Despues de años esperando, el dia por fin llegó...
–¿Listas? -escuchamos la voz de Rik cuando entro al cuarto. Abrió los ojos como platos cuando vio que la mitad de la ropa de Jul seguía sobre la cama.
–¿Es enserio?. ¡Llevan cuatro horas aquí¡ ¿Y aun no terminaron? –nos regañó.
–¡Ya vamos! – respondimos en coro, y Jul le lanzó una media.
–Veinte minutos. Ni mas no menos –ordenó.
Jul y yo somos amigas, mejores amigas, desde pequeñas. Nuestras familias son vecinas y amigas desde hace mucho tiempo. Luego de que nos mudaramos a Cancún.
Siempre tuvimos un sueño en común, vivir en España. Así que cuando cumplimos quince años, empezamos a ahorrar dinero para algún día poder ir.
Hace una semana cumplí dieciocho años, Jul lo había cumplidos hace un mes. Por lo tanto, nuestros padres nos dejaron ir.
No hicimos caso a los veinte minutos que nos ordenó Rik, mas bien tardamos una hora.
Bajamos las maletas y en la sala nos esperaban ambas familias.
–Eran veinte minutos –se quejó Rik – No una hora.
–Lo sentimos – le dije –Jul no decidía que llevar.
–Al final lleve todo – confeso ella, alegre. Y todos se rieron.
Mi Mamá, la mamá de Aly y Rik nos acompañaron al aeropuerto. Y nuestros papás fueron en otro carro.
Rik es nuestro mejor amigo, a los once años se mudo cerca de donde viviamos, y como era el nuevo de la escuela decidimos formar un grupo con el. Desde ahí no nos separamos nunca mas.
–Llegamos –dijo mi madre, emocionada.
Jul y yo nos miramos emocionadas también.
Nos despedimos de todos en el aeropuerto. Lagrimas cayeron en los rostros de nuestras mamás, como siempre tan dramáticas.
–Llamen apenas lleguen al apartamento –ordenó Rik.
Asentimos y lo abrazamos como dos ositos.– Iré a visitarlas en cuanto pueda-nos dijo.– Y cuídense mucho.
Subimos al avión, Jul se quedo con el asiento del pasillo y yo con la ventanilla.
Eran las 11:00 pm, Jul se quedo dormida apenas despegamos. Yo me quedé despierta un poco mas.
Fue un vuelo bastante largo, pero al fin llegamos.
Bajamos en el aeropuerto de Madrid. Desde ahí teníamos media hora hasta el apartamento.
Unas semanas antes de venir, comenzamos a buscar hoteles o lugares donde podríamos quedarnos hasta conseguir un apartamento, pero encontramos un piso casi en el centro de Madrid. Era muy lindo y podíamos pagarlo, así que lo reservamos.
Llegamos al edificio y dejamos nuestras cosas allí. Mas tarde debiamos ir a la oficina de la dueña del edificio, para firmar el contrato.
Al llegar notamos que estaba con otra persona, así que decidimos esperar.
Un chico salió de la oficina, estaba enojado.
Jul y yo nos miramos como diciendo –¿Y este que?.
–Pueden pasar –nos dijo la señora, amablemente.
–Buenos días –dije y Jul hizo lo mismo.
–Buenos días –sonrió – Antes que nada me presentare, Soy Alba. Aquí esta su contrato, sera de seis meses ¿esta bien? – preguntó.
–Claro –respondí – Perfecto.
Firmamos y ya está hecho, tenemos un lugar para vivir.
Subimos de nuevo al apartamento así podríamos ordenar nuestras cosas y en cuanto llegábamos, volvimos a encontrarnos con el chico enojado que había salido de la oficina.
Era guapo y alto, tenia cabello rubio, llevaba una playera azul y unos jeans negros. En verdad era lindo.
Estaba parado en la puerta del apartamento vecino. Golpeando la puerta, parecía que alguien no quería abrirle.
–¿Vecinas nuevas? – preguntó sonriendo.
Ni Jul ni yo sabíamos que responder.
–Si, eso parece –respondí –Soy Emma y ella es Jul –dije señalándola mientras ella seguía como estatua.
–Zic–extendió su mano hacia mi y luego hacia Jul. –Espero estén cómodas. Si me disculpan... –dijo y volvió a golpear la puerta– ¡Ander ya abre la maldita puerta! –gritó.
Jul y yo nos reímos, pero cuando volteo a vernos intentamos disimular.
Cuando iba a golpear una vez mas, la puerta por fin se abrió. Salió un chico, también era rubio pero este era mas bajo y llevaba un pijama negro y gris.
–Ya cálmate -dijo frotándose los ojos – ¿Qué no tienes llave? – preguntó
–La olvide. Muévete. – entro a su apartamento y el otro chico nos miro.
–Disculpen a mi hermano –encogió los hombros –Soy Ander .
–Jul y Emma –nos presenté –Vecinas nuevas.
–Ya lo veo –sonrió –Debo irme, suerte.
Jul seguía como estatua así que la llevé hacia dentro del apartamento, y reaccionó.
–¿Viste lo guapos que eran? –dijo en shock –Y son nuestros vecinos.
–Si, muy lindos –Ironicé
Si Jul tenia una debilidad eran los chicos, ella no sale con cualquiera pero todos, absolutamente todos, son guapos para ella.
Recorrimos el apartamento, creímos que seria un espacio chico, pero no, era grande. sus paredes eran hermosas y estaban bañadas de color blanco, los marcos de la ventana eran color lila, como las cortinas y el sofá. A diferencia de la sala, las habitaciones eran, una de color lila y la otra era azul pastel –Adivinen quien se quedó con la de color lila–Los marcos de las ventanas y puerta, eran blancos. Ambas tenían un closet bastante amplio y bonito. Era un hermoso apartamento, estábamos muy conformes
Desde la mañana hasta la tarde, ordenamos y ordenamos nuestras cosas. No es que hayamos traído muchas pero.... Bueno si, trajimos muchas cosas. En especial Jul.
Al caer la noche nos preparamos para dormir, yo me puse mi pijama y Jul el suyo. Hasta que nos dormimos.
A las dos de la mañana empecé a escuchar que llamaban a la puerta. Al principio dude en abrir pero lo termine haciendo.
En cuanto abrí la puerta, vi la cara del chico rubio de al lado.
Frotándome los ojos pregunté- ¿Hola?
–Oh, lo siento si te desperté – se disculpó.
–No te preocupes. ¿necesitas algo?
–Si–encogió sus hombros – Se nos ha roto el refrigerador, mas bien alguien lo ha roto. Y vine a preguntar si podrían guardarnos unas cosas. – sonrió, tímido - Si no es molestia, claro.