Noche De Condena

[6]

El transcurso fue lento y desesperante, ni siguiera sabía cuantos minutos habían pasado, porque sabía que el tiempo estaba pasando muy lento, tanto que puede que solo pasarán cinco minutos desde que salí de casa. Levanté el teléfono y miré la pantalla, cómo había dicho ni siguiera cinco minutos de haber salido de la casa.

El horrible silencio que había en el carro me expresaba, ni siguiera había música adentro para poder calmar el ambiente, solo dos personas tan grandes y maduras para no dirigirse la palabra.

—¿Para dónde vamos? —Decidí romper ese hielo incómodo que ya tenía.

—A la casa de mi padre, ahí cenaremos—Respondió sin ni siguiera voltear me a ver.

Yo no dije nada, ni siguiera lo voltee a mirar, solo me puse a mirar las calles de la inmensa ciudad, ya que ni siguiera hay una conversación a la cual prestar atención y compartir ideas.

¿Será así de ahora en adelante?, Tendré a alguien que no me dirija la palabra aparte del sexo, porque la última vez que tuvimos una conversación de más de dos diálogos, fue en el sexo, porque a lo otro no se le puede llamar conversación.

Mientras más me perdía en mis pensamientos, más sentía mi fracaso por a ver tomado esta decisión y pensar que ya estaba más que ubicada a lo que tenía planeado, pero debo acostumbrarme y buscar la manera de que dure poco tiempo.

Cuando el carro se detuvo regrese otra vez a poner los pies sobre la tierra, pude ver la inmensa casa de los padres de mi jefe. Solté un suspiro mientras Simón se bajaba y me abría la puerta del carro para que yo me pudiera bajar.

Necesitaba parecer lo más serena posible, no podía perder la compostura y quedar en ridículo o si no Simón Seymour me la haría pagar muy caro y más si es frente a sus padres.

—Ahora viene lo más difícil, debes soportar lo que sigue, solo no hagas cosas inapropiadas—Menciono agarrándome de la mano.

No sabía a qué parte difícil se refería, pero ya estaba bastante asustada sobre el asunto, no quería ni pensar todo lo que me esperaba en esa casa al convertirme en la esposa de cambio de mi jefe.

El agarró mi mano con fuerza antes de llevarme frente a la puerta y tocar el timbre.

—Solo evita socializar demasiado.

—¿Cómo hago eso? —Interrogue con una ceja levantada.

—No menciones que tuvimos...

Simón fue interrumpido porque la puerta se abrió repentinamente llamando nuestra atención.

Ahora no sabía si se refería a lo del hotel o a lo de la oficina, así que me tocará no mencionar nada.

—Buenas noches, joven Seymour—Dijo la empleada que había interrumpido a Simón.

—Buenas noches—Se limitó a responder.

La señora se hizo a un lado y ambos entramos a la inmensa casa, yo estaba demasiado insegura con lo que iba a pasar, estábamos hablando de la familia de mi jefe y no sé qué tan mal me lleguen a tratar.

—¡Simón! —Exclamo una mujer acercándose hasta Simón con los brazos abiertos.

—Britanny—Menciono el soltando me la mano y abrazando a la mujer que lo había llamado.

Ambos se separaron y al rato una señora mayor se acercó y también lo abrazó con fuerza. Yo me dediqué a estar quiera en silencio mirando la escena, sin inmutarme o presentarme.

—Me alegra que estés aquí, hijo—Dijo la señora que ahora podía identificar como la madre de Simón.

—Yo no, madre—Respondió el Simón intangible de siempre.

La señora dirigió su mirada a mí, me miro un instante y luego se separó de Simón para acercase a mí.

—Tu debes ser Natalia—Dijo la señora estirándose su mano. Se la recibí—. Encantada.

—El gusto es mío—Comente.

Ella me observó antes de soltar mi mano y volver a dirigirse a Simón.

—Vamos al comedor, la cena ya está servida.

Nadie dijo nada, la señora y la otra muchacha fueron las primeras en salir hacia la cocina, yo me quedé mirando a Simón un momento para ver si caminaba o que pensaba hacer.

—Acompáñame—Menciono y parecía bastante molestó.

Él se dio la vuelta y yo solo lo seguí. No tenía ni idea para dónde se dirigía, pero aproveche cada instante para mirar cómo vivía su familia y cada uno de los lujos que se permitía.

Cuando llegamos a una terraza el me hizo señas para prosiguiera, yo lo hice y mire que se podía ver todo el jardín desde ahí.

—Espérame aquí, regresaré en un momento.

Me quede mirado lo al ver que me dejaría y él se iba a ir a quien sabe dónde, dejándome sola en un lugar muy grande. Asentí y él se dio la vuelta y desapareció por otro lado de la casa.

Me di la vuelta y comencé a mirar todo el lugar, me sentía aburrida y sola, lo único bueno es que no era muy tarde y podía llamar a alguna de las chicas. Saque el teléfono y busque el número de Nicole, espere hasta que me respondiera.

Buenas noches, Natalia—Menciono ella en un bostezo.




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