Nuestro fin del mundo.

Capitulo 2

La carta que recibí, también fue escrita y mandada a todos los emails de los estudiantes que ingresaron, que esperaban con ansias la culminación de las vacaciones, con un ánimo y entusiasmo incomparable, tal vez para algunos el mejor año de todos. Debería de estar feliz, aunque el examen no estuvo tan complicado como lo esperaba… Es un logro más ¿No? Uno de muchos, que nunca se me subieron a la cabeza.

A mí no me convencía la idea aun, me gustaba estar en casa, pero me sentía solo. Era raro porque siempre había sido solitario y justo ahora siento que necesito amigos, e incluso intente conversar con chicas por internet, aunque claramente no me funciono, ya nadie se confía de nadie por chat o Messenger, todo estaba jodido. Pasaron dos meses desde que la carta del colegio me llegó y mis papás únicamente llegaron a visitarme tres veces al año, mi nana maría era mi única amiga, ella era la que me cuidaba en la casa que tenían mis padres en España, vivimos los dos juntos desde siempre, tampoco esta tan mal, nos divertíamos a nuestro modo a pesar de nuestra diferencia de edad coincidíamos en algunos gustos.

En mis tiempos de óseo y fuera de la escuela, conocí a una chica por Insta. Todo iba bien hasta que:

“Eres la mejor persona que he conocido, no me imagino haciéndote daño, las cosas nunca salen como las queremos. Será mejor dejarnos antes de que sea más doloroso.”

Tenía razón en todo lo que decía, desde el día en que le hable, hasta ese último mensaje desconsolador no he abierto mis redes sociales. Resulto mal, termine con el corazón roto, fue esa la primera vez que sentía esa sensación, ella parecía única y muy rara, sentía que también necesitaba tener una relación amorosa, nunca nos llamamos o hicimos una videollamada, no conocía su rostro porque en sus redes no tenía ninguna foto, aunque nuestra ruptura fue algo simple, me quedo ese sabor amargo en la boca y borre toda una historia de amor en esas conversaciones nuestras. No fui al colegio esa mañana, ni al día siguiente, ni al otro, mi nana ya se había dado cuenta de lo sucedido, solo le explicaba que estaba bien.

Hoy había decidido ir a la escuela, mi primer gran paso pasa superar aquella tristeza que ya ni siquiera tenía sentido. Necesitaba algo más que exclusivamente ir a la escuela, tal vez la respuesta estaba fuera de esta ciudad o de este país. Mi nana me había invitado a cenar fuera de la casa esta noche, hacía mucho frío afuera, tomé mi abrigo verde que estaba en el fondo de mi closet y percibí que en el bolsillo derecho se encontraba mi móvil, lo había dejado abandonado por toda esa semana y decidí echarle un vistazo, por supuesto que no tenía ningún mensaje y casi ninguna notificación, lo que si tenía era cientos de llamada perdidas de mis padres.

 Lo que si tenía era una notificación de un recuerdo importante por parte de Google, mire mis acontecimientos importantes en el móvil y entre a mis grandes logros y ahí estaba la carta que recibí del colegio en Estados Unidos, necesitaba olvidar a mi chica del Insta, necesitaba alejarme de todo por un tiempo, no era malo estar en casa, pero resulto que también necesitaba conocer al mundo exterior, no necesariamente necesitaba personas a mi alrededor, solo quería un nuevo espacio y nuevos desafíos.

Avise a mis padres que tomaría la decisión de ir a la escuela. Quería llamarlos, pero me resulto más fácil escribirle a nuestro grupo de WhatsApp que hicimos juntos para poder comunicarnos mejor.

“Mamá, papá… tome la decisión de ir al colegio internacional, espero no les incomode la decisión tan repentina, pero es que necesito de nuevos cambios, he creído conveniente para mi salud mental, hacer amigos… los quiero mucho, espero me puedan venir a visitar los estaré esperando… os quiero a ambos” 

Termine el mensaje y lo envié, me acosté a reflexionar un momento sobre lo que iba a ser, entonces me emocione por la idea y no sabía que cojones estaba esperando. Esa noche fue la última velada con mi nana que también se notaba emocionada por la idea y no paraba de darme halagos y besos. La mañana siguiente me subí al primer avión que iba a los Estados Unidos. Sabía que a mis papás les agradaría la idea, ellos eran aventureros natos, ningún trabajo los mantenía en estado de esclavitud y eran libres de hacer lo que querían, ahora debía ser yo quien busque mi primera aventura.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.