No todas las rubias somos malas

Cap I - ¿¡Instituto nuevo!?

¡Hola! Me llamo Ashley Roberts, pero mis amigos me llaman Ash, actualmente tengo 22 años y me gustaría explicarles un poco mi historia, desgraciadamente, es demasiado larga para dos simples líneas, así que si quieres saber mi historia este aquí 

👇 abajo 👇 


 

Eran las 7:00 cuando sonó el despertador, como de costumbre me levanté y fui hacia el cuarto de baño, me aseé bien, me vestí, y baje corriendo las escaleras, no sé cómo me las arreglaba pero llegaba siempre tarde. Mis amigos me describen así:

- FÍSICAMENTE

Rubia, el pelo liso en finos mechones, con los ojos penetrantemente azules. Con curvas y buen cuerpo.

- PSICOLÓGICAMENTE

Simple, sincera y simpática, honesta y vacilona. La típica chica popular e inteligente, pero la gente me subestima, simplemente por ser... Rubia.


 

Siempre me deja pasmada las primeras impresiones que doy, me dicen que parezco la típica que va arrastrando a alguna tipa desesperada por tener amigos, aún que solo fuese uno, haciendo que besara por donde piso. Cuando me conocen bien, que el proceso dura entre 7-14 días, me admiten lo que pensaron al principio, sinceramente, nunca me he tomado en serio lo que me han dicho, nunca me suelen ofender las palabras de la gente.


 

En fin, cuando llegue a la cocina vi una nota


 

Cariño solo te quería decir que no puedes ir con la ropa que te hayas puesto, es privado tu nuevo instituto, te lo quería decir ayer pero te fuiste a tu habitación y cuando entré estabas dormida, afuera te espera el chófer, él sabe dónde está la nueva escuela. Te quiere, tú madre.


 

-¡¡DIOS MAMÁ!! -exclamé un tanto irritada-. Eso se avisa con más, mucha más, antelación.


 

10 minutos más tarde salí hacia clase, sin desayunar.


 

Llegue cinco minutos tarde, creo que era un tiempo irrelevante, en fin, en mí otro colegio público eso no importaba, con que hubieras llegado antes de 30 minutos, estaba bien.


 

Cuándo entre a la clase todos me miraron raro, puede que fuera por las ojeras, estaba muy cansada. Me senté al lado de una chica con el pelo rojo y con tirabuzones, lo llevaba a la altura de los hombros, tenía los ojos negros, contrastaban bastante con el peinado, que lo tenía recogido en una coleta alta y un mechón escurridizo que le caía sobre la cara. Mientras que la Miss Cooper daba clase, yo traté de presentarme:


 

- Hola -dije entre susurros, la chica no pareció prestarme atención, así que proseguí- Me llamo Ashley y tengo 16 años, ¡ah! -Me sobresalté, la miss estampó el libro junto a mi mesa para que me callara, todos se reían de mí, en cierto modo si me molestó, pero era mi primer día, que podía hacer yo, era mejor callarse y no dar problemas.


 

No me di cuenta hasta la siguiente clase de que la Miss no me había sacado a la pizarra para presentarme. Cuando se lo dije al tutor de Educación Física me dijo:


 

- ¿Entonces a que espera? Vamos a trabajar por grupos de tres, preséntate.


 

En ese momento, delante de todos, me di cuenta de que eran solo 9 personas, eran muy pocas, pero no le preste mucha atención a eso, lo que sí que me pregunté, puede que fuera una tontería era "¿Soy yo la única rubia?". Efectivamente, no había nadie más, el resto, a parte de la chica del pelo rojo, eran morenos. Había un chico que estaba para quitar el hipo, Zack, ojos penetrantemente verdes, pelo ligeramente alborotado y sonrisa que parecía haber sido esculpida por el mismísimo Fidias.

Después, su lado, una chica llamada Andrea, tenía los ojos marrones y el pelo marrón, tirando a negro, era liso y lo llevaba en dos trenzas de boxeadora, no podía llegar a distingir si tenía el pelo liso, rizado u ondulado, tampoco era de mucha importancia. Después Luka, el hermano de Andrea, tenía unos rasgos delicados, parecía más una obra de cera que un humano, ahora que lo pienso, no eran tan distintos entre ellos, todos tenían el pelo marrón y, la malloria salvo Zack, Jonh -el mejor amigo de Zack- y Martha, tenían los ojos marrones. Descubrí que la chica del pelo rojo se llamaba Úrsula, no le gustaba que le llamarán por su nombre así que dijo que prefería Diana, tenía dos nombre, Úrsula Diana Montero. Después estaban Martha, de ojos violeta, sufría la enfermedad de Alejandría, contrastaban a bien con su piel pálida y sus pecas, junto a sus rizos negros, eran preciosos, se notaba que eran naturales por el brillo. Y la última chica era Azahara, era morena y con el pelo exageradamente liso, no parecía planchado pero tampoco natural y ojos marrones. Ahí formábamos el grupo las chicas, Martha, Andrea, Azahara, Diana y yo. Los chicos eran cinco también, éramos, solo, diez en clase, y el grupo lo formaban Zack, Jonh, Luka, Thomas y Alex. Acabadas las descripciones, sigo por donde iba.

 

 

-Hola -me presente- me llamo Ashley y tengo 16 años, me gusta el patinaje y pasar rato con mis amigos. -poco tarde en arrepentirme de decir lo de amigos, ya que por detrás sonó una vocecita "Que amigos más que tu madre lo dudo, rubia" me quedé desconcertada, en pleno 2012 aún se era superficial. 




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