Notas de un futbolista

Nota 3: Recuperación

Después de una semana intensa de partidos, donde cada minuto en la cancha fue una batalla, la recuperación se vuelve tan fundamental como el propio entrenamiento. Hoy me tomé el día para hacer exactamente eso: darle un respiro a mi cuerpo, que después de tanto esfuerzo, lo necesita. Esos partidos nos dejaron a todos con el cuerpo al límite, las piernas pesadas y los músculos tensos, pero la cabeza alta, sabiendo que dimos todo. Sin embargo, sé que para seguir rindiendo al máximo, es vital cuidar el físico y la mente con el mismo empeño que pongo en cada jugada.

La mañana la arranqué con una sesión de fisioterapia, algo que, para ser sincero, no es la parte más divertida del fútbol, pero sí una de las más necesarias. Me recosté en la camilla, mientras el fisioterapeuta trabajaba en mis músculos, liberando esa tensión acumulada que se va sumando con cada partido. Cada presión, cada movimiento de sus manos, parecía desatar un nudo interno, como si fuera limpiando la máquina que es mi cuerpo para que esté lista para la próxima batalla. Sentí cómo mis piernas volvían a ser mías, más ligeras, más preparadas para lo que viene.

Después de la fisioterapia, no podía faltar una buena alimentación. La dieta de un futbolista es clave, lo sé desde siempre, pero ante no le deba tanta importancia y hoy en día no deja de sorprenderme cómo lo que comemos puede hacer una diferencia tan grande en cómo nos sentimos en la cancha.

Hoy, me concentré en reponer energías, en darle al cuerpo lo que necesita para recuperar ese combustible que quemé en la semana. Un buen plato de pasta, frutas frescas, y mucha agua para hidratarme. No es solo una cuestión de llenar el estómago, sino de prepararme para el próximo desafío, que cada vez va más en aumento, y necesito seguir alimentando el motor que me permite hacer lo que amo.

Pero no todo se trata del cuerpo; la mente también necesita su momento de descanso. La presión, la adrenalina, la concentración… todo eso también cansa, y si no le das un respiro a la cabeza, tarde o temprano te pasa factura. Así que hoy me tomé un rato para reflexionar sobre mis actuaciones recientes, para repasar cada partido, cada jugada, y aprender de ellas. En el fútbol, como en la vida, cada partido es una lección, y siempre hay algo que mejorar. Pero después de esa reflexión, fue momento de desconectar un poco, de dejar que la mente se libere.

Pasé la tarde con mi familia y amigos, las personas que siempre están ahí, en las buenas y en las malas, apoyándome incondicionalmente. Reírme con ellos, charlar de cualquier cosa menos de fútbol, compartir una comida, salir a caminar, me recarga de una manera que nada más puede hacerlo. Esos momentos son los que me recuerdan por qué hago lo que hago, por qué vale la pena todo el sacrificio. Son mi cable a tierra, lo que me mantiene enfocado y motivado.

Esta pausa es esencial para volver a la cancha con más fuerza y energía, con las ganas renovadas de seguir peleando por mis sueños y por este campeonato que tenés por delante. La recuperación es parte del éxito en el fútbol, y hoy, más que nunca, sé que cuidar cada detalle es lo que me permitirá seguir adelante. Porque en este juego, cada día cuenta, y lo que hacemos fuera de la cancha es tan importante como lo que hacemos dentro de ella.




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