Capítulo 33

Tecleando en la computadora de Axel intento terminar el trabajo más largo que me han mandado a hacer. Por suerte todos son en computadora lo que hace que sea menos pesado, Susy también me ayuda bastante, pero hoy se tuvo que ir temprano, así que yo quede por mi cuenta terminando la actividad. Jonathan me había estado acompañando desde entonces, pero luego se levantó dejándome sola, o no tanto, podía sentir su mirada en mi espalda de vez en cuando. Mi plan era no levantarme hasta terminar el trabajo, pero al llegar Axel decido que ya había pasado mucho tiempo estudiando. Ahora era casi de noche y no entendía por qué estábamos en mi habitación, según sabia, aún no era hora de dormir, ni siquiera habíamos cenado.

— Aquí tienes crayones —. Axel dice mientras va sacando cosas tras cosas de los cajones — Y... em, ¡Mira! —. Sacando una revista para colorear la deja sobre la pequeña mesa. Moviendo la silla del otro lado se sienta enfrente de mí, parece un poco incómodo, pero no dice nada, colocando los crayones en el centro de la mesa, me señala el dibujo. Sin decir más nada, empieza a colorear, después de unos minutos tomo uno de los crayones que ha soltado. Sin darme cuenta ya estamos terminando de colorear el dibujo, cuando Jonathan llega con varias cosas en las manos.

— Axel, acaba de llegar tu pedido especial —. Grito desde abajo, firmando el recibo, se lo entrego al repartidor, despidiéndome de él, arrastro las cajas donde vienen las nuevas barras de Emy, luego salgo a tomar la última, mucho más liviana.

Aún no hemos logrado introducirle a Emilia los pañales, pero no pudo evitar compra más de dos docenas cuando vio los bonitos estampados en la tienda en línea, dejando esa caja a un costado de la pared, me concentro en las demás.

— ¡Axel, las nuevas barras acaban de llegar! —. Esta vez grito más fuerte, sin tener una respuesta decido subir.

Tomando ambas cajas con cuidado voy avanzando por los escalones.

La imagen que veo al terminar de subir las escaleras hace que mi corazón palpite de alegría.

Axel y Emilia están haciendo uso de la pequeña mesa que compre hace tiempo, en todo este tiempo no la había visto hacer uso de sus juguetes. Pero ahora parece muy contenta

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— ¿Qué tenemos aquí? —. Axel saca el pequeño sobre que tenía oculto debajo del colchón. Dejando pasar rápidamente el bocado de compota que Jonathan me acaba de dar, mi corazón empieza a acelerarse.

Intentando levantarme, para tratar de llegar a él y agarrarla, sacarla de sus manos. Pero el brazo de Jonathan me lo impide, sus caras me ven esperando una explicación.

Con los ojos en grande los observo — No... no es nada... Daddy —. La forma en la que lo llamo se siente extraña, pero mi mente está enfocada en los únicos recuerdo de mamá. Cuando ella vivía solíamos tener cajas y cajas de fotos de... todo, o casi todo. Pero cuando murió, papá las tomó y las quemo " No sirve de nada recordar el pasado ", aún podía recordar sus labios moverse. Mamá ahora es mi pasado, y puedo decir que si vale la pena recordarla.

— Sabes las reglas, Emilia —. Jonathan reprocha viéndome. No lo puedo escuchar, pero gracias a la forma en la que su garganta se mueve sé que su voz salió más gruesa de lo que es.

Es cierto, sé las reglas... sé esa regla 'Prohibida la mentira, no esconder nada, cosas o secretos… bla bla' yo... no... no... solo.

— Primer Strike, panquesito —. Logro entender lo que dice antes de que siquiera termine de hablar. Los vellos de mis brazos se erizan.