03 de marzo del 2019.
"Han pasado varios días desde la última vez que te ví, extrañaba escuchar el sonido de tu risa mientras coqueteabas con una chica pelinegra en un bar que jamás pensé en encontrarte allí.
¿Es raro querer ser ella? La miras como si fuese la persona más hermosa en este mundo y con mucha razón. Es hermosa, cabello negro azabache, largo y lacio, piel blanquecina, labios carnosos y rojizos, como una muñeca de porcelana.
¿Yo? Tan solo cabellos castaños, ojos sin brillo y morena. Nada especial. "
Dejé de lado el diario de lado, me levanté de mi escritorio y caminé hasta el espejo de cuerpo entero que se hallaba en la esquina de mi habitación. Observando minuciosamente mi cuerpo.
No había nada especial, como había dicho, mi piel era morena con unas extrañas manchas blancas en el dorso de mis brazos. Mi cuello era largo, mi cabello estaba seco y maltratado, me llegaba hasta un poco más abajo de los hombros; el tamaño de mis senos apenas llenaba mis pequeñas manos, tenía curvas, pero los rollitos en mi abdomen las opacaban, tenía marcas de estrías, mis muslos eran grandes y mis pies no estaban de lo más cuidados.
En realidad, era horrible.