—¿Tú sabías de la historia esa de la loca que perseguía a tu hermano? —le pregunte a Terry aquella tarde mientras disfrutabamos de un café en una preciosa cafetería tras mi primera clase de arte.
Estaba contenta pues me había ido genial y había decidido compartir un poco con ella. Vería a Michael dentro de una hora o dos cuando llegase a casa del trabajo y Thony llegaría pronto para celebrar los tres. Estaba ansiosa por ver a mi bebe que se había quedado con Martha toda la tarde para permitirme asistir a clases.
Comenzaba a extrañar cuando íbamos a todos lados juntas.
—Pues si. —contesto ella con el café a medio camino hacia su boca— Lilibeth siempre ha estado medio loca y tras esa actitud con mi hermano me lo confirmó. —dijo tras el primer sorbo.
Me quede pensativa unos segundos mientras analizaba sus palabras.
Michael me había contado toda la historia tras la cena y me había parecido de locos —nunca mejor dicho— pero seguía habiendo algo que no me agradaba de todo aquello. Esa mujer desprendía tal odio y, por que no, tal locura que me asustaba pensar que intentase algo descabellado.
—¿Tú la conocías? —intento llenar mis dudas.
—Algo si. Era la hija de los amigos de mis padres. —ese punto ya lo había oído— Estuvo algunas veces por casa cuando eramos niñas y después cuando eramos jóvenes. Para aquel entonces ya no me caía muy bien. —deja saber colocando la taza en su platillo— Se le comenzó a notar lo esquizofrenica.
Sonreí.
—La verdad es que todavía se le nota algo de eso. —dije a modo de broma.
Terry soltó una carcajada que trajo la atención de los de la mesa de al lado.
—Siempre se le notará. —aseguro— Esos males no tiene curra.
Y río nuevamente.
Y yo también sonreí.
Si era verdad. Todas las mujeres de sociedad siempre tenían algún mal de locura.
La sonrisa se me borro poco después y Terry se dio cuenta de ello.
—¿Qué te preocupa? —preguntó.
—¿Sinceramente? —asintió— Qué cometa alguna locura contra Michael o se desquite contra Noa cuando se entere de su existencia.
Y me sumi en mis pensamientos, esos en los que veía una y otra vez como esa loca dañaba a las personas que amaba. Habían estado rondando mi cabeza todo el fin de semana y ahora no hacia más que repetirlos una y otra vez.
—Mía. —Terry me sacó de mi pensamientos antes de alargar la mano y tomar la mía sobre la mesa— No pasará nada. Ni yo ni mi hermano lo permitiremos. —aseguro— Lilibeth no dañará a nadie y mucho menos a Noa.
Intente creerme sus palabras. Intente convencerme de que tenía razón.
Esa mujer no podría tocar a mi bebé y Michael no permitiría que le sucediese nada, el sabía protegerse. El podría protegernos.
—Jeloú. —Thony se acerco por el pasillo llamando la atención de todos los comensales y camareros que se hallaban a nuestro alrededor. Terry alejo su tacto y yo me puse de pie para recibir a mi mejor amigo en todo el mundo.— Se que me extrañaba vida mía pero esto es demasiado. —menciona tras lograr safarce de mis brazos que lo habían apretado un poquito más de lo normal contra mi.
—Sabes que siempre te extraño. —me excuse.
Thony sonrió inclinándose y dejando un beso en mi frente.
—Yo también te extraño cariño, —aseguro— y a mi princesita también. Ustedes son lo más importante para mi. —y volvió a abrazarme.
Juro por mi hija que creí que en cualquier momento me echaría a llorar. No tenía ni la menor idea de que era lo que me sucedía hoy que estaba tan sensible a todo pero empezaba a preocuparme.
Quizás me bajaría la regla pronto o tendría las hormonas alteradas por algo. Pero esta no era mi yo de siempre.
—Thony suelta a la pobre Mía y ven aquí. —ordenó Terry observandonos desde la mesa con el café nuevamente a medio camino hacia sus labios.
Thony se separo de mi dejando uno de sus brazos sobre mis hombros.
—No te pongas celosa churri que también te quiero mucho a ti.
Terry puso los ojos en blanco ante el comentario de Thony y nego divertida.
—No digas tonterías y dejala ya. Es que no ves que esta a punto de llorar por tu senciberias de mierda. —le soltó sin cohibirse ni un poco ante mi mirada de reproche.
Thony pareció entender a lo que se refería cuando me miró directamente a los ojos y los vio algo empañados.
—Nena tu estas muy rara. —comento antes de dejarme tomar asiento y hacerse un sitio junto a Terry a pesar de sus refunfuños.
—No es nada. —le quite importancia— Parece que estoy algo sensible.
Terry bufo entre lo divertido y lo incrédulo y comento sin mirar a nadie.
—Como para no estar sensible si se enfrenta a una loca a toda reglar.
La mire boquiabierta por su falta de pelos en la lengua de unos días hacia acá. Desde que se había visto con Sam en la cena y antes de eso en nuestro almuerzo, el estado de ánimo de Terry había pasado a una exsasperacion cada vez mayor.
Esos dos se traían algo entre manos y me encantaría averiguar que.
Thony pareció verdaderamente incrédulo ante las palabras de Terry y tras dedicarle un mirada sorprendida me miró a mi con una mirada curiosa y hambrienta de cotilleos e información.
—¿A qué se refiere? —preguntó incrédulo mientras me observaba.
Le di una mirada acusatoria a Terry por sacar el tema de esa forma y luego suspiré agotada a sabiendas de que tendría que relatar toda la historia.
—Es caso es...
Lo conté todo. Toda la absurda escena que había vivido el sábado en los lavabos de la lujosa cena y la de los minutos siguientes. También conté la conversación que tuvo con Michael unas horas después.
Puede que me haya ido un poquito de la lengua y haya contado hasta las inseguridades que me proporcionaba esa extraña mujer.
Thony parecía alarmado y un poquito angustiado, aunque la situación le pareció divertirle después de Los comentarios sarcásticos de Terry y su propia parte de la historia.
—La hostia. —soltó poco después de mis últimas palabras— Pero esa chica está de manicomio.
Teeet soltó una carcajada que callo en sus labios al darme una mirada asesina.
—Pero es que tiene razón. —se justificó después de lograr controlar la risa.
Suspiro apesadumbrada.
—Si que tiene razón pero no debemos decir esas cosas. —parecía mamá gallina regañando a los pollitos— No nos concierne.
Thony me miró entre divertido y resignado.
—Puede que tengas razón en eso cariño pero no deja de ser la hostia. —se gira hacia Terry— ¿Esto es normal en tu círculo? —Terry enarco una ceja al parecer no parecía comprender su pregunta— Ya sabes, eso de que la locura y la persecución.
Terry sonrió y dijo:
—En la sociedad de hoy en día se ven muchas cosas. —hizo una pausa— No me alegra que este tipo sea una de ellas. Eso no quiere decir que compadezca a Lilibeth. —aseguro un segundo después— Ella se merece que la tachen de loca, se lo ha ganado a pulso.
Reeleccione sobre sus palabras y la historia de Michael y sabía que Terry tenía razón. Esa chica necesitaba atención o distancia para recuperar la compostura si es que la había vuelto a perder. Una gran parte de mi deseaba que sus locas intenciones con Micheal hubiesen desaparecido tras este tiempo.
Sin embargo, es pequeña parte de mi, sabía que quizás no era del todo como yo queria y que podría pasar a mayores si se salía de control.
Editado: 31.05.2024