No Te Creas Importante

CAPÍTULO I

Estoy cansada de siempre vivir los mismos sueños cada noche, es como si fuera mi castigo, como si estuviera pagando el error de mi vida o vidas pasadas. Los mismos sueños y diferentes escenarios, yo huyendo de aquel hombre mayor que quiere tocarme, mientras más corro por ayuda parece que más lejos está la gente a mi alrededor.

Entre mi miedo y desesperación gritó pero no solo grito en aquellos sueños sino que también grito fuera de ellos, la angustia recorre todo mi cuerpo el llanto surge y alarmó a cualquiera o simplemente mi voz entre el caos se pierde en la noche oscura dejándome una sensación de vacío y miedo.

Una vez fuera de esa cruel y amarga sensación dirijo la mirada hacia el reloj que tengo a mi izquierda, aun acostada y entre la oscuridad de la noche fría puedo ver qué apenas son las cuatro y veinte de la mañana. No importa la hora en la que me vaya a dormir siempre es lo mismo a la misma hora.

Fijo la mirada al techo y lo único que obtengo es el completo silencio,una respiración ambigua, y el sonar del reloj.

Cierro los ojos deseando dos cosas, jamás despertar o encontrar alguien o algo que me pueda dar la calma que necesito.

-Carajo...no puedo conciliar el sueño -sentía como mi cuerpo temblaba y eso me enojaba.—Dirijo la mirada al reloj.

-Talvez empezar el día a las cinco de la mañana no sea tan malo .

Decido tomar un baño de agua fría para calmarme, siempre he creído que sentir el agua fría puede curarme de todo y olvidar el porque ya no pude conciliar el sueño.Siento como el agua fría cae sobre mi cara y empieza a recorrer mi cuerpo, cierro los ojos y dejo de respirar por unos segundos, decido quedarme ahí parada debajo de la regadera. Hasta que el agua se acumule y mi pecho duela.

Cierro la llave abro los ojos y jalo todo el aire que me sea posible

-Estoy lista...

Nunca he creído en la frase entre más temprano llegues habrá un "DIOS" que te va ayudar. En realidad ni siquiera sé si va así pero de igual manera no me importa. Simplemente llegó a los lugares temprano para no sentir esa ansiedad por llegar tarde.

-Hanako... ¿Hanako, estás escuchando?

Un chasquido hizo que regresará en sí, o más bien a la patética vida sin sentido que llevó.

-Ah sí, lo lamento. Que... ¿Qué necesitas?

-Últimamente te la vives muy distraída, te dije que me mandes los archivos de este mes. Necesito revisarlos de nuevo, al parecer hay algo malo en ellos y necesita con urgencia una corrección. Ay ¡Ánimo Hanako! El viernes la semana ya acabó, ¿Saliendo de aquí tienes planes? -haciéndome esa mirada de una forma curiosa, como suele hacerse siempre.

Volteé a verla devolviéndole la sonrisa más forzada y cansada, debido a no descansar lo suficiente.

-Si, de hecho vendrá mi novio a quedarse este fin de semana, hace 3 meses que no lo veo -sonreí un poco más neutral.

-Que mal que tu novio viva en otra parte, debe ser difícil tener una relación así.

-Al principio era difícil, pero siento que estoy bien. Cada quien tiene su espacio... supongo.

Me quedé callada y miré hacia mi escritorio, creo que siempre he sido muy conformista con todo, no quiero nada nuevo pero quiero algo que me haga sentir nueva, viva, yo...

-¡¡Muchachos!! Miren hacia acá tengo noticias, el día de hoy se nos une nuestro nuevo compañero -la oficina se llenó de silencio, mientras que otros murmuraban la llegada del nuevo.

- ¿Qué? Un viernes ¿Es enserio?

Al parecer los demás estaban disgustados y lo único que hacían era solo quejarse, como si algo fuera a cambiar o el jefe lo presentará el lunes.

- Hola, me presento mi nombre es Hiroto y bueno si se lo preguntan si mi nombre es japonés, cosa de mis padres -sentí como mis oídos se llenaban de esa voz tan dulce e hipnótica.

-Escuchaste Hanako, como el tuyo.

Levanté la mirada hacia la entrada de la oficina y mi mirada buscó rápido sus ojos, él me estaba observando ya, me hizo la sonrisa más hermosa que he visto. Sentía que mi corazón latía fuertemente toque mi pecho y simplemente baje la mirada para darme la vuelta y seguir con mi trabajo.

-Es muy bien parecido, de seguro en un par de días todas las mujeres estarán detrás de él.

-Todas menos yo, Miriam.

-Lo que yo vi fue que desde que entró te estuvo viendo, le gustas. -Miriam, esbozo una sonrisa pícara mientras me aventaba sutilmente con su codo.

-No juegues con eso Miriam, talvez solo pensó que era alguien más o solo observa a las personas con las que va a trabajar, no deberías de decir esas cosas recuerda que por eso surgen los rumores.

El resto del día no pude concentrarme por pensar en Hiroto, lo único que tenía en mente era esa mirada profunda y codiciosa, como si fuera un depredador observando a su presa.

-¿Hanako? -una voz desconocida dijo mi nombre, levanté la mirada de mi escritorio para observar de quién se trataba.

-Hiroto ¿Necesitas algo? -tomo la primera silla que vio y se sentó a un lado mío, una vez más podía sentir como mis latidos eran más fuertes ¿por qué sentía esto cuando estaba cerca de él? Era solo un sujeto que acaba de entrar, ni siquiera sé nada de él. Sentía como podía perderme viendo su rostro, tantas preguntas surgían de mi cada que estaba con él, tengo a mi pareja pero me siento diferente o más bien siento algo con él.

-Quería preguntarte si ¿puedes ayudarme con unos archivos? El lunes obviamente no quiero hacerte trabajar horas extras o incluso hacerte trabajar el fin de semana -me volvió hacer esa sonrisa como para convencerme pero ahora también sujetaba mi mano.

-Jaja, si está bien te ayudaré el lunes -retire su mano de la manera más amable y sutil posible.

-Muy bien, Hanako, te veo el lunes.

Hiroto, se fue y me dispuse a guardar mis cosas, faltaban menos de cinco minutos para salir y poder ir a casa a descansar. Al fin eran las 4 y ya estaba en casa, me tiré en mi cama y empecé a divagar en mis pensamientos no quería recordar a Hiroto pero su recuerdo era tan fuerte que no podía olvidarlo, si tuviera que describirlo bueno él tenía un buen atractivo como el típico chico el cual todas se enamoran y quieren algo con él, del físico ni hablar, de lo mucho o poco de observé pude notar que es delgado pero atlético la típica persona que hace ejercicio no mucho pero tampoco no tanto para mantenerse en un punto medio, su cara podía ver qué tenía facciones muy bien marcadas y bien parecidas, pero a la vez sutiles y suaves. Labios grandes y esos ojos grandes oscuros acompañados de esa mirada intensa que te hacía sentir nerviosa pero con deseo de seguir viéndolo, su voz tan dulce. No puede ser, es como si me gustará o ¿Por qué, estaría pensando así de él?




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