Capítulo III: Te conocí

Al escuchar y ver aquel hombre que se dirigía hacia mí, sentí un calor que me recorrió todo el cuerpo, las mariposas en el estómago daban más que mil vueltas y lo único que pensé al escucharlo fue: << Pero ¿qué mier?>>

Le mostré una mueca en señal de no entender, me di media vuelta y seguí caminando, acelerando un poco el paso.

- ¡Hey! Por favor, mira yo sé...

De pronto corrió y se detuvo frente a mí. 

-Yo sé que esto te debe parecer super raro, pero no pude evitar el estar aquí. -me dice aquel joven tan guapo.

- ¡Ah! ¿No? Sabes no te conozco, debes estar confundido. Permiso. -Trato de pasar, pero me lo impide haciendo que bailemos un tipo vals por unos segundos. Mi ritmo cardíaco se empieza acelerar a causa de la adrenalina. Pero ¿qué quiere este tipo? pensé. 

-Me puedes dejar pasar por favor. Ya te dije que no te conozco. -le digo con voz firme.

-No, no puedo dejarte pasar, a menos que me digas tu nombre. -me responde.

-Estás loco en serio -al decirlo se me escapa una risa sarcástica.

-Mira, lo sé. Nunca he hecho esto. Me tenía que bajar hace como 4 o 5 paradas antes, pero aquí estoy; perdido acá y sólo para saber tu nombre.

Sonrío y el también y se ríe un poco por lo que estaba diciéndome. Era realmente hermoso cuando se reía, pero cuando termina de reírse me mira sincero y me dice:

-Eres más hermosa aun cuando te ríes.

Sentí un cosquilleo y traté de disimular el color en mis mejillas. Luego supe que se había dado cuenta de todos mis gestos y síntomas de aquel encuentro.

-Me llamo Dante.

-Okey Dante, no sé qué tramas, pero yo no le doy mi nombre a desconocidos.

-En realidad ya llevamos unos 5 minutos conociéndonos además súmale una media hora de viaje en bus, ósea ya son unos 40 minutos conociéndote. Así que tan extraño ya no soy. -me argumenta.

Al momento que me lo estaba diciendo se había acercado dos pasos más frente a mí. Su aroma ya me tenía loca, tragué mi cosquilleo y me digné a decir:

-Me llamo Pascal, mucho gusto -le extendí mi mano.

-El gusto es completamente mío -toma mi mano fuerte, pero sin hacerme daño y al mismo tiempo me atrae hacia él, quedando a solo un movimiento para un beso.