No te contengas

25. "L&O"

—Olivia, ya es tarde. Despierta.

—¿Por qué tan temprano?

—Es Domingo. Sabes lo que significa, ¿verdad?

—¡Yupi! —Me puse de pie sobre la cama, tirando las sábanas al piso y comencé a saltar.

—¡Así es cariño! ¡Día de lago en familia!

—¡Sí!

Fui al baño rápido, me vestí y elegí mis sus juguetes favoritos. Cerré la puerta de mi cuarto, y con mi mochila colgando en la espalda, corrí por el pasillo escaleras abajo. La abuela, sentada en el sofá, me abrazó. La puerta de entrada estaba abierta y mamá salía de la cocina con unas canastas de picnic.

—¡Feliz cumpleaños, Olivia! —Mamá dejó todo en el suelo y me abrazó con fuerza —. ¡Mi hermosa princesa, felices 10 años! —Sonreí—. Andando, sube al auto.

Mis trenzas se meneaban en lo que corría al auto. Abrí la puerta trasera con dificultad, y para mi sorpresa, alguien ya estaba en el asiento.

Era unos años mayor. Traía las piernas cruzadas sobre el asiento, short, un buzo grande y una capucha de donde salía una larga cabellera castaña. Tenía unos auriculares conectados al teléfono que estaba sobre su regazo y veía al horizonte con indiferencia.

<<Maleducada>> pensé <<ni siquiera me ha dicho feliz cumpleaños >>. Mis padres cargaron lo necesario en el baúl y se adentraron al automóvil.

Mamá se dio la vuelta y le quitó los auriculares. << ¿Acaso le has dicho feliz cumpleaños?>>. La muchacha me observó, frotó mi cabeza y volvió a colocarse los auriculares.

Papá condujo unos minutos por la carretera. Todos contemplamos la hermosa vista que nos regalaba la naturaleza de Stenill. Habíamos vivido toda la vida allí. Estaba un poco deprimida por la partida de Luca, pero pasar un día de parque en familia me reconfortaba de alguna forma.

—¡Llegamos!

— ¡Si! ¡Papá, baja mi bicicleta, por favor! ¡Por favor! ¿Sí?

—Tranquilo, mi pequeño Oso, ahora bajaré todo.

Mis padres prepararon todo para cuando el almuerzo estuviera listo sobre un hermoso mantel verde a cuadrillé. Papá asaba unas hamburguesas mientras madre servía refrescos.

—Mamá, ¿puedo ir a explorar?

—¿Puedes acompañar a Olivia, por favor? —Se dirigió a aquella chica extraña. Ella había estado todo el tiempo sentada con su teléfono.

<<Es muy aburrida>> pensé <<No será buena exploradora>>.

—De acuerdo. —Se levantó y me hizo un gesto con su cabeza para que le siguiera.

Decepcionada por mi acompañante, caminé con pereza hasta alcanzarla. Pero para mi sorpresa, cuando llegué a su lado, la joven me recibió con una cálida sonrisa.

—¿Quieres nadar, pequeña?

—No lo sé. Mis papás no me dejan si ellos no están presentes... —dije, cuando llegamos a la orilla del lago.

—¿Y qué? ¿Eres cobarde? ¡Anda! —Sin más, la joven se subió a una roca y de ella saltó hasta sumergirse en las cálidas aguas de South Lake Park.

<<Ella es genial >> concluí mientras una gran sonrisa aparecía en mis labios.

—¡Vamos! Ven, no tengas miedo. Estoy aquí —animó, y me esperó con los brazos arriba.

Con miedo y todo, suspiré profundo y decidí seguir sus pasos. Me di un chapuzón y ella me sostuvo en todo momento.

La tarde había sido fantástica. Había jugado a las sirenas, piratas, a la búsqueda del tesoro y demás. Jamás me esperé que esa joven ¡fuese tan maravillosa! El compartir esa tarde con ella había sido ganar un lugar en mi corazón.

El sol comenzaba a caer y ya en la vuelta, cruzando por el bosque, ella tuvo una ocurrencia.

—¡Ven! Tengo una idea. —Comenzó a correr.

—¡Espera!

—¡Ya, más deprisa! Eres una lenta —Rio.

—Espérame, mis pies no son tan hábiles como los tuyos.

Corrieron un buen trecho hasta detenerse en un gran árbol.

—¡Aquí es! ¿Te gusta? —Tomó una piedra filosa en punta y comenzó a dibujar el árbol.

Veía para todos lados, preocupada. Era tarde, mis padres me esperaban y estaba muy oscuro.

—Me da miedo. Estamos lejos, volvamos.

—¡Miedosa! Nunca lograrás tus sueños si no eres valiente... —Se dio vuelta en mi dirección—. Escribe tu inicial allí, éste será nuestro pacto de eterna amistad —Un corazón en el tronco del mismo estaba dibujado y dentro tenía una "L" esperando ser acompañada.

—De acuerdo. —Escribí mi inicial.

Pero en ese momento, mi cabeza comenzó a doler con gran intensidad. Como si una fuerza de pronto me envolviera, como si el aire de pronto comenzara a ser otro diferente. Uno más denso, más pesado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.