No soy la villana

Días pasados, un mañana radiante

Darice:

Estaba sola en mi habitación pensando en cómo había logrado vivir en este mundo durante casi medio año, ¿o podría decir que sobrevivir? Tenía un techo, trabajo, amigos que se habían vuelto como una familia.

- Creí que dormías –la voz de Teo me saca de mis pensamientos.

- Escribía mi carta de cada noche –le muestro las hojas, él asiente antes de sentarse en la cama.

- Quizás no tenga nada que ver, pero hoy en recepción estaban pasando anatomía de Grey, ya sabes –dice rodando los ojos por la ironía, asiento, se acomoda a mi lado y entrelaza nuestras manos, no se había sentido romántico de ninguna manera, nunca, era más bien fraternal, me acomodo y recargo mi cabeza en su hombro–, y salió la escena donde Yang le dice a Grey que es su persona, y pensé que me gustaría ser tu persona, igual que lo fue Theodore en tu otra vida, pero no sé si eso se pregunta o sólo se demuestra –dice apenado, sonrío comenzando a llorar.

- Quiero que seas mi persona –lo abrazo con fuerza, el frota mi espalda.

- Entonces lo soy, y espero algún día ser tu persona –rio bajito.

- Ya eres mi persona Teo, me has visto en la peor versión de mi misma, y aquí sigues, no te rendiste, me cuidaste cuando no tenías que hacerlo, me abrazaste cuando sentía que no podía sostenerme más, eres mi persona ahora y siempre –besa mi cabeza sonriendo, mi querido Étienne, ahora no estoy sola, quisiera que estuvieras aquí, pero donde sea que estés, espero que en alguna vida nos toque volver a coincidir. Te amo ahora, antes y para siempre.

Casi una semana después, propusieron salir a un pequeño pub cerca del refugio, nunca había ido así que sonaba bien.

- Buena música, comida y bebidas accesibles, un gran plan –canturrea Bas contento, siendo joven le emocionaba este tipo de cosas.

- Entonces en Moe's a las nueve, espero a esa hora ya estemos todos libres –asiento a lo que dice Teo, desde la plática de esa noche, Teo se ha vuelto más sobreprotector, sobre todo con Bazyli, ese tipo buscaba pelea en la clínica cuando los doctores no estaban, y si bien me defendía, a veces decidía ignorarlo, pero a veces tiraba de mi brazo y cuando Teo vio eso, lo llevó a una habitación vacía y le dio un puñetazo con una advertencia, seguía metiéndose conmigo pero ya no me había vuelto a sujetar, supongo que le dolió.

- Muy bien –sonrío animada, cada vez me costaba menos sonreír, incluso cuando los recordaba ya no sentía esa sensación de pérdida total, los extrañaba como el demonio, pero agradecía la nueva familia.

Por suerte en el hospital había estado tranquilo urgencias, así que había podido salir una media hora antes, no iría al refugio porque había llevado mi ropa, así que llegaría temprano.

Miro la dirección en el teléfono que Bas me regaló, claro que me había negado, era algo costoso y por demás sofisticado para mí, pero no me había dejado en paz hasta que lo acepté, suspiro viendo el mapa, estaba cerca del lugar cuando escucho una discusión, me quedo quieta y comienzo a acercarme al lugar, entonces veo a un chico alto forcejear con un tipo musculoso, intentaba quitarle algo de las manos, había una mujer en el suelo desmayada.

- La policía ya viene –grito acercándome a los hombres, señalo mi teléfono donde había iniciado la llamada, y como si fuera en cámara lenta, logra zafarse y lo apuñala en el estómago, grito de horror cuando lo deja caer, se gira a mí y me preparo para pelear, Teo me había enseñado algo de defensa y esperaba que lo aprendido en la calle me sirviera. Pero en lugar de arremeter contra mí comenzó a correr, me apresuro hacia el chico, de reojo a la mujer, no parecía estar herida a diferencia del chico, me quito el suéter para hacer presión, tomo mi teléfono y esta vez sí marco al 911.

Tras decirle mi ubicación, informar lo que pasó así como el estado de ambos, además de explicar que trabajo en el hospital y que estoy haciendo presión, me indican que no tardará la ambulancia, gracias al cielo estaba cerca donde trabajo.

- Por aquí –escucho a un hombre gritar, cuando se acerca lo reconozco, es Steve, el paramédico del turno nocturno–. Nosotros nos encargamos Dar, buen trabajo –me sonríe, era un hombre cerca de los cincuenta, bastante agradable.

- Bien, igual tengo que declarar –hago una mueca al ver a los policías.

- Buenas noches señorita, si es tan amable de acompañarme a la comisaría –asiento caminando junto a la mujer policía, me suben a la patrulla y espero que el chico este bien.

 

Bastién:

- ¿No creen que ya se tardó? –miro mi teléfono por cuarta vez en cinco minutos, parecía un paranoico, pero no podían culparme, ella era bastante nueva en esta parte de la ciudad, así que era normal que me angustiara por ella.

- Seguro se quedó ayudando a alguien, ya sabes cómo es ‒dice Teo encogiéndose de hombros, suspiro y asiento.

- Es ella ‒dice Rosie alzando su teléfono, contesta la llamada cubriéndose el otro oído‒. Hola Dar, ¿qué?, ¿estás bien? ‒hace una pausa y asiente como si ella pudiera verla, me pongo en alerta junto a Teo‒, está bien, te vemos en el hospital ‒suspira antes de colgar.

- ¿Le pasó algo? ‒el primero en soltar la pregunta es Teo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.