Notas del corazón [outbreak libro #1]

CAPÍTULO I

CAPÍTULO I

—¿Leíste la noticia? —escucho que me pregunta Madison, mi asistente.

—¿Qué noticia? —pregunto, termino de cortar los pedazos de tela y los dejo a un lado.

—Al parecer una chica se suicidó en el psiquiatra, con su muerte serían dos en el mes.

—¿El psiquiatra del que estábamos hablando la otra vez?

—Ajá, ese mismo.

Suspiro, levanto la cabeza para verla —. Es una lástima, ¿sabes cómo se llamaban?

Sus ojos empiezan a moverse rápidamente leyendo todo el artículo, la dejo ahí mientras empiezo a coser todo lo que acabo de cortar. Estoy completamente segura que será un vestido hermoso, la parte mala es que me falta todo.

Hago una mueca pensando en todo lo que me tardare en hacer un solo vestido. Noches sin dormir, capaz y días sin comer solo para terminar el vestido.

—No dice nada, creo que los familiares decidieron tener privacidad sobre el tema.

—¿Qué? —pregunto con confusión.

—Los nombres, no los dicen, te digo que probablemente decidieron que era mejor tener privacidad.

—Y con mayor razón —suspiro. Paso mi mano por la cara cuando empiezo a sudar, a veces el aire acondicionado no sirve para nada.

Mad asiente con la cabeza mientras sigue leyendo la noticia, me concentro en terminar las costuras que estaba haciendo antes de ser interrumpida por Madison. Tengo que terminar este vestido ya que lo tengo que presentar la otra semana, también tengo que ir pensando que es lo que hare para navidad.

Estamos empezando noviembre, pero tengo que estar preparada para la navidad, muchos diseñadores sacaran colecciones y yo no seré la excepción.

—Creo que los más afectados fueron los amigos, porque eran los que pasaban más tiempo con ellos, y creo que la chica que se suicidó era la novia del chico que murió primero.

Silbo, veo el reloj que se encuentra en mi mano derecha, me levanto de la silla y empiezo a guardar mis cosas.

—Me tengo que ir, tengo una entrevista y tengo que ir a recoger a mis hermanos ya que Thomas no podrá hacerlo. En una mesa están los moldes para que los empieces a recortar y a coser, yo posiblemente venga hasta mañana, de igual manera tratare de avanzar con el vestido. Si necesitas algo no dudes en llamarme —, no dejo que me conteste y empiezo a caminar hacia la salida.

—¡¡FUERON COMO ROMEO Y JULIETA!! —escucho que grita, rio un poco mientras me pongo mis lentes de sol, estoy agradecida de que aun no haya empezado invierno, ya que tendría que sacar colección de invierno, y ahora estoy muy ocupada como para sacar otra colección.

Acelero mi paso cuando veo que los paparazzis me están esperando afuera de mi estudio, bajo la cabeza cuando todos los flashes empiezan a disparar en mi dirección, en el poco tiempo que llego en este mundo de celebridades y famosos, he aprendido que tengo que bajar la mirada para no marearme.

Empiezan a hacer miles de preguntas sin sentido, que solo hacen que me retrase.

—¡¿CÓMO CONSIGUIO FAMA TAN RÁPIDO?! —escucho que gritan, me muerdo los labios para no contestar.

—¡¿USTED HACE TODOS LOS DISEÑOS O LOS HACE ALGUIEN MÁS?! —escucho a alguien más.

Pues los hago yo, gran pendejo.

Sonrió internamente cuando me doy cuenta que estoy cada vez más cerca de mi auto. Solo unos pasos más y podre salir de esta horda de zombies.

—¡¿SE ACOSTÓ CON SUS MAESTROS PARA LLEGAR A DONDE ESTÁ?!

Cuando escucho esa pregunta me detengo abruptamente. Me volteo lentamente mientras busco con la mirada al imbécil que pregunto eso.

Sí, puede que me acosté con unos cuantos maestros, pero eso no significa que por eso estoy donde estoy.

—¿Disculpa? —pregunto, siento los ojos de todos sobre mí. Empiezo a jugar con mis manos para calmar mi nerviosismo.

—¿Se acostó con sus maestros para estar donde esta? —escucho de nuevo. Esta hasta atrás, que cobarde de mierda.

—Si vas a preguntarme algo así, pregúntamelo en la cara, no te escondas detrás de todo este gentío.

Varios de los paparazzis se apartan para que yo pueda ver a la persona estúpida que hace preguntas estúpidas como él.

—¿Se acostó con sus maestros para estar donde esta? Y no me haga repetir otra vez la pregunta, solo conteste con un simple sí o no —veo claramente que se trata de un hombre. Mayormente siempre me hacen este tipo de preguntas, siempre son los hombres y unas cuantas mujeres, siempre trato de ignorarlos, pero hoy no me apetece hacerlo.

—¿Cómo te llamas? —pregunto cruzándome de brazos.

—James —contesta, cuando esta enfrente mío noto que me saca una cabeza o dos. Tanta altura para reverendo pendejo.

—Escucha querido James, en primer lugar, no tienes ningún derecho de hablarme así, si yo quiero contestar la pregunta, lo hago, si no quiero, pues no lo hago. Si a ti no te gusta repetir las preguntas tan idiotas que haces te recomiendo buscar otro trabajo. Segundo, mi vida sexual no tiene nada que ver en mi carrera profesional, estoy donde estoy por mí, yo llegue hasta aquí por mis diseños, por como soy, no llegue aquí por montarme en un pene flácido —suspiro, paso una mano por mi cabello—. Así que, te invito a que te cuestiones el tipo de preguntas que les haces a las figuras públicas, a nadie le interesa saber sobre la vida sexual de los demás, a menos que seas un enfermo, claro está.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.