Nuestra versión juntos

Capítulo 3

Sentía como los latidos de mi corazón retumbaban por el diminuto espacio de madera. Mis manos sudaban a chorros y mi cabeza estaba a punto de estallar.

Oír su voz había sido como si un camión de cien toneladas pasase por encima de mí.

Ronca, decidida y tan única como la recordaba. Había tenido que hacer un esfuerzo titánico para no salir de mi escondite y que mis ojos pudiesen comprobar que efectivamente era Enzo Colloricchio el que estaba en esa sala, a escasos centímetros de mí.

Pensé que tras tanto tiempo estaría preparada para aquello, pero una vez más me había equivocado. Por si fuera poco, el encuentro con Lila ya me había dejado lo bastante confusa y desestabilizada como para no poder soportar uno peor.

EL nervio había dejado paso a un miedo injustificable al escuchar lo increíblemente íntimos que parecían esos dos. NO era idiota, sabía que su amistad solo se habría afianzado con el tiempo y una parte de mi contaba con ello, pero de ahí a que hubieran acabado siendo pareja había un mundo.

De pronto caigo en la cuenta de que no estaba preparada para todo aquello. Ni para verlo, ni para dar explicaciones ni mucho menos para ver a la pareja feliz.

La puerta del armario se abre y sigo igual de paralizada. Tyler me mira preocupado y agarra con fuerza mis manos ayudándome a reaccionar.

—Nos volvemos a Londres—le informo mientras me incorporo y empiezo a caminar a toda velocidad.

—Kate espera —intenta frenarme Tyler —. Respira hondo y relájate un instante.

—¿Que me relaje? —exclamo con fuerza —. No tenía que haber venido. Lila no quiere verme y no necesita estar pasando por todo esto ahora.

—No me vengas con cuentos, sé perfectamente porque estas así.

—Tyler no estoy preparada. No puedo, de verdad que no. Quiero volver —repito con tono suplicante.

Había escogido esa sala por su cercanía con la puerta trasera y por consiguiente con el aparcamiento. Me había esforzado a conciencia para tomar todas las medidas y evitar un encuentro que en ese momento no podía enfrentar.

—En algún momento tendrás que dejar de huir —sigue intentando convencerme.

—Exacto, en algún momento, por ahora estoy bien —acelero el paso.

—Kate ya basta —la fuerza con la que me agarra el brazo mi amigo me clava de una en el suelo —. Si de verdad te importa esa chica no puedes volver a huir de esta forma y si lo haces ten por seguro que la habrás perdido para siempre.

Aprieto con fuerza la mandíbula. Viendo la actitud de Lila al parecer eso era algo que ya había ocurrido.

—Y en cuanto al señor prepotencia tarde o temprano os acabareis encontrando.

—No puedo verlo Tyler —confieso harta de obviar lo evidente —. SI lo tengo delante no tendré la suficiente fuerza para volver a alejarme.

—¿Y eso es más importante para ti que Lila? —pregunta alzando las cejas.

Suspiro frustrada. Era de las pocas personas que sabían demasiado bien como meterme en un callejón sin salida.

—No, no lo es.

—Pues mañana a las 10 creo que te espera una larga conversación —afirma entregando un pequeño papel arrugado.

Era la dirección de un apartamento en el centro de la ciudad. Por lo que había podido oír ahí dentro deseaba con todas mis fuerzas que no se tratara de la casa de Enzo y Lila.
—¿Crees que están juntos? —pregunto sin querer saber realmente su opinión.

Tyler me mira impasible y por un segundo veo como la pena cruza su rostro.

—Creo que no tardarás en descubrirlo —se limita a decir.

En eso estábamos de acuerdo.

—Vamos, mis padres llevarán un rato esperándonos —propongo y nos ponemos de nuevo a caminar.

—Por cierto, no me habías dicho que tu amiga era tan guapa —murmura cuando por fin identifico el coche de mi padre.

—NI se te ocurra, es demasiado mujer para ti —le advierto con cara de pocos amigos.

Su risa malévola me indica que no estaba dispuesto a hacerme mucho caso.




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