Notas de un futbolista

Nota 28: Problemas con las Adicciones

Hay batallas que se juegan fuera de la cancha y que muchas veces son más duras que cualquier partido. Enfrentar problemas con las adicciones es una de esas pruebas que desafían no solo a tu cuerpo, sino también a tu mente y a tu espíritu. Tengo recuerdo muy vividos de esos momentos oscuros en los que las tentaciones parecían más fuertes que mi voluntad. Momentos en los que sentía que estaba perdiendo el control, y cómo eso afectaba mi rendimiento en la cancha, mi relación con mis compañeros, y mi vida personal.

Las adicciones, en cualquiera de sus formas, son una trampa que te hace creer que podés manejarlo, que todo está bajo control. Pero la realidad es que te van consumiendo de a poco, sacándote lo mejor de vos y alejándote de las cosas que realmente importan. En mi caso, empecé a notar cómo mi rendimiento bajaba, cómo me costaba mantener la concentración durante los entrenamientos y cómo me sentía cada vez más alejado de la pasión que siempre tuve por el fútbol.

Pero el deporte también me enseñó algo fundamental: los verdaderos campeones no se rinden ante las adversidades. El apoyo de mi familia fue clave en ese momento. Mis viejos, que siempre estuvieron ahí para bancarme en las buenas y en las malas, me dieron la fuerza que necesitaba para darme cuenta de que algo tenía que cambiar. También mis amigos y mis compañeros de equipo jugaron un papel fundamental. No me juzgaron, no me dieron la espalda; al contrario, estuvieron ahí para apoyarme, para hacerme ver que no estaba solo en esta pelea.

Fue en ese momento que entendí que tenía que buscar ayuda. Fue una decisión difícil, porque aceptar que uno tiene un problema y que no lo puede resolver solo requiere de mucha humildad. Pero fue la mejor decisión que pude haber tomado. Empecé un proceso de recuperación que no fue fácil, pero que me permitió reencontrarme conmigo mismo, con ese pibe que se enamoró del fútbol desde chiquito y que siempre soñó con ser el mejor en lo que hacía.

Aprendí a valorar la salud mental y física como fundamentales no solo para mi carrera, sino también para mi bienestar general. El fútbol es un deporte exigente, que demanda mucho tanto a nivel físico como emocional, y estar en condiciones óptimas es esencial para poder rendir al máximo. Pero más allá de lo deportivo, comprendí que la vida también se juega fuera de la cancha, y que mantener un equilibrio en todos los aspectos es clave para ser feliz y estar bien.

Después de todo lo vivido, puedo decir que soy un ejemplo de superación y perseverancia. No fue fácil, pero logré salir adelante y, gracias a eso, hoy puedo estar acá, disfrutando de cada entrenamiento, de cada partido, y valorando cada minuto en la cancha como un regalo. Sé que mi experiencia puede servirle a otros que estén pasando por lo mismo, y por eso me comprometo a mantenerme fuerte y enfocado en mis metas.

Cada día es una oportunidad para seguir creciendo, para mejorar, y para recordar que el fútbol no solo se juega en la cancha, sino también en la vida diaria. Hoy más que nunca, estoy decidido a no bajar los brazos, a seguir luchando, y a demostrarme a mí mismo y a los demás que, con esfuerzo, dedicación y apoyo, se puede superar cualquier obstáculo. Porque, al final del día, lo que realmente importa es poder mirarte al espejo y estar orgulloso de la persona que ves, sabiendo que diste todo de vos para estar donde estás.




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