¡ No te acerques a mi mami !

Capítulo 05 «Nico el crítico»

Capítulo 05
«Nico el crítico»

En el interior de la casa, mientras Marie hablaba aún con André, Nico se encontraba observando esa bolsa de comida con detenimiento.

Olfateaba muy bien antes de abrirla ni siquiera. Agarró un par de guantes y se dispuso a abrirla. Necesitaba saber qué era lo que contenía esa bolsa, y, de esa manera, podría asegurarse de si era apto para comer y no contenía ninguna clase de toxina.

Ellos no se acostumbraban a recibir comida de otra persona, solo con unas pocas excepciones como las señoras Smith o Johnson.

—Todo luce bastante higiénico —murmuró para sí mismo, con un tono de desconfianza.

Sus ojitos estaban entrecerrados mientras revisaba de manera más cercana. No podía permitirse el lujo de hacer que alguno de ellos fuera envenenado con la comida. Su vecino no le daba buena espina y viendo que quería estar cerca de su madre, no era buena señal.

»Tendré que tener el número de la policía y emergencias a mano, si mamá quiere comerse esto —expuso una vez más en un murmullo, lanzando un suspiro un poco frustrado.

Los minutos pasaron mientras él continuaba analizando esas porciones de comida, hasta que Marie finalmente despidió a André y regresó al lado de su hijo, con un semblante un poco extraño.

—¿Todo luce bien? —susurró acercándose para tener mejor visión de lo que su hijito estaba haciendo.

Él era una de las personas más cuidadosas a la hora de comer, incluso más que ella. Eso, antes de preocuparla, le daba la seguridad de que, sin importar dónde se encontrara Nico, él iba a cuidar adecuadamente de él mismo, incluso cuando ella no estuviera más.

—Lo hace, mami. Creo que podemos comerlo, no tiene veneno —una pequeña risita escapó de los labios de Marie mientras sacudía su cabeza de un lado a otro.

A la mañana siguiente, Nico debía sacar la basura, momento que André aprovechó para intentar hacer su primer acercamiento al niño. En la noche anterior, él había intentado sacar un poco de información de Marie acerca de lo que sucedía con su hijo, y de la relación tan cercana que tenían. Se escudó de que sentía envidia de la relación que ella tenía con su hijito, pues, era hijo único y nunca supo lo que era compartir en una familia.

Marie, como era costumbre, no respondió directamente, así que André no tuvo más opción que intentar tocar un poco su corazón, al inventar que hubiera tenido un hermano menor de la edad de Nicolás si su madre no hubiera tenido problemas de salud.

Por supuesto, Marie se percató de que mentía y decidió alejarse. Hasta que, por fin, le habló con un poco de sinceridad, le dijo que estaba solo en ese vecindario, por lo que le gustaría acercarse a sus vecinos, incluyéndolos en eso a ella y a Nicolás, pues, se le hacía una familia bastante interesante.

A pesar de que Marie dudó un poco, terminó accediendo y le dio una pequeña pista de los intereses de su hijo. Pues, muy dentro de ella, sentía que Nicolás debería interactuar con más personas y, teniendo en cuenta de que al pequeño no le agradaban tanto los niños de su misma edad, sus opciones estaban bastante limitadas.

—Buenos días, joven Nicolás —saludó sacando una de su bolsas de basura que realmente estaba llena con lo primero que se le atravesó.

—Buen día, señor André —inclinó la cabeza en una señal de saludo y se encaminó a la entrada de casa.

—¿Cómo le pareció la comida? —elevó un poco el tono de su voz solo para ser escuchado.

—Estuvo bien, le agradezco —dio un paso más hasta que las palabras de André lo frenaron en seco.

—La cociné yo —admitió—. No se me da muy bien la comida, así que, ¿le parece si me dice cómo le supo y qué puedo mejorar? —Escondió un poco su sonrisa al ver que Nicolás mordía un poco sus labios para calcular qué tanto debería decir.

Marie le había dicho que a Nico le gustaba la cocina, así que ese sería su modo de acercarse al pequeño, y, por consiguiente, a su madre. Si se ganaba al niño, se ganaba a la madre. Debía elaborar un plan infalible.

—Podría pedirle la opinión a un experto. En la ciudad hay muchas clases de cocina —mantuvo la calma, pues, sí tenía un par de comentarios que hacer, pero no quería quedar como un niño muy entrometido.

—No, me gustaría saber qué opinión tiene usted de mi plato, por favor.

—¿Está preparado? —se giró un poco para verlo directamente a los ojos. En ese momento, un poco de duda cruzó por la mente de André; sin embargo, no se detendría tan fácilmente y asintió. Nico tomó unos instantes para pensar y una bocanada de aire—. Bueno… primero que nada, no está mal, pero creo que le falta un poco de sal. La salsa estaba un poquito aguada. Parece ser que los vegetales podrían haber estado más crujientes. También noté que la textura del arroz estaba un poco pasada, y la carne podría estar más jugosa.

André se atragantó un poco con su propia saliva y sintió cómo ese niño hacía puré toda su habilidad culinaria.




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