Capítulo 2

Después de varias horas, los doctores todavía le estaban realizando estudios a su hermana.

Mateo noto en su hombro un peso extra, cuando miro se dio cuenta que era la cabeza de Eleonora, se había quedado dormida.

Sintió ganas de despertarla pero prefirió no hacerlo, ya que ella hace un rato se había enojado con el porque le insistía en que vaya a descansar, pero lo que le contesto a fue.

−Soy tu novia, voy a estar con vos en las buenas y en las malas. No estoy solo cuando las cosas están bien.

Con esas palabras, dejo de insistir. Amaba que ella quisiera acompañarlo en este momento, era sin lugar a dudas, la mejor mujer con la que se había cruzado.

−Esta niña vale oro hijo, no lo eches a perder.− al escuchar las palabras de su madre, alza la vista y la mira.

−Nunca lo haría, la amo demasiado como para perderla− por primera vez desde hace mucho, su madre le dedico una sonrisa que le llego a los ojos.

Se quedaron en silencio hasta que Mateo se acordó de su mejor amigo.

− ¿Llamaste a Camilo?− pregunto el a su madre.

−No, pero ya lo hago.− con eso se levantó y salió de la habitación para llamarlo.

Minutos después, los médicos trajeron a su hermana y les dijeron que ella parecía acordarse de todo, pero el habla y la movilidad de las piernas, le iba a costar mucho recuperarlas pero tenía grandes posibilidades de salir adelante.

Madre e hijo lloraron aliviados, con eso Eleonora se despertó y al ver la sonrisa de su novio, supo que al fin le habían dado una buena noticia.

Una hora después, Camilo ingreso a la habitación. Sintió tanta paz y alegría en cuanto se enteró lo que sucedía, él ayudaría en todo lo que fuera posible por ayudar a Ariel a recuperarse, porque la amaba y por ella, haría todo.