Nuestro amor

Inuss allá voy

 

Narra Violeta:

Pii-pipi Pii-pipi

Me despierto a las 9 am por el horrible sonido del despertador... ¡¡DIOSES!! como odio esa cosa, yo feliz en el mundo de los sueños y PUM!! me despierta. Aunque me alegro un poco, porque hoy me voy a ir a un internado, a algunas les parece horrible, porqué van a estar lejos de su familia y amigos, pero para mí no, la verdad... mis amigos son todos unos falsos, están conmigo fingiendo que somos inseparables cuando la verdad es que hablan mal a mis espaldas... y mi "familia" nunca está en mi "casa", por no decir la mansión Anderson, una de las mejores mansiones reconocidas en Anjark, Healy.[1].
Por fuera esta pintada de blanco y las ventanas tienen barrotes color negro. Por dentro, la pintura de la sala y comedor, es de un color crema pastel, las ventanas tienen cortinas de fina calidad, los muebles como los sillones y el sofá, son costosos.
El comedor, tenia una mesa de madera larga que contaba con 12 sillas negras, decorada con un mantel color blanco hecho en las tierras de Sugan[2], las paredes tenían los cuadros familiares del casamiento de sus padres, su infancia con su hermano y el retrato familiar.
En la sala estaban los sofás alrededor de la ratonera tenia un florero de rosas rojas, y tenían cuadros de pintores famosos.
Me levanté de mi cómoda cama, busqué mi ropa para asearme, que consistía en unos pantalones color negro, una camisa a cuadros, ropa interior color negro y fui al baño por 1 hora. 
Cuando salgo, voy hacia el espejo a maquillarme, miros mis ojos que son extraños para la gente pero perfectos para mi. Tengo heterocromia, mi ojo izquierdo es celeste turquesa y mi ojo derecho verde esmeralda. Mi cabello es color rubio cenizo, mi nariz es respingada, mi labio inferior no era tan grueso como mi labio exterior pero quedaba perfectos con mi rostro un poco regordete. Una vez que termino de arreglarme las pestañas, me paro y me veo de cuerpo completo, no tengo las medidas 90-60-90, pero me conformo con lo que tengo, no tengo tantos pechos, pero mi trasero y mis piernas eran mas grandes que ellos.
Cuando salgo de mi habitación, voy hacia la cocina y me encuentro con mi nana, Nicole. Ella tenia cabello castraño que dejaba ver que se asomaban algunas canas, sus ojos eran color avellana, era un poco más alta que yo, su cuerpo era delgado pero no tanto, era de Darrier[3]. Esta conmigo desde los 5 años, me quiere como una hija y yo a ella como una madre, esta por agarrar la bandeja con mi desayuno, cuando me vio y sus ojos estaban cristalizaron. Le regalo una sonrisa triste y me aguanto las ganas de llorar también, la voy a extrañar mucho, rápidamente me acerco para abrazarla.

-No sabes cuánto te quiero nana, eres como una madre para mí y te llevaré siempre y por siempre en mí corazón :- le digo llorando ya en su hombro, mojado su blusa, ella me abraza más fuerte.

-Hay mí niña, sé cuánto me quieres y a todos los que viven en está casa, se dan cuenta de el amor que tienes hacia nosotros y te queremos mucho, que lastima que tus padres no estuvieron mucho contigo, pero te quieren y aprecian en la jovencita que te convertiste, nunca olvides que siempre tienes que ser tú misma y demostrar ése gran corazón que tienes :- lo dice también llorando y se aleja un poco de mí con una sonrisa llena de amor.

Nos separamos de nuestro abrazo y veo que preparo mi desayuno favorito, que es un jugo de manzana, una taza de chocolatada con galletas de chispas de chocolate recién horneadas, como voy a extrañar que ella me cocine lo que me gusta.

 

 


Después de que termino de desayunar, voy a mi habitación a preparar las maletas que faltan. Veo mi habitación por ultima vez y voy bajando las escaleras y al salir de la mansión veo a todos los empleados reunidos con un cartel de despedida diciendo"te extrañaremos violeta". 
Los miro con nostalgia y les digo:
-Adiós a todos, los voy a extrañar y los quiero mucho, prometo llamar a casa debes en cuandoAdiós a todos los voy a extrañar y los quiero mucho, prometo llamar a casa debes en cuando.

Ellos estuvieron conmigo siempre, me enseñaron muchas cosas y la más importante:"que todos somos iguales no importa la diferencia social".

-Señorita Vilu, nosotros también la vamos a extrañar y le tenemos un gran aprecio, que tengo un buen viaje y cuídense, la queremos:- dice Roberto, el jardinero, que era el esposo de mí nana.
En ese momento me llego un recuerdo de como me enseñó a tratar con amor a las plantas y la belleza de cada uno, dandome una gran enseñanza, que cada persona es bella sin importar nada, voy uno por uno para darle un abrazo, ellos son mí ejemplo a seguir. 
Voy hacia el auto, donde el chofer, el señor Leonel, me abre la puerta. Luego de cerrar la puerta, veo por la ventanilla del auto, con ojos llorosos como todos me despiden. Escucho como se enciende el auto y vamos rumbo al aeropuerto.

 

 


Cuando llegamos al aeropuerto, me despedí con un abrazo de señor Leonel y voy hacia la sala de espera. Luego dd 30 minutos, nos llamaron para abordar, una vez que entro al avión, la azafata me mira con una sonrisa y yo se la devuelvo mientras le enseño mi boleto, me guia hasta la primera clase y me toca el asiento de la ventanilla, le tengo un poquito de miedo a los aviones porque hace mucho que no viajaba.
Pasaron unos minutos y el asiento a mi lado estaba siendo ocupado por una mujer de unos cuarenta y tanto años, me mira y me sonrie, se la devuelvo, escuchamos que el avión despega y vamos rumbo a Inuss[4].

 

 


Estuve hablando con la señora, llamada Leticia que iba a ver a su hija, que tuvo a un bebé y quiere conocer a su nieta, le felicito y seguimos hablando de cosas triviales como casi toda mí vida, viví con personas mayores, hací que se como establecer conversaciones.
Pero estoy un poco nerviosa...

 

 


Inuss... allá voy, esperó que todo salga bien.




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