Nuestra Pequeña Tortura

1.

 

CAPÍTULO 1

FRANCISCO LORENZO DE PRADA

 

No podía creer que el amigo de mi padre difunto estaba coqueteando con una chica menor que yo, claro está que tuve que mentir para que la pobre chica no se asustara. No quería accidentes, me encontraba conversando y a la vez observando a la chica llamada Julia, se encontraba leyendo un libro erótico y sonreí.

Tonta, con ese libro vas a provocar a todos los hombres del avión.

El viejo comenzó a desesperarse y caminé para que decirle que no iba a llegar, pero al momento en que abrí la puerta, me lo encontré haciéndolo con la azafata que trajo a Julia.

—La ragazza arriverà? —dijo agitado

—Vuoi davvero scoparla con quella donna? Non andrà con te

—Gli ho pagato un posto... —se quejó

—Non ti ha obbligato, inoltre, non sa che sta andando in Italia

—E dove pensi che vada?

—A los LA

—Beh, se non vuole venire, vattene.

Cerré la puerta y me encontré con Julia bebiendo unos cuantos tragos con nuestros socios, me acerque a ellos y con cuidado aleje a la chica de ellos, no porque me importara sino porque no quería que una persona que no tiene nada que ver con nuestra vida, sea carnada de los juegos de nuestros socios.

—Tienes que irte, Julia. A tu sitio

—Pero son buena gente, ellos...

—No sabes Italiano, no sabes lo que dicen

—Pero puedo aprender... por ti ¿no?

—No me conoces, te mandaría de aquí pero estamos en un avión

—Como sea, ya me aburrieron por tu culpa. Ahora solo quiero disfrutar y tomarme fotos en los asientos del VIP

—Ajá, haz lo que sea

—Adiós aguafiestas

 

****

 

Llegamos a Palermo, Italia. Todos viajaron ­incluyendo el viejo con la azafata a seguirla en el baño público del aeropuerto —sí, ese viejito está muy pervertido con las jóvenes —, de pronto, Julia comenzó a preocuparse del lugar. Subí de nuevo al avión y hablé.

—Estás en Palermo, me temo que la persona que te dejo pasar aquí, se confundió con otro pasaje. Pasa muy seguido, una disculpa por no decírtelo antes, pero el viejo tenía que llegar antes.

—¿Qué? —gritó, —Esto es una locura, no debería estar aquí

—Me temo a que sí...

—Había visitado cuando tenía dieciséis años, era mi viaje atrasado de quinceañero.

—Ok, bueno. Como le decía, le puedo acompañar hasta LA ¿le parece?

—Sí, claro, está bien

—Ok

Bajé enseguida y me despedí con un gran abrazo a los socios mafiosos de Italia. Subí de nuevo y me senté sin más, —Vamos al aeropuerto de LA, piloto

De pronto que comenzó a moverse, me dije a mi mismo que el viaje será muy largo.

 

 

Glosario:

En Italiano.

—¿Vendrá la chica? —Dijo agitado
—¿De verdad quieres follarla con esa mujer? No irá contigo
—Le pagué un asiento ... —se quejó
—Él no te obligó, además, no sabe que se va a Italia
—¿Y a dónde crees que voy?
—A los LA
—Bueno, si no quiere venir, vete.

 

 

 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.