Noche en Madrid

Capitulo 3

Aun no entiendo como una persona puede tardar dos horas en arreglarse, enserio ¿Por qué tanto?

–¡Jul, si no sales en dos minutos me iré sola! –grité desde la sala.

–¡Ya casi estoy!

–¡Pues apúrate!

Esa conversación la tenemos cada vez que vamos a ir a una fiesta.

–Entonces ¿A dónde iremos? –pregunto saliendo de la habitación, colocándose un pendiente.

–Aquí a un lado del edificio hay un bar.

Ella no estaba muy animada que digamos pero aceptó.

Antes de llegar , me entraron nervios. ¿Nervios porqué? Si solo ibamos a un bar, como dos amigas normales y ya.

No hay porque estar nerviosa ¿no?.

Es obvio que estas nerviosa porque tu lindo vecino trabaja ahi.

Ni modo de que eso sea cierto, cállate.

Apenas entramos al bar, intenta encontrar a Ander. Pues claro, era la única cara conocida que tenia.

Jul estaba a punto de pedir una mesa cuando tire de su brazo y la lleve hacia la barra.

–¿Por qué mejor no pedimos una mesa? –Se quejó.

–Porq...

Estaba a punto de responderle cuando una voz familiar se escuchó.

–Vaya, vaya –dijo Ander –No esperaba verte tan pronto aquí.

–Alguien quería salir –señalé a Jul. 
Mientras ella me miraba sonriendo perversamente, pero sin entender lo que pasaba.

–Solo es un amigo –aseguré.

–Ajam "Amigos" -hizo comillas con sus manos –Se conocen hace un día.

Le sonreí y no le di importancia a su comentario.

–Pues díganme ¿Qué os sirvo?

–Dos cervezas –dijo Jul.

–¿Cervezas? Que aburridas.

–Es para comenzar la noche –murmuró Jul.

–¡Que marchen dos cervezas a mi cuenta! –le dijo a su compañero y luego me miro a mi –Prometí un trago gratis –guiñó su ojo y yo me ruboricé.

Jul nos interrumpió –¿Cómo que gratis? .

–Larga historia –le respondí

–Vengan -nos llamó Ander. –Os pedí una mesa y como mi jefe no está, me sentaré con vosotras.

Jul y yo nos sentamos enfrentadas, y luego Ander se sentó a mi lado.

Mientras Ander hablaba, podía notar la sonrisa picara de Jul. Aunque le hice señas, ella no dejó de mirarnos.

–Pues cuéntenme ¿Cómo llegaron aquí?

–Emma me trajo –murmuró Jul –Yo quería ir de fiesta.

Le tiré una papa frita en la cara –¡Jul!

–Es verdad, no me regañes.

–Pues si quieren ir a una fiesta, puedo llevarlas -interrumpió Ander.

–¿De verdad? –dijo Jul, emocionada.

–Un amigo de Zic hará una fiesta hoy. Si esperáis a que termine mi turno, os llevo.

–Bien –respondió Jul, sin pensarlo dos veces.

Ambos voltearon a verme, esperando a que responda.

–Solo un rato –respondí, resignada.

–¡Yes! –respondieron Jul y Ander emocionados.

Según Ander, su turno terminaba a las once, así que solo nos queda esperar.

Mientras esperábamos, comenzamos a conocernos. Jul le contó la vez que nos castigaron en la escuela, bueno.... Todas las veces. El no contó que no es español, al menos no de nacimiento, en realidad es ruso. Toda su familia es de allí, y que vinieron aquí cuando el había cumplido dos años.

Dieron las once y Ander fue a confirmar que su turno terminó 
–¿Vamos? –dijo el.

Nos levantamos y lo seguimos hacia su auto. Jul y yo nos miramos diciendo –Vaya– Era un hermoso auto color negro.

Subimos sin saber donde iríamos, y además con un desconocido. Que era nuestro vecino pero quien sabe. 
Por suerte no era ningún asesino serial o un secuestrador. Me di cuenta en cuanto estábamos llegando al lugar de la fiesta.

Era una casa, mas bien una mansión súper grande, había demasiada gente para mi gusto, creo que solo yo me he puesto a pensar – ¿Conocerán a la mitad de estas personas? – Yo creo que no.

El interior de la casa era inmenso, Ander nos dirigió hacia la sala en donde se encontraba Zic y un grupo de amigos.

El saludo a Ander y luego fue por nosotras.

–¡Vaya! -dijo, sorprendido –Que sorpresa verlas aquí. ¿Ya han caído en la mala influencia de mi hermanito? –bromeó mirando a Ander, que puso los ojos en blanco.

–No las molestes –ordenó el.

–Ya vale –se rio – ¿Quieren algo de beber?

–Por favor –murmuró Jul, quejándose.

Zic le dio lo que al parecer era un shot de ¿vodka?, la verdad no estaba segura de lo que era. 
De lo único que estaba segura, era de que debía cuidar a Jul. Pues cuando se emborracha, es un peligro.

Ander me ofreció solo una cerveza, pese a que el tambien tenia que cuidar a su hermano.

–Salud por las niñeras –bromeó el. 
Y chocamos botellas.

Habían pasado dos horas y tanto Jul como Zic estaban muy ebrios. Quise sacarla de allí y llevarla a nuestro piso, pero se negó.

–Ven -murmuró Ander, extendiendo su mano dando a entender que lo siga. 
Lo hice, me llevo hacia el patio de ateas de la casa, donde sorprendentemente no había gente.

Bueno... no mucha.

–Te presento mi lugar, el sector anti-ebrios –se rio

–¿Anti-ebrios? –pregunte, confundida.

–Cada vez que el amigo de Zic organiza una fiesta, yo vengo aquí para alejarme y no asesinar a nadie.

–Que profundo -bromeé.

–A veces puedo serlo. –sonrió –Pero no vinimos a hablar de mi o ¿si?. Cuéntame mas de ti.

–Pregunta lo que quieras.

–Mmm –pensó –¿Qué te gusta hacer?

Pensé y pensé un momento –Bailar y…. Cantar tal vez.

–¿Puedes cantarme algo?

–Oh no. Que vergüenza –encogí mis hombros

–Vamos, no te miraré –dijo mientras se dio la vuelta.

–No voy a hacerlo –me reí

–Vale vale. Entonces cuéntame ¿de donde vienes?

–Buenos Aires –al ver la cara de confusión le expliqué –Argentina. Pero viví en México gran parte de mi vida.

–Oh, era cierto cuando decían que las argentinas eran guapas –me guiño un ojo.

Lo único que hice fue reírme

–¿Y tu?

–¿Yo que?

–Cuéntame algo de ti.

–Pues solo soy un lobo solitario antisocial que hace de niñero.




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