El gato

Aquella madrugada el joven McWitman soñó que estaba en la playa, y que el mar se veía de un color rojizo, y que las olas eran grandes y fuertes, y que de cada ola que llegaba, aparecía un pez que salía del agua  y luego se transformaba en un gato, estos gatos se veían realmente espantosos, pues eran sólo huesos mojados, que luego salían corriendo, pero que en el trayecto del camino su poca piel iba cayendo de sus esqueléticos cuerpos. McWitman pasó todo el día pensando en gatos y en no volver a comer pescado. Se miró el brazo y en él tenía una profunda herida, le dolía, pero quiso ocultar el dolor bebiendo unos cuantos tragos de los vinos que vendían en el restaurante donde él trabajaba. Cuando llegó a la casa luego de un largo día de trabajo, abrió el congelador que estaba apagado, éste apestaba, allí estaba el cuerpo del gato que había guardado en el lugar de las verduras  hace cinco días atrás, miró toda la sangre que estaba en la bandeja, así que miró fijamente al gato al cual le colgaba la cabeza del cuerpo y miró el corte que le había hecho en el cuello con un cuchillo, tomó al gato con una toalla de cocina y lo guardó en una bolsa de plástico, luego lo llevó hasta el basurero que quedaba detrás de la casa y prometió no volver a matar a ningún gato durante un largo tiempo.