada de manera interna, seguro que Adelaine le diría lo que pasó, esperaba que eso le dejara en claro que no los quería más como amigos.

- Creí que eran amigos ‒escucho a Étienne susurrar con asombro.

- Éramos, no me convienen, la verdad ‒me encojo de hombros, quería reírme de sus caras de sorpresa, pero eso no sería bueno, menos cuando planeaba tener de mi lado al gemelo mayor.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.