El ladrón y la última pieza. El looter tiene las siete vidas del gato ¿La nariz y luego qué?
Pensando que habría muerto, desperté en un sitio desconocido. Todavía no me han vencido. –
El looter despertó con una terrible jaqueca. Nadie creería que un montón de goma y telas añejas, contenido en una base de una camioneta lo salvarían.
Mikonos se ubicaba en un sitio repleto de cols (colchones de agua) que amortiguaron su caída desde lo alto de aquel a cúspide. El día estaba luminoso con dos soles marcando la claridad. Un ir y venir de efectivos se desplazaba evacuando a cada ser extraterrestre y terrestre de cada planeta. En medio de un amanecer los cruceros de cada grupo se retiraban para continuar. El looter se resintió por las lesiones. Salió de al í sigilosamente descendiendo de ese gran tacho que amortiguó el descenso. En un sitio calmado del bullicio, sacó de un estuche una jeringa con un líquido viscoso. Era una suerte de calmante potente. Eso le ayudaría a menguar el dolor de los golpes.
Su pierna tenía una leve fractura que vendó con una tablilla.
- Bueno todo estaba muy bien calculado. – Se dijo – tengo gema del disco y verifiquemos…. – Tomó un estuche que al abrirlo una luz resplandeció. Los ojos de ídolo.
El intercambio, mientras abrazó al millonario valieron los golpes. Su táctica de quedar totalmente expuesto a fin de que lo tomen por muerto con el desastre destructivo.
- Louis y Lerna se enfadarán por no decirles el plan. Habíamos planeado que irían por mí en otro sector, y sabiendas de que se presentarían los maleantes, tuve que llevar a Caciope con las señas que produje en nuestro cruce. Aunque sospechaba que estaba del lado del mister. Entiendo. Solo me quería ese maldito para la parte difícil. El disco. Sin embargo. Ya deben darse por enterados de los rubíes. ¡¡Uhh!! – Suspiró.
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Quisiera que el a no tuviese nada que ver con todo éste desquiciado plan.
Caciope estaba en un camarote encerrada. Le había otorgado la caja con los rubíes depositados por Mikonos a Sistina. Y pensaba recostada en una cama. Dando vueltas de un lugar a otro. En una dirección y en otra. De un estuche que poseía había tomado una fo (foto-imagen) de ambos como parte de su trabajo de espionaje. En el a, se la veía un tanto enfadada, en cuanto a Noir, sonriente riéndose por alguna broma, o comentario fuera de lugar de aquel. La observaba constantemente y siempre oía una voz.
- ¡¡Vete de aquí looter!! – Gritaba en la confusión en su imaginación – ¡¡Eres un tonto Noir!! ¡Por qué? ¿Por qué no te escapaste? – Se decía. Ella como saqueadora sabía que el looter podría tener siempre una carta para jugar. Pero esta vez su experiencia no le daba opciones verídicas de que se hubiera salvado. – ¡¡Maldición!! – ¡Mikonos! ¡Mikonos! – Se iba desvaneciendo en un sueño – Tú, eras mi salvador… - y se durmió
Una niña de cabello plateado llorando en medio de un Disturbio. Entre sus lágrimas pedía por su madre.
- ¡¡Mami!! ¡¡Mammi!!
Un ser se acercó a ella queriendo raptarla. Era un poblado rustico que ardía entre llamas y cenizas de cuerpos calcinados
- ¿Una sobreviviente eh? – Aquel desalmado extendió la mano y el a miraba con terror y cerró los ojos del miedo.
Al abrirlos aquel extraño estaba tumbado en el suelo con un corte letal. Detrás de ella un niño semi humano.
- ¡¡Ven conmigo!! ¡¡Te sacaré de aquí!!
El a no comprendía las palabras de ese lenguaje y se secó las lágrimas.
- Vamos – tomó su mano y salieron de aquel sitio antes que l egaran los mercenarios.
Caciope despertó exaltada observando al looter en una imagen compenetrada en el techo.
- ¡¡Mikonos!! – Repitió su nombre al despertar de aquel sueño de su niñez – te he conocido desde siempre…por favor no vuelvas a desaparecer – Confesó entre dormida.
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Hefestos se ubicó en el taller durante toda la jornada que fue sucedida. Crimson siempre fue un herrero como aquel antiguo pariente ayudante de Polux. Sabía las combinaciones necesarias. Y como saqueador mercenario dedicó parte de su existencia al hurto y el descubrimiento, pero su ascendencia jamás otorgó a la familia venidera el conocimiento fáctico de aquel artefacto. Luego del primer descubrimiento que se hiciera de unos papiros que desaparecerán comenzó esta carrera.
- De cierta forma, sabría que vendrían a mí – Se expresó así mismo mientras con un monóculo electrónico estudiaba la pieza faltante del disco. La cual se completaba con otra. Y
alcanzó en un impase temporal a ver como el looter se las ingeniaba para cambiar la pieza en meros milisegundos. Eso le provocó una risa intestinal al palparse la parte baja del cuerpo - ¡!Ja!! ¡¡Jaaa!! ¡Qué sujeto tan increíble! Debería haber trabajado con él. Uff…- Suspira – No creo. Ahora debo analizar mis posibilidades con el mister. Tenía todas piezas.
El libro para armar el ídolo descifrando su código, el disco, la gema faltante, los rubíes, y falta la nariz.
Al terminar de vendarse la fuerte herida en el pie y su cabeza, se dirigió sigilosamente entre todos los efectivos del Grand Park que se desplazaban por doquier en la urbe. Tenía que pasar desapercibido entre los civiles de diferentes razas. No obstante, antes de ello, estaba aún muy golpeado por todo el desarrol o de los combates que se fueron gestando. Luego de todo lo sucedido, él sabía bien que Caciope estaba trabajando para el mister y que aquel acuerdo consigo era una farsa. Saldría a todas luces el desencanto de aquel os motivos. Por algo Sistina que es otra saqueadora sabe bien en
¿Dónde ubicarlos, y cómo? Al looter no le importaba, y comprendía de antemano entre las aserciones de sus dichos internos que el a, debía entender el peligro de trabajar para el mister. Aunque, continuaba escondiendo verdades en su apariencia. Ella es una saqueadora, pero con infinidad de mañas guardadas en su interior.
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Editado: 29.05.2024