No Te Ilusiones [trilogía D' Angelo #3]

Capítulo 5

Rose

—Dios, dame la fuerza para no renunciar a esta locura. —Agarro mi portátil y comienzo a indagar en las redes sociales de Dave. 

Hay foto de él y de sus hermanos. Cabe recalcar que los hermanos están bien bonitos. Si no estuvieran casados, pediría casarme con Darío. No lo sé, pero tiene algo que atrae. Lamentablemente, mi suerte es tan mala que tengo que casarme con Dave. 

Sigo viendo las fotos y hallo otras con sus cuñadas… Es un presumido. Bajo, y hay otras fotos con sus sobrinos, otra con su hermana —no son de sangre, pero él la considera como su hermana, o eso escuché—, con sus padres, y más fotos de él y su horrible cara. Cierro el portátil, abrumada por mi desgracia. 

Me dejo caer en la cama y agarro la almohada, que llevo a mi cara. ¿Por qué tenía que ser ahora, justo cuando alguien comienza a interesarme? 

—Rose… 

Quito la almohada de mi cara y miro a Lisa. 

—Dime. 

—¿Qué te pasa? ¿Por qué tienes esa cara? Parece qué hubieras visto al tin tin. 

El tin tin es el diablo. 

—No me quiero casar.  

Me da una sonrisa triste. 

—Es un chico guapo y no un viejo rabo verde. Eso debería tenerte feliz.  

Suspiro. 

—Hubiera preferido al viejo rabo verde que a Dave. Yo a él lo odio —revelo. 


Felipe

—¡No pienso casarme! —exclama Dave al escuchar la noticia.  

Él me mira decepcionado, y estoy seguro de que es por la barbaridad que he hecho sin su consentimiento. 

—Dave… —Intento acercarme, pero él se aleja. 

—Lo siento, pero en mis planes no está casarme con nadie. —Sale rápido del despacho. 

Intento ir tras él, pero Sora me detiene. 

—No es fácil, déjalo solo. 

—Está decidido a no casarse. ¿Qué voy a hacer? —Miro a mi esposa con culpa. 

—Esperar.  

No sé cuánto podré esperar. Conozco a mis hijos, en especial a Dave. 

Me siento tan mal por atar a mi hijo a un matrimonio que no desea… y me sentiré mal por no cumplir la última voluntad de mi padrino. 


Camila

Todos en la casa vemos correr a Dave, furioso, hacia su habitación. Miro las caras de mis hermanos y cuñadas. 

—¿Qué pasó? —cuestiono. 

—Dave tiene que casarse —contesta Dimas. 

Mi boca se abre. 

—Pero él no fue parte de la tradición. —Sé absolutamente todo sobre mi familia. 

—Y así es, pero las circunstancias de la vida lo ponen en esta situación —comenta Darío. 

—Vaya… ¡Ay, Dave! —exclamo un poco sorprendida. 

—Iré a hablar con él —habla Dimas. 

—Vamos —agrega Darío. 

Mis hermanos miran a sus esposas y luego a mí para enseguida irse a hablar con Dave. Espero que puedan arreglar las cosas. 


Dave

—Solo será un año, Dave —dice Dimas como si fuera la cosa más normal del mundo. 

—Me voy a casar por la iglesia. Es casi imposible que alguien se divorcie —alego. 

—Nada es imposible, Dave. No hagas una guerra en vano —masculla Darío. 

Pongo los ojos en blanco. 

—Como tú te casaste enamorado de Debby… —Recibo un almohadazo. 

—Hablas de más.  

Dimas se ríe. 
—Ya déjense de niñerías los dos. Dave, sé que no es fácil, y te entiendo. Antes de amar a Victoria sentía lo mismo que estás sintiendo en este momento, pero las cosas suceden es por algo. Date la oportunidad. Solo será un año. Tal vez esa chica sea de tu agrado —argumenta. 

—No la conozco y ya me cae mal. Hermanos, no me quiero casar. No puedo ser como ustedes. Yo me libré de la tradición; no debo cumplirla a estas alturas de mi vida. Lo peor es que ni tengo 25 años. 

—Eso te pasa por burlarte antes de tiempo —asegura Darío—. Nos molestaba, y mira lo que te pasó, estás comprometido a los 20 años —se burla en mi cara el más serio de los tres. 

—Gracias por tu consejo, hermanito. Solo te ríes por maldad… Me caes mal. 

—No vayan a pelear, ya están grades para hacerlo. Dave, solo es un año. No quiero hacerte sentir mal, pero hazlo por nuestros padres, especialmente por papá. Él siempre te ha consentido, así que ¿qué te cuesta ayudarlo en esta petición? 

Mi papá…  

«Solo es un año. Solo me piden un año, y ellos me han dado veinte años de su vida, llenándome de amor y comodidades que no tendría si no me hubieran adoptado». 

Miro a mis hermanos. Siguiendo la tradición, ellos se casaron. Soy un D’Angelo, y debo cumplir la tradición también, aunque en mí será diferente. 

Cierro mis ojos, embriagándome de recuerdos. Todo lo que tengo y lo que soy es gracias a mis padres. 

—Yo estoy muy agradecido con ellos y sobre todo los amo, y por ese amor voy a acceder a la petición. —Contemplo a mis hermanos. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.