Sienna.
Subí otro escalón llevando una caja repleta de mis cosas. Me estaba mudando a la nueva fraternidad en la que viviría. Iba a empezar a estudiar una carrera de medicina en la Universidad. Me encontraba dentro la casa, subiendo la escalera que llevaba al segundo piso, a punto de pisar el último escalón cuando de repente me choque con alguien. La caja que tenía en mis manos cayó, haciendo que algunas de mis pertenencias se esparcieran por el suelo. Me agaché para recogerlo todo y la otra persona lo hizo también.
—Lo siento—me dijo el chico ayudándome a meter las cosas de vuelta en la caja.
—No pasa nada—conteste con tono amable.
Cuando terminamos de recoger todo, nos levantamos y nos quedamos mirándonos a los ojos. Al segundo lo reconocí, me quede completamente congelada por tenerlo frente a mí después de tantos años. Aaron era un chico, alto, de piel blanca, peso normal, cabello castaño, corto y liso, y con los ojos marrones. Yo era delgada, alta, de piel blanca, cabello pelirrojo, largo y liso, ojos verdes y con muchas pecas en la cara.
—Gracias por ayudarme—le dije.
—De nada. ¿Nos conocemos?—pregunto y ahí me di cuenta de que por desgracia él también me había reconocido.
—No creo, no me suenas—mentí.
—Ah, bueno, da igual, entonces—respondió Aaron—. ¿Vas a vivir aquí?
—Sí—respondí solamente.
—Mi novia también, estoy ayudándola con la mudanza.
—Ya, entiendo. Tengo que seguir con mi mudanza, así que si me disculpas...
—Claro, no te entretengo más.
—Adiós—me despedí rodeándole y me fui hacia mi habitación.
—Adiós—lo escuché decir detrás de mí.
Aaron era el niño que vivía al lado de mi casa, un vecino y un amigo que tuve cuando era pequeña. Aunque él me gustaba en secreto, Aaron fue mi primer amor. Pero tuvo un accidente en el que perdió a sus padres, su memoria y se fue a vivir con sus abuelos.
Al principio, después de que ocurriera el accidente, vi que la casa de Aaron estaba en venta y que se había mudado. Pensaba que se había ido sin despedirse de mí, estaba enfadada con él. Mis padres intentaron que no me enterara de la noticia, me ocultaron todo hasta que llegue a la adolescencia. Busque a Aaron en redes sociales y vi que estaba saliendo con su novia, Brooks. Seguramente la misma que había mencionado antes él y con la que tendría que vivir.
Cada vez que me metía en el perfil de Aaron, veía que seguía con Brooks, que había rehecho su vida y que estaba bien sin mí. A mí me costó superar a Aaron, pero en ese momento, cuando me encontré con él en la fraternidad, ya llevaba con mi novio Evan, un año y ocho meses. Gracias a él supere a Aaron, estaba bien con Evan y no quería romper con él. Por eso le mentí a Aaron, porque quería alejarlo de mí.
Entré en mi habitación que se encontraba en la parte derecha de la casa, y dejé la caja encima del escritorio. El cuarto era de tamaño mediano, a la derecha nada más entrar, había una cómoda y una estantería. Luego un mueble con una tele y un sofá en frente. La cama se encontraba en el centro, tenía una ventana encima y dos mesillas a los lados. Por último, se encontraba el armario y el escritorio.
Parecía que iba a vivir con Brooks en esa fraternidad y Aaron iría a visitarla, al igual que Evan a mí. Por lo que iba a ser todo muy raro e incómodo y esperaba poder acostumbrarme a ello. Que Aaron pasara de mí y yo de él.
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Nota de autora:
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Editado: 23.10.2024