Noche De Condena

[4]

Sus manos bajaron por mí cuerpo hasta llegar a mis muslos, su beso era cada vez más fuerte y más exigente — No podía creer que le fuera a permitir tener sexo conmigo en este sofá, me imaginé todo menos esto —, Sentí como sus manos llegaron a mi camisa y comenzaron a soltarlas, mis manos estaban un poco inertes hasta que decidí mover una de ellas hasta donde creía que estaba su erección, y no falle, mi mano llegó hasta su gran bulto para luego comenzar a sobarlo por encima de la tela.

Un gruñido se ahogó en su garganta haciendo que se separara de mi, abrí los lentamente sin dejar de acariciar su paquete. —Esta no soy yo—, eso debía tenerlo por seguro, yo no era así. Pero no quería quedar como una estúpida, aunque también me aparecía tocarlo bastante.

—Si quiere lo saco para que lo toques bien—Manifestó y yo me ruborice.

Rápidamente quite mi mano de su bulto y la puse en mis piernas. Tal vez había sido una imprudencia de mi parte hacer eso, ahora puede que piense que lo que dijo la señorita Rincón era verdad. Pero si aquí el único que debería quedar mal sería el, no yo, porque él es el culpable de todo, aunque yo se lo permití, en sí momento.

—No —Susurre apenada.

—Está bien, Igual en algún momento lo tendrás que tocar sin nada arriba—Comento sin pudor alguno.

Antes de que pudiera comentar algo, sus labios se volvieron a posesionar contra los míos con la misma fuerza que antes, sus manos empezaron a pasar por debajo de mi camisa hasta llegar a mis pechos y presionarlos suavemente.

Empecé a forcejear para separarlo, pero él era más fuerte, así que le mordí el labio con fuerza haciendo que se quejara y se separara rápidamente de mí.

—¿Qué te pasa?—Pregunto limpiándose la gota de sangre.

—No voy a permitir que intentes tocarme en la oficina, no soy una cualquiera, a mí me respetas—Sentencie.

El me miró de arriba para abajo, antes de levantar una ceja burlón, para luego soltar una carcajada.

—Te vas a casar conmigo, no veo dónde está la falta de respeto aquí

Torcí la boca con sus palabras, ya que parecía que me había sentenciado a tener sexo con el cuántas veces quiera.

—Quiero que uses condón cuando te acuestes conmigo—Articule.

No pensaba tener hijos de una persona como el, puede ser mucho mi  jefe y mi esposo cuando me case con él. Pero si quiero pedir el divorcio más adelante, tengo que  saber que un hijo no me lo haría fácil.

—No lo usare—Mascullo.

Fruncí el ceño un poco e intente separarlo de mí, pero él me agarro las manos con fuerza y me miro serio.

—Esto será temporal, yo no quiero estar atada a ti de por vida—Comente frustrada.

—¿Y?, Porque tu creas que será temporal, yo estoy en todo mi derecho de no usar condón, es mi cuerpo, si quieres puedes tomar la píldora, usar el parche, pero lo que es de mí, no usare un condón—Respondió.

Era buena idea, podría tomar la pastilla y así evitar tener un hijo de él o colocarme el parche, al menos yo me cuidare al ver que él no piensa hacerlo. Él soltó mis manos por fin, ya me había resignado a poner resistencia, no me quedaba de otra que tener relaciones con él en la oficina.

********

 

—Tomate el resto de la mañana, tengo una reunión—Menciono incorporándose.

Yo no dije nada, solo agarre mi ropa y comencé a vestirme, el empezó hacer lo mismo.

—En la noche paso por ti, te llevare a una cena familiar, más te vale estar lista—Comento.

Yo lo mire sorprendida pero él ni siguiera volteo a mirar, solo se terminó de vestir y salió de la oficina como si nada, dejándome ahí sola, luego de simplemente ser usada sexualmente, porque así me sentía, usada, pero de que me quejaba yo si sabía que tenía una reunión el día de hoy. Mire mi teléfono y comprobé que ya casi era la hora de la reunión, pero eso no importaba, igual había sido un polvo en su oficina nada más y eso seré cuando me case con él, solo un polvo que se echa.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.