Novia Falsa ¿o no?

Capítulo 001

Todo comenzó con una llamada que no debería haber escuchado. Pero claro, ¿cómo iba yo a resistirme cuando Yoongi, mi amigo desde hace años, entró apresurado al apartamento y cerró la puerta tras de sí como si fuera un espía de una película de acción?

—No te muevas, no digas nada —me dijo casi en un susurro, levantando una mano para hacerme callar mientras sacaba su teléfono del bolsillo.

Mi curiosidad superó cualquier otra emoción. Desde la cocina, seguí moviendo la cuchara en el café, pero estiré un poco más el cuello para intentar captar lo que decía. Estaba claro que era una conversación importante, porque su tono era más grave de lo normal.

—Sí, mamá, claro que sí —decía con un evidente tono de incomodidad—. Te lo prometo, no estoy mintiendo... Sí, mi novia. Mamá, te dije que ya no te preocuparas por eso.

Mi cerebro se detuvo. ¿Yoongi… novia? Él no tenía novia, eso era seguro. Lo habría sabido. Nos conocíamos desde que entramos en la universidad y éramos cercanos, aunque claro, últimamente las cosas se sentían un poco más... complicadas. Pero una novia, eso no encajaba.

Y ahí fue cuando lo escuché. Las palabras que cambiarían el rumbo de los acontecimientos:

—La traeré conmigo para Navidad. Te encantará, mamá, es increíble.

¡Boom! Mi cuchara cayó al suelo haciendo un estruendo, y él se giró hacia mí con los ojos como platos.

—¡Mierda! —murmuró, tapando el micrófono del teléfono.

Yoongi me observó como si de repente hubiera tenido la idea más alocada de su vida. Y lo supe, antes de que abriera la boca, que mi vida estaba a punto de volverse mucho más complicada.

—Escucha —comenzó mientras se acercaba—. No te asustes, pero necesito que hagas algo por mí. Algo... grande.

—¿Qué has hecho? —pregunté mientras intentaba calmarme, pero mi corazón ya palpitaba más fuerte de lo que debería. Sabía que nada bueno vendría de esas palabras.

—Mamá cree que tengo novia —dijo sin rodeos—. Y... te mencioné a ti. Así que ahora ella cree que tú eres mi novia.

Solté una carcajada, pero no de esas que surgen por diversión. No, fue de puro nerviosismo.

—¡Tú estás loco! —exclamé, alzando las manos—. ¡Ni siquiera tengo experiencia en esto de los novios! ¿Cómo esperas que finja ser tu novia?

Él se quedó en silencio por un segundo. Era como si mi confesión le hubiera caído como un cubo de agua fría, pero rápidamente se recompuso.

—Nadie lo sabe —respondió con una sonrisa encantadora, como si esa fuera la solución a todo—. Pero puedes hacerlo. Por favor. Mi mamá no me dejará en paz, y si no lo hago, me buscará a alguien. ¡Alguien real!

—Y entonces, ¿tu solución es meterme en esto? —lo miré, casi ofendida. Pero, al mismo tiempo, no podía ignorar que la idea de Navidad sola me ponía triste.

—Te lo juro, será fácil. Estás conmigo todo el tiempo, lo único que tienes que hacer es seguir siendo tú misma. Pero... de forma romántica —dijo, sonriendo como si fuera lo más sencillo del mundo.

Me quedé en silencio, procesando la locura. Yoongi, el chico con más popularidad, queriendo que yo, la chica que nunca ha tenido un novio, fuera su novia falsa.

Finalmente, respiré hondo.

—Está bien. Lo haré. Pero sólo porque me debes una. Gigante. De por vida —dije, apuntándolo con el dedo.

Él sonrió como si acabara de ganar la lotería.

El fin de semana llegó más rápido de lo que esperaba, y ahí estaba yo, escuchando una conversación que no debería haber escuchado otra vez. Esta vez, era Yoongi hablando con sus padres. Desde la cocina, con el ruido de la cafetera a medio volumen, pude captar cada palabra mientras mi estómago se convertía en un nudo.

—Sí, mamá, ya te dije que somos muy felices juntos... Sí, claro que me hace reír —lo oí decir, su tono apenas disimulando el pánico.

Yo, feliz con él. Esa sí que era buena. La única vez que le había hecho reír fue cuando tropecé con mis propios pies tratando de bailar en una fiesta.

Me senté a la mesa con mi taza de café, observando cómo Yoongi se paseaba por la sala de estar, tratando de salvar una mentira que se hacía cada vez más grande. Finalmente, me apuntó con el dedo y, aunque no podía escuchar a su madre, podía imaginarme lo que decía al otro lado de la línea.

—¿Quiere hablar contigo? —preguntó en voz baja.

Mis ojos se abrieron de par en par.

—¡¿Qué?! No, no, no... —empecé a agitar las manos frenéticamente—. ¡No puedo hablar con tu madre!

Él cubrió el micrófono del teléfono y me miró con una mezcla de desesperación y diversión.

—¿Quieres que piense que no eres real? ¡Sería peor!

Me llevé las manos a la cara.

—Dios, esto es un desastre —murmuré, intentando calmar mis nervios—. Está bien, pásame el teléfono.

Y entonces, todo se salió de control.

—¡Hola, señora Min! —dije con un tono tan alto que incluso el perro del vecino debió haberme escuchado—. Eh... ¡Sí, soy yo! La novia de Yoongi... Sí, sí, muy feliz. Mucho... eh... amor, sí. ¡Nos adoramos!

Yoongi se dobló de la risa al ver mi torpeza. Tuve que lanzarle una mirada fulminante mientras escuchaba a su madre hablar, aunque no podía concentrarme en nada de lo que decía.

Cuando finalmente colgué, él estaba rodando por el sofá, intentando contener la risa.

—Esto no tiene gracia —dije con los brazos cruzados—. ¡Esto es tu culpa!

Pero a pesar de todo, una pequeña parte de mí no pudo evitar unirme a su risa, mientras pensaba en lo surrealista que era todo esto. ¿Quién iba a decir que fingir ser la novia de Yoongi resultaría en una comedia romántica de la vida real?

La conversación había tomado un giro inesperado. Min Yoongi, con su maldita facilidad para hablar y convencer a cualquiera, me miraba con esos ojos brillantes y llenos de expectativa. Mi cerebro daba vueltas, intentando procesar lo que acababa de pedirme. ¿Yo? ¿Su novia falsa? ¿Realmente esperaba que dijera que sí a una locura como esa?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.