Noche De Condena

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Cuando salí de la oficina, me fui directamente a una droguería a comprar una pastilla del día después, para tomarme la más tarde, primero comería algo y me buscaría algo perfecto para esta noche, aunque no tenga mucha emoción para ir, debo hacerlo.

«El matrimonio es el paso más importante», recordé las palabras de mi abuela y sonreí con tristeza.

Mi abuela siempre había visto por mí, más que mi madre o mis hermanos, para mí ella era como un héroe invencible, hasta que el cáncer la venció, ahí fue mi mayor tristeza, ver el ser más amado ser derrotado por una enfermedad. Ella murió cuando yo tenía 10 años, cuando eso pasó la odié al principio por dejarse ganar por el cáncer, pero con el tiempo supe que ella lucho todo lo que pudo por vivir.

El cáncer es una enfermedad que depende en la etapa en la que se descubra la persona se puede salvar, lamentablemente a mí abuela se lo descubrieron ya muy avanzado, así que no pudieron hacer mucho, antes ella uso todas sus fuerzas para vivir más de lo que los médicos decían.

Ella fue una gran luchadora, así como todas las mujeres que cada año son diagnosticadas con cáncer y deben luchar con todas sus fuerzas para poder vencerlo.

Esas mujeres son unas verdaderas luchadoras, unas que valen la pena admirar, así como yo admiro a mí abuela.

Cuando llegué al departamento decidí darme una larga ducha. Lo necesitaba con urgencia, quería limpiar mi cuerpo del contacto de mi jefe, puede estar muy bueno y todo lo que quiera, pero sigue siendo mi jefe.

Puse música para relajarme un rato, ya que toda la tensión del día estaba ya sobre mis hombros pidiendo a gritos que la liberará con urgencia, pero, es verdad que esa tensión fue provocada por mi jefe y su proposición bastante anormal.

¿No pudo buscar a otra?, Existen más mujeres, ¿Porque siempre la secretaria?, No existen más personas en este mundo, pero todo debe caer sobre nosotras, no me basta con los típicos clichés que leo cada fin de semana, ahora me tocará vivir uno a mí, de seguro es una pesadilla.

Sinceramente tiene que ser un chiste de mal gusto, igual no que se terminará por completo, esto es la vida real y en la vida real esas cosas no pasan, no hay de qué preocuparme por nada.

Cuando salí del baño ya habían pasado un par de horas, no supe cómo había durado tanto tiempo en el baño, pero ahora solo me faltaba mirar que me pondría para la cena familiar, tenía que ser algo formal, pero también que se viera bien en mí, sin olvidar que debe ser un poco elegante.

No entiendo porque me preocupo tanto, ni me entusiasma ir con su familia, simplemente debería ponerme algo simple y bonito para quedar presentable y nada más, igual dudo que me ve ha con buenos ojos al ver que él se tenía que casar con otra persona.

¿Será mala idea asistir a la cena?, Mi razón dice que sí, que es muy mala idea, pero de seguro mi jefe diría lo contrario, que es súper buena idea asistir a esa escena para demostrar que se casara conmigo.

¿Debería estar emocionada?, Obvio que no debería de estarlo, prácticamente el me obligó a aceptar y más encima terminé teniendo relaciones con él en el sillón de su oficina y de seguro medio edificio de entero.

¿Eso debe preocupar?, Obvio que debe preocupar, quedaré como una zorra frente a todo el mundo, aunque igual me convertiré en su esposa y nadie podrá criticarme abiertamente.

Pensándolo bien, ser su esposa tiene sus ventajas y unas muy grandes, nadie me criticara abiertamente, aunque lo hagan si me entero puedo decirle a mi esposo que las despida y ahí me ahorraré muchas cosas, puede y también obtenga el puesto que tanto quiero y poder demostrarle a él que soy mejor que la actual diseñadora

Me empecé a cambiar al ver que mis ideas sobre este matrimonio forzado habían cambiado bastante, ahora estaba un poco hambrienta, pero era de poder, de control. Mi mente se había convertido en algo increíble en solo unos pensamientos, aunque me extrañara un poco todo lo que pensé, será lo mejor para sobrevivir.

«En el mundo laboral cada persona tiene su estrategia para sobrevivir», recordé las palabras de Simón el día de la entrevista.

Sigo sin entender muy bien a lo que se refería, pero puede que vaya por el lado egoísta y malvado de las personas que trabajan a nuestro alrededor, ya que todos somos como leones, andamos hambrientos de poder y por territorio, aquí hasta el más tierno está preparando para atacar con sus mejores armas.

Las he visto y las seguiré viendo, como se atacan unas contra las otras, sin ni siguiera parpadear, a las nuevas le daban más duro, las hacen que se equivoque con el café o en algún archivo, cualquier cosa que le pongan y dejen un mínimo espacio para que alguien arruine su trabajo es aprovechado al máximo.

Antes de vestirme comencé a maquillarme lentamente, mientras observaba por el espejo cada parte de mi rostro. No estaba triste, al contrario, tenía muy buen humor, creo que más del que en algún momento llegue a tener.

¿Quién no está anonada por su jefe?, Yo puedo decir que no frente a él, pero esta vez estoy frente a mí misma, así que tengo la libertad de escoger y responder con la verdad sin tener miedo a que el la descubra.

—Tu, yo, todo el piso—Respondí con una sonrisa enorme.




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