No Te Ilusiones [trilogía D' Angelo #3]

Capítulo 4

Rose

Sigo desconcertada. ¿Por qué la vida es tan cruel conmigo? No digo nada negativo y solo acepto todo lo que ellos me dicen sin entender qué es, porque no tengo oídos para escuchar de la misma conmoción. 

Terminan de hablar, y solo sé que la boda será en cinco días. No será pública por mi petición y solo asistirá familia. Me casaré tanto por iglesia y civil, puesto que papá quiere asegurarse de que yo no me separe de mi futuro esposo después de su ineludible muerte.  

Ellos vuelven a hablar, mientras que yo pienso y pienso. 


Papá se sintió mal, por lo que Lisa ingresó a atenderlo, y tanto el señor Felipe como yo hemos salido de la habitación.  

Aprovecho esta pequeña oportunidad para hablar con él. No quiero pasar toda mi vida al lado de Dave, y estoy segura de que él se va a negar a todo, así que le tengo una propuesta. 

Suspiro y tomo el valor para hablarle. No me quiero casar, pero ya se lo prometí a mi padre, y por esa promesa tengo que hacer que este matrimonio se dé. 

—Señor Felipe, ¿podemos hablar? —pregunto sin titubear. 

—Claro que sí, Rose —responde tan amable. 

—Sígame, por favor.  

Asiente. 

Me dirijo al jardín. No quiero que papá o alguien escuche lo que le quiero decir y llegue a oídos de mi padre. Llego al sitio que quería y vuelvo a suspirar. 

—Señor Felipe, sé que está haciendo todo esto por mi padre y sé que está en una lucha interna porque Dave no se ha de querer casar. 

Me mira incrédulo. 

—¿Cómo conoces a Dave? Yo no recuerdo que él te haya conocido cuando eras niña. 

«Gracias a Dios eso no pasó». 

—Es mi compañero en la universidad —revelo. 

—Eso es bueno, así no se negará a esta boda. 

Niego. 

—Es todo al contrario. Si él se entera de que su futura esposa voy a ser yo, ni porque lo desherede o lo castigue él no aceptará este matrimonio. 

Frunce el ceño. 

—No entiendo, Rose… 

—Su hijo me odia, y yo a él. No estoy feliz por este compromiso. Sería mucho mejor si no tuviera que casarme con Dave… Mil veces hubiera preferido a otro hombre. No puedo mentirle, esa es la verdad. Su hijo no es de mi agrado, ni yo del suyo. Si acepté esta locura, es por papá, por nadie más. 

Él soba su sien. 

—Yo trataré de convencer a Dave, pero sí habrá boda. 

Su cara de frustración me frustra más. 

—Le recomiendo que no le diga con quién se va a casar. Lo mejor es que él se mantenga al margen de la información de su futura esposa —declaro. 

—Se enterará igualmente —alega. 

—Es mejor que se entere cuando estemos casados que ahora. Una vez casado, él no puede hacer nada —aseguro.  

—Tienes razón. —Suspira—. Bueno, Dave no sabrá nada de ti hasta el día de la boda. 

Eso es algo bueno. 

—Es lo mejor. Señor, sé que mi padre le pidió que este matrimonio fuera por muchos años, por eso el empeño en que me casara por iglesia, pero eso es algo que no puedo cumplir. Mi promesa fue casarme, pero no para toda la vida. 

—¿Qué piensas hacer?  

—Aunque me duela decirlo, a papá no le queda mucho tiempo de vida, así que el matrimonio solo durará un año. No pienso estar atada y amargada al lado de Dave toda mi vida. No quiero a su hijo, y no pienso vivir una vida llena de sufrimiento… Él tiene su novia y mi corazón está comenzando a acelerarse por alguien. Por eso pedí que el matrimonio no sea público, porque no quiero andar en boca de todos como la exesposa de Dave D’Angelo. Señor, yo nunca voy a amar a su hijo, ni mucho menos él a mí —argumento con mucha seguridad. 

—Lo siento, Rose, pero yo ya di mi palabra. 

—Señor, si es por mi bien, hagamos esto. Una vez yo me divorcie de Dave, firmaremos un contrato donde usted manejará todos mis bienes hasta que me vea lista para poder liderar todo lo que mi padre me dejará. Cada mes me dará una mensualidad para poder solventar mis gastos, y así nos evitamos tanto enredo que no nos llevará a nada. Esto nos conviene a los dos. Yo me libro de su hijo y usted libera a su hijo de mí. 

Se queda pensativo. 

—Se van a casar por iglesia… 

—He escuchado que se puede divorciar con una carta explicando el motivo de la separación. Sé que es un trámite grande, pero es lo mejor. —No podré aguantar a Dave toda mi vida. Eso será vivir en un infierno. 

—Está bien. Su matrimonio solo durará un año y tú no tendrás tu herencia hasta que estés preparada para cargar con todo. 

—Gracias, señor. Ha tomado una excelente decisión. Cabe recalcar que entre él y yo no habrá absolutamente nada de lo que hacen los recién casados. Pido respeto en eso. —Es incómodo tocar estos temas.  

—No te preocupes, Dave te respetará. Gracias a ti por encontrar una solución a todo esto. La verdad no sabía cómo decírselo a Dave. Sin embargo, solo será un año. Aunque sea difícil, lo convenceré. 




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