Nuestro pequeño error

Capítulo 22: Amanecer.

🌅 "Cuando el mundo se desmorona a tus pies, no queda más que subirte a los escombros y ver él sol amanecer ante tus ojos. " 🌅

 

Me removi incomoda en la cama mientras despertaba lentamente. Me preguntaba que podia molestarme tan temprano. ¿O si era temprano?. Pero en cuanto abrí los ojos lo entendí. El sol ya estaba afuera y la habitación estaba totalmente iluminada. Definitivamente era el exceso de luz a mi alrededor y el leve dolor de cabeza lo que me habían despertado. 

Observe a mi alrededor una vez más deteniéndo me por más de un minuto en la persona que estaba junto a mi. 

Y no cualquiera persona en realidad. Observe su espalda y sus hombros anchos y un pequeño cosquilleo se instalo en mi piel. 

Madre mía. 

Desvie la vista y me acaricie el rostro así como me frote la frente intentando eliminar la molestia. 

Tengo que dejar de beber o terminaré en algo peor. 

Salí de la cama con toda la delicadeza que pude para no despertar a Michael y me metí en la primera habitación que encontré. Dos segundos después salí de esta y me diriji a la otra puerta. 

Esto de los armarios gigantescos me descolocan un poco. Por dios que es más grande que mi habitación. 

Ya en el cuarto de baño —di gracias a dios de que esta habitación fuera la correcta—me labe el rostro y busque en el botiquín algo que me quitase el dolor de cabeza. Esta cosa era enorme, quien carajos necesitaba un baño tan grande. Encontré algunas pastillas y me las tome con agua del grifo. 

Sinceramente esperaba que no demorarse mucho en desaparecer el dolor. 

Volvi a colocar todo en el sitio en el que lo había encontrado y me quede mirándome en el espejo. 

Dios que estaba desnuda. 

¿Y ahora te enteras? 

Me coibi un poco al salir esta vez a la habitación, aunque ya me habia fijado desde la puerta para ver si Michael estaba despierto. Me meti corriendo dentro del armario —quiero recordarles que es la habitación gigante de antes. En realidad las dos son gigantes— y me coloque la primera camiseta que encontre. Esperaba que Michael no se molestase pero tampoco pensaba en vestirme con la ropa ridículamente corta de anoche. 

La verdad me quedaba vastante bien, me cubría hasta la mitad del muslo y era tan suabe. Salí de la habitación con toda la cautela y el silencio que fui capaz de mantener, pero resulta ser que Michael no se despertó o más bien ni se entero. 

Ya en la escaleras destense los hombros —era muy curioso, no recordaba cuando comence a tensarme— y deje atrás el siguilo extremo de hace unos segundos para llegar al primer piso mas calmada. 

Sabia de donde procedia mis nervios y tensión. Michael habia dicho que hoy hablaríamos, que lo aclarariamos todo, pero creo que ya no estaba muy segura —y no precisamente de querer o no aclararlas, mas bien era tener el valor para permanecer allí y verle a la cara mientras hablábamos. Vamos que ya estába practicando para mirar al suelo durante las próximas horas.— pues no tenia la menor idea de que podia decirle. 

¿Como le digo lo de Noa? 

Lo más seguro es que ya se lo imaginé. 

Es verdad. No tenia idea de la información que poseía Michael, pero si ese era el caso parecia que no le molestaba mucho. 

Si yo me entero de algo como eso no hubiese ido a ese bar a noche ni hubiése echo las guaradas de hace unas horas. 

Vale, esto último logro que me sonrojase mientras llegaba a la cocina y busque algo de beber. Estoy muriendo de sed. 

Algo es vastante seguro —aunque no tengo la menor idea de que desea Michael— es vastante claro que alejarse de nosotras —o de Noa— no es una de sus obsiones. Y después de lo de anoche creo que yo también estoy incluida. 

Agradecí no encontrar a Martha en la cocina, juraría que caeria redonda en el acto. Era demaciado vergonzoso que me viece allí y mas en las fachas que me encontraba, solamente con la camiseta de su jefe. 

Cuando secie mi descontrolada necesidad de algo líquido, intente dejarlo todo ordenado y buscar algo que disminuyese mi ansiedad y los gritos de mi conciencia de salir corriendo. 

Deambulo por el piso durante un rato buscando algo que hacer. Cuando estoy cansada de deambular en vano decido ir a la sala de música y relajarme un poco de la única forma que conosco —y se que es efectiva—. 

Cuando entro en la sala de música me encuentro todo tal y como lo deje la última semana. Observo mi cuadro —ya casi terminado— y decido darle esos toques finales que sabia que necesitaba. Tenia planeado hacerlo el próximo lunes después de clases y quizás así serár esa historia que tanto me confundía. 

Es impresionante lo mucho que pueden cambiar las cosas en unas pocas horas y debido a nuestras decisiones. Hace apenas unas 12 o 15 horas atrás tenia planeado volver por última vez a este lugar solo para terminar mi obra, y ahora, despues de todo lo que ha pasado, no tengo idea de que es lo que me depara mañana o dentro de unas horas. 

Quien sabe, quizás hablar con Michael sea un punto y aparte en mi vida. En todos los sentidos posibles. Quiero pensar que puede salir bien y quiera conocer a su hija aunque no quiera incluirme en su vida. También puede salir muy mal y solo dese que todo termine tras este encuentro, quizás sea lo mejor para ambos o quizás termine con el corazón lastimado. 

O quizás sea mi propio cuento de hadas y nos quiera a ambas. Pero no deseo ilusionarme, seria demaciado para nosotras, tanto para Noa como para mi corazón. 

De pronto algo me trae a la realidad y cuando menos me lo espero estoy encerrada ente los fuertes brazos de Michael. Solo con su contacto y su sercania se que es el y es impresionante como mi cuerpo reacciona a su precencia. Solo con su contacto y su presencia ha logrado eliminar todos los nervios y las inseguridades de antes. 

Solo con el me siento segura y en paz. 

—Por un momento he creído que te habías ido. —susurra antes de inclinarse y dejar un beso vastante húmedo —y caliente— en mi cuello. 

Me permito recostarme en su pecho mientras dejo el pincel y observo mi obra. 

—Necesitaba un ratito a solas. —digo después de unos segundos. 

Michael no dice nada por vastante tiempo. No se que esperar de todo esto. Mi cuerpo esta tan tranquilo junto al suyo mientras mi mente y mis sentimiento son un caos. 

—¿Lo has termiando ahora? —pregunta refiriéndose al cuadro. 

Asiento evitando por completo las palabras. No me creo capas de decir mucho en este momento, no sin desmoronarme por todo el caos que hay en mi cuerpo. 

Creo que Michael lee mis pensamientos pues comienza a alejarse de mi cuerpo para darme mi espacio. Pero lo que no sabe es que mi cuerpo y mi piel ya lo extraña y solo quiere volver a lo de antes. Y la verdad creo que mi mente también. 

—¿Quieres hablar mientras desayunamos? —preguntó y noto que se ha tensado al girarme hacia él.  

—Claro. —es lo único que digo en un buen rato. 

Michael prepara algo de desayuno rápidamente mientras yo observo desde el taburete. Noto que sus músculos estan tensos aúnque quiera ocultarlo. 

Y es ahora cuando me doy cuenta de que esta desnudo de cintura para arriba. Su espalda ancha esta al descubierto y de pronto me encuentro observando dignamente sus músculos y su piel. Observo también las pequeñas marcas en esta y me pregunto como se las ha echo. Luego recuerdo algunas escenas de la noche anterior y comienzo a sonrojarme hasta las orejas pues yo soy la causante de ellas. 

—Si sigues mirándome así no creo que podamos hablar durante un rato. —amenaza y logro notar el tono de broma en su voz. 

También veo que esta un poco menos tenso que antes. Yo me encuentro de igual forma. Lo único que quiero es volver a la simplicidad y la comprenetación que 
teníamos hace algunas horas pero se que necesitamos esta charla. Ademas de que no tengo la menor idea de lo que quiere el. 

Cuando se gira y me encuentra aun observandole una sonrisa se dibuja en sus labios y yo vuelvo a enrojeser antes de apartar la mirada. 

Michael coloca un plato frente a mi lleno de cosas para el desayuno como huevos resuelto, tostadas, fruta y otras cosas. También me sirve el jugo y se sienta a mi lado. Creo que no podre comer ni la mitad de estas cosas. Principalmente por el nudo que tengo en el estómago de la espera y la tensión. También por el echo de que casi nunca desayuno y menos tantas cosas. Casi siempre empiezo el dia con un café mientras veo desayunar a mi hija. Por lo que mi organismo esta acostumbrado a no probar alimento hasta las tantas de la mañana. Hay días en los que no como nada en toda la mañana solo cuando llega la hora de almuerzo y puedo tomarme un descanso. 

Debo estar mirando con muy mala cara mi plato porque no demora demaciado el regaño. 

—Como no te comas eso te vuelvo a encerrar en la habitación por algunas horas más. 

Vuelvo a sonrojarme mientras comienzo a observar mi plato con otra cara. Esta vez parece mas de suplica y fastidio que de hastío. 

Creo que no me disgustaria tanto esa posibilidad. Llegó a mi propia conclusión de sus palabras, aunque podria ser un poco reprochable. 

—Créeme a mi tampoco me disgusta esa posibilidad —susurra Michael y es cuando caigo en cuenta de que estába pensando en voz alta.—  pero no quiero atrasar más esta conversación de lo que ya lo hemos echo. 

Suspiro fastidiada y no me queda otra opción opción ceder por lo que tomo los cubiertos y me preparo para desayunar por primera vez en algunos años. 

—Yo tampoco quiero atrasarlo más. —afirmó en un susurro antes de comenzar a desayunar. 

Michael me observa por un segundo antes de imitarme por lo que desayunamos en completo silencio. Aunque eh de admitir que la comida estaba riquísima y eh comprobado con mis propios ojos que ha sido el quien lo ha echo. Aunque no pienso admitir, y menos en esta situación tan tensa, que eh amado el desayuno y lo que disfrutado mucho más porque se que lo ha echo para mi. 

Cuando los dos terminamos le ayudo a recoger y lompiar todo apesar de que me pidió expresamente que no lo hiciese. Pero como yo soy más testaruda le dije, y deje muy claro he de añadir, que no pensaba decir una palabra si no me dejaba ayudarle y me importaba muy poco lo poco caballeroso que pareciese. Así que después de unos segundos de miradas intensas sonrio plácidamente y me permitió ayudarle. Por puesto yo también sonreí pero más por el echo de ganar esa discusión. 

Dios que hemos tenido una discusión como si fuésemos fuésemos pareja. 

Y por supuesto ese pensamiento me abrumo un poco y decidí que el resto lo podia hacer el sólito así así decidí irme al salón y esperarle allí sentadita y aparentando tranquilidad. Digo aparentando porque en mi interior ya me habían dado tres infartos y dos paros cerebrales, por no hablar de que por poco me quedo sin oxígeno durante unos minutos que dedique —muy bien utilizados— a recordar un poco de todo lo que habiamos echo hace unas horas. 

Y así fue como me encontró Michael, roja hasta el inicio del pelo y avergonzada con la vida. Por no mencionar que cuando sonrio —como si supiera lo que pensaba— no hice más que apartar la mirada y sonrijarme internamente pues mi cara ya estaba demaciado roja como para aguantar mucho más. 

Para mi gusto —y para el objetivo de que aún estubiese en aquel lugar— estubimos en silencio demaciado tiempo. Creo que fueron algunos minutos pero parecieron largas horas de espera que lograron ponerme mas nerviosa aún. 

—¿Por qué qué fuiste? —pregunta solprecibamente. 

—¿A que te refieres? —logro hablar después de aclarar mi garganta. 

No estoy segura que quiere saber con esa pregunta, aunque algo si que sospecho. Además de que me solprendio que fuese tan directo, pero eso no quita que agradezca que terminemos con esto de una vez para bien o para mal. 

—Hace cuatro años. —aclara— ¿Por que desapareciste? 

Bajo la mirada hasta mis manos entrelazadas en mi regaso mientras busco una manera de comenzar a hablar o de tomar fuerzas para hacerlo. Estoy muy nerviosa y creo que no sólo es evidente para mí. 

—Ese dia salí con Thony, el me convenció convenció ir a aquel bar. No recuerdo muchas cosas pero según Thony —intento explicarme— llababa un rato buscándome y cuando me encontró me dijo que era hora de irnos. Cuando le pregunté dijo que parecía vastante borracha y que no hacia más que buscar entre las personas. 

Volvemos al silencio y la espera y esta vez se nota incómodo y frustrante en muchos sentidos. Continuó jugando con mis manos mientras espero una respuesta de Michael que tarda en llegar. No se que esperar de esto, y comienzo a sentir como me duele el cuerpo y el dolor de cabeza de hacia un rato comienza a volver. 

—Te busque durante horas. —escuchar sus palabras y buscar su mirada es como un acto reflejo y me quedo solprendida con el sentimiento y el dolor con lo que las dice.— Y cuando me di cuenta de que no te encontraria en aquel lugar intente buscar cualquier información que me permitiese buscarte, pero tampoco te encontré. 

Vuelvo a desviar mi mirada, no soporto el dolor con que el que dice estas palabras, es el mismo dolor que sentia cuando Noa me preguntaba por su papá y yo no sabía que decirle. 

—Yo también lo intente. —me escucho decir— Aunque no tengo recordaba algo me llebaba a buscarle pero no encontré nada. —intento explicarle pero es que no se como decir con palabras el sentimiento que tanto tiempo estubo en mi. Esa necesidad de buscarle y volver a tenerle junto a mi de ver aquella sonrisa que me había cautivado o él brillo de sus ojos. Ver esos pocos detalles que recordaba. —Y después,... cuando... 

¿Cómo decirle lo de Noa? ¿Cómo explicarle? ¿Cómo se lo tomaria? 

—Se lo de Noa. —le escucho decir y siento como mis ojos se cristalizan mientras vuelvo a mirar mis manos. Escucho como se pone de pie y se acerca a mi y de pronto lo tengo arrodillado fente a mi y obligándome a verle a los ojos, con una de sus manos en mi rodilla y otra en mi megilla.— Se que es mia y no tiene idea de lo feliz que me hace saberlo. —su pulgar acarica megilla y me doy cuenta de que ha limpio una lágrima y yo intento hablar pero no logro más comenzar a llorar.— Mia no llores. Ya estoy aquí. Ya me has encontrado. Ya nos hemos encontrado. —añade mientra limpia mis lágrimas que no se detienen.  
 




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