Sienna.
Subí otro escalón llevando una caja repleta de mis cosas. Me estaba mudando a la nueva fraternidad en la que viviría. Iba a empezar a estudiar una carrera de medicina en la universidad. Me encontraba dentro la casa, subiendo las escaleras que llevaban al segundo piso, cuando la vi. Ella venía desde la esquina izquierda del pasillo y se dirigía hacia las escaleras. Fue en ese momento, al pie de los escalones, cuando nos encontramos cara a cara. La reconocí al instante y me quedé completamente congelada, llevaba sin verla muchos años.
Brooke era una chica de piel morena, estatura media, peso normal, ojos marrones, cabello castaño, largo y rizado. Yo era de piel blanca, alta, delgada, ojos verdes, pecas en la cara, cabello pelirrojo, largo y liso.
Nos quedamos mirándonos a los ojos por unos segundos.
—¿Nos conocemos?—me preguntó ella.
«Mierda», pensé.
Fue ahí cuando me di cuenta de que, por desgracia, Brooke también me había reconocido.
—No creo, no me suenas—le mentí.
—Ah, pues pensaba que sí, lo siento, culpa mía—respondió ella—. ¿Vas a vivir aquí?
—Sí—contesté simplemente.
—Yo y mi novia también—comentó—. Vamos a ser compañeras entonces.
«¡Qué bien!», pensé con ironía.
—Eso parece—le dije incómoda de la situación y queriéndome ir de ahí—. Tengo que seguir con la mudanza, así que si me disculpas...
—Claro, no te entretengo más—dijo echándose a un lado para que pudiera pasar.
—Adiós—me despedí yendo hacia mi habitación.
—Adiós—la escuché decir detrás de mí.
Conocí a Brooke cuando éramos unas niñas, ella vivía al lado de mi casa, era mi vecina y amiga. Ella me gustaba en secreto, Brooke fue mi primer amor en la vida. Pero tuvo un accidente en el que perdió a sus padres, su memoria y se tuvo que ir a vivir con sus abuelos. Al principio, después de que ocurriera el accidente y antes de que me enterara de lo que había pasado, vi que su casa estaba en venta y que se había mudado.
Pensaba que se había ido sin despedirse de mí, me encontraba dolida y enfadada con ella. Mis padres creyeron que lo mejor para mí sería ocultarme todo, así que no me lo contaron hasta que llegué a la adolescencia. Busqué a Brooke en redes sociales y vi que estaba saliendo con su novia, Addison. Seguramente la misma chica que había mencionado ella antes y con la que también tendría que vivir.
Cada vez que me metía en el perfil de Brooke, veía que seguía con su novia, que había rehecho su vida y que estaba bien sin mí. A mí me costó superarla, y, en ese momento, cuando me encontré con ella en la fraternidad, ya llevaba con mi novio, Evan, más de un año. Gracias a él superé a Brooke, estaba bien con Evan y no quería romper con él. Por eso le mentí a Brooke, porque quería alejarla de mí.
Entré en mi habitación que se encontraba en la parte derecha de la casa, y dejé la caja encima del escritorio. El cuarto era de tamaño mediano, a la derecha nada más entrar, había una cómoda y una estantería. Luego un mueble con una televisión y un sofá en frente. La cama se encontraba en el centro, tenía una ventana encima y dos mesillas a los lados. Por último, se encontraba el armario y el escritorio.
Iba a vivir con ellas en aquella fraternidad y mi novio iría a visitarme, por lo que iba a ser todo muy raro e incómodo para mí. Esperaba poder acostumbrarme a ello, que Brooke pasará de mí y yo pudiera pasar de ella.
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Nota de autora:
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Editado: 23.10.2024