Notas del corazón [outbreak libro #1]

CAPÍTULO III

CAPÍTULO III

—Compre un apartamento —dice Thomas, detengo la cuchara que iba hacia la boca de Aiden.

—¿Qué?, bromeas, ¿cierto? —contesto, Aiden patea llamando mi atención, frunzo el ceño mientras le doy de comer.

—No, no bromeo, Riley.

—Pero estamos a mitad de noviembre Tom, ya casi será navidad, ¿cómo harás con Aiden?, ¿y las niñas?, sabes que Chloe llorará mucho.

Suspira—. Lo sé, pero ya he tomado la decisión, y lo que sea que digas no me hará cambiar de opinión.

—Pero...—trato de decir, se acerca y se lleva a Aiden que se acaba de terminar la papilla.

Frunzo el ceño, ya que me dejo con la palabra en la boca, que es algo que é usualmente no hace.

Abro la boca para gritarle algo, pero la llamada entrante me interrumpe. Vuelvo a fruncir el ceño cuando me doy cuenta que se trata de la secundaria de Audrey.

—¿Hola? —es lo primero que digo cuando contesto, me muevo por todo el apartamento para encontrar a Thomas y podamos escuchar la llamada juntos.

Lo encuentro en su habitación jugando con Aiden, entro y pongo la llamada en alta voz.

Buenas tardes, lamento mucho llamar, pero la señorita Audrey Miller tuvo un problema y este es el número que sale en cualquier caso de emergencias. ¿Es usted la madre de ella?

Niego rápidamente con la cabeza como si pudiera verme, de reojo veo como Thomas está reprimiendo una sonrisa.

—No, no, yo soy la hermana mayor de ella, Riley Miller.

Carraspea—. Bueno, pues no quería ser yo quien le informara sobre esto, pero hemos encontrado a su hermana fumando y besándose con un chico en el patio trasero. Nosotros tenemos nuestras sospechas sobre ellos, creemos que han estado saliendo hace 5 meses.

Levanto la cabeza y veo a Thomas, que estoy segura que está contando hasta 100 para no alterarse.

—Muchas gracias por informarme, ¿tendré que ir a recogerla?

Sí, también quería hablar con ustedes respecto a sus notas, pero me parece más sensato hacerlo vía persona. ¿Puede venir ahora? Los dos chicos están esperando en la dirección.

—No, no hay ningún problema. Voy para allá.

No espero a que diga algo y cuelgo.

Tiro el teléfono a la cama y paso una mano por mi cabello tratando de encontrar toda la paciencia posible.

—¿Te quedas o vienes conmigo? —le pregunto a Thomas.

—¿Crees que me voy a quedar aquí?, arreglare a Aiden y salimos.

Asiento con la cabeza y salgo de su habitación, entro a la mía y empiezo a buscar un conjunto casual. En primer lugar, no es la semana de la moda como para que vaya con un super traje, y en segundo lugar, tengo que verme como alguien responsable cuando no lo soy.

Termino de arreglarme atando mi cabello, agarro un bolso y salgo de mi habitación, cuando llego a la sala Thomas me da mi teléfono y a Aiden, él agarra mi bolso y la pañalera de Aiden, también agarra las llaves.

Cuando salimos del edificio milagrosamente no había ningún paparazzi cerca para que nos acosara a muerte, me subo al asiento de copiloto esperando a que Thomas arranque el auto.

Durante todo el trayecto vamos en silencio, bueno, dentro de lo que cabe, porque Aiden va balbuceando y riendo.

Thomas estaciona en auto en la orilla, me bajo del auto con Aiden en mis brazos siempre mirando a todos lados. Thomas me agarra de la cintura y empezamos a caminar, en la entrada nos detiene el vigilante ganándose una mirada de pocos amigos de parte del señor Thomas Miller.

—¿Qué desean?

—Venimos a recoger a Audrey Miller.

—¿Son los padres?, les recuerdo que...—

—Sí, somos los padres, ¿nos va a dejar pasar o seguirá diciendo estupideces? —lo interrumpo, él me mira feo, pero luego habla por el radio que está pegado a su pecho, después de unos largos 5 minutos de espera nos deja pasar.

Como Thomas es el que más viene por acá, él me guía a la dirección.

Cuando entro a la dirección veo como Audrey está sentada al lado de un chico pelinegro que parece totalmente despreocupado, ella le está susurrando cosas, él a duras penas asiente con la cabeza. Veo como Audrey mueve las piernas, ansiosa, pero el chico pone su mano en el muslo de ella para calmarla.

Frunzo el ceño y me acerco a ellos para romper su escenita.

Carraspeo haciendo que se den cuenta de mi presencia.

Audrey cuando ve que se trata de mi se sobresalta, y se asusta mucho más cuando ve a Thomas cruzado de brazos al otro extremo de la habitación.

—Riley, ¿qué haces aquí? —empieza a decir nerviosa, carraspea varias veces porque anteriormente se le salieron muchos gallos—. Pensé que estarías ocupada con una rueda de...—

—Hablaremos más tarde, Audrey —la corto haciendo que ella asienta con la cabeza nerviosa, volteo la cabeza y me doy cuenta que el pelinegro prácticamente me estaba comiendo con la mirada—. ¿Y tú eres? —pregunto enarcando una ceja.




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