Al acabar las clases Martha se acerco a mí con un rostro de amabilidad infinita. Ella era súper buena, por lo que pude deducir.
-¡Hola!, otra vez -saludó- sobre las 17:30 vamos a quedar toda la clase para ir a la feria que han montado al lado de la plaza, Diana y yo no sé lo hemos consultado con todos los demás, solo con Zack, -sentí como enrojecí- Luka, Diana y yo. Todos hemos dicho que será divertido que vinieras. ¿Te apuntas?
-Uh, ¡suena interesante! Me gustaría mucho ir pero... -no seguí, me lo replanteé al ver el rostro de decepción de Martha, supe que estaba pensando que era una estupidez, y que, seguramente, se sentía ridícula en ese mismo instante, así que finalmente dije- ¿Sabes? Claro que voy a ir, terminaré los deberes temprano y le diré a mi profesora de Alemán que venga más pronto, así, sobre las 17:00, estaré libro para cambiarme y me veréis allí a las 17:30.
Martha sonrió y dijo:
- ¡Fantástico! ¡Me muero de ganas de que llegue ya la hora!
Dió media vuelta y se fue igual que por donde había venido.
Me quedé parada un rato, como desorientada. No había llegado aún en chófer, cosa que me impresionó bastante, nunca se retrasaba.
Me sorprendió la voz de Zack, hablando por teléfono. Me acerqué, estaba al otro lado de los matorrales.
- Ya...no, no voy a cancelar nada...escucha, cada vez que quiero salir siempre dices de quedar, y, "casualmente", a la misma hora. -parecía un poco frustrado, pensé que me tenía que volver a alejar, parecía una loca espiando le. Pero lo que dijo a continuación me sorprendió-. ¿Como? ¡No eres mi madre para decirme lo que tengo o dejo de hacer! ¿entendido?... Si, lo sé... Ok, pues a las 17:30 en la feria de al lado de la plaza... Sisi, yo también te quiero... Adiós amor...-Me fui de ahí, pensé que era mejor dejarlo solo.
Quería quitármelo de la cabeza pero no lo logré. Me vió.
-Hola Roberts -me llamó el por mi apellido.
-Hola Zacarías...-Aun no me sabía sus apellidos, y no pude seguir con la broma.
-Longán, Zacarías Longán Campillo.
-¡Wow! Apellidos poco comunes eh. Cada vez me sorprendes más. -Dije, me puse nerviosa por lo que podía responder.
-Pfff, bobadas, aún no me conoces, solo sabes mi nombre y apellido. Tengo mucho que dar aún, tú ten paciencia. -Esbozó una de sus medias sonrisas.- simplemente me gusta sorprender y que me sorprendan.
-Pues yo tengo poco para sorprender, solo soy una chica de dieciséis años, rubia, con unos padres adinerados y buenos estudios.
-No digas tonterias, seguro que ocultas más de lo que dices ser. -Calló un breve instante-. Y bien, ¿Vienes esta tarde?
Vacilé un poco, aún no olvidé su conversación por teléfono y me seguía preguntando donde estaría Robert, el chófer.
-Pues en principio sí, pero tardan mucho en recogerme y ya llegó un poco tarde, tengo muchas cosas que hacer y no voy a llegar caminando.
-¿Has llamado a tus padres?
-Se me ha muerto el teléfono, esta mañana se me ha olvidado conectarlo al cargador.
-Ten -Sacó su teléfono y me lo tendió-. Yo ya he llamado, vendrán dento de poco. Cógelo, no seas tímida -cuando acabo de decir eso hizo otra de sus famosas medias sonrisas.
-Gracias.
***
Ya eran las 17:00 y me apresuré a ducharme y arreglarme. No me puse demasiado guapa, fui sencilla, un gorro negro echado un poco al lado, un top corto de color blanco y unos vaqueros azules, me hice una coleta alta y me deje dos mechones de pelo caer sobre la frente. Me puse vaselina, se me suelen secar mucho los labios.
***
Una vez allí vi a Diana, llevaba todo el conjunto rojo, de pies a cabeza.
Me saludó con la mano y yo le devolví el gesto asintiendo con la cabeza, junto a ella estaban Luka y Martha, súper juntos estos últimos, tanto que parecían pareja. Detrás estaban los demás, todo menos uno. Zack.
Diana, Luka y Martha se acercaron a mí mientras el resto se preguntaba que hacía yo ahí.
-Hola -saludó Diana
-Buenas, ¿Cómo estáis?- respondí
Todos respondieron que estaban bien, y volvió mi viejo amigo. El silencio incómodo.
Decidí bromear un poco.
-Martha ¿No estáis muy cerca Luka y tú?
Martha y Luka enrojecieron mientras yo cruzaba una mirada hacia Diana. Nos divertimos bromeando con ellos.
-Cierto, estáis súper pegados -dijo Diana.
Nos lanzaron una mirada amenazadora y se miraron entre ello. Sin haberse dado cuenta, estaban tan cerca que sus rostros estaban a milímetros uno del otro.
-¡PERDÓN! -Se disculparon a la vez entre sí.
Seguimos hablando un poco. Unos minutos más tarde llegó Zack, con una chica cogida de su brazo, ella también era... Rubia. Me fijé en los rostros de la gente. Diana, Luka y Andrea miraba con cara de desprecio, Martha, que se ocultaba detrás de Luka, una cara de terror, mientras tanto, Zack tenía la cara inexplesiba. Cuando se dió cuenta de mi presencia puso una cara de nerviosismo, y bajo la mirada. Yo me quedé un tanto desconcertada, no sabía que estaba pasando exactamente. Así que decidí hablar. Me acerqué a ellos.
-Hola Zack -saludé, él parecía nervioso, no me percaté en la cara de la chica cogida del brazo de Zack, pero si ví de reojo que me estudiaba, me miraba fijamente, como si me estuviera haciendo un pequeño examen visual.
-Hola Ashley -dijó con un hilo de voz.
-¿Me presentas a tu amiga? -Sabía de sobra que eran algo más que amigos, pero me hice la tonta. No era la primera vez.
-Soy su novia -dijó ella, con una mirada desafiante.
-Okey, ¿Cuál es tu nombre? -Le vacilé un rato, era mucho más bajita que yo y me dio gracia, bueno, solo 10cm más bajita.