DÍA SIETE

Sawyer: Muy bien, señorita anónima. Hora de que me pagues con la misma moneda. Ayer no volviste a contestar.

Número desconocido: Qué formalidad, hasta pareces serio.

Perdona, estaba ocupada, ¿me echaste menos? ;)

Sawyer: No te emociones, solo quiero ganar. Primera pregunta: ¿Color favorito?

Número desconocido: Negro. Como mi alma.

(Sí, estoy bromeando. Aunque… tampoco tanto.)

Sawyer: Vaya, empezamos intensas. ¿Eres gótica o solo llevas trauma emocional en la mochila?

Número desconocido: Lo segundo, pero con estilo.

Sawyer: Segunda pregunta:

¿Qué querías ser cuando eras niña?

Número desconocido: Astronauta.

Me duró hasta que descubrí que había que estudiar física.

Sawyer: Comprensible.

Tercera: ¿Qué es lo más vergonzoso que te ha pasado?

Número desconocido: ¿En general o contigo?

Sawyer: …

Número desconocido: Es broma.

Una vez me caí por las escaleras del instituto.

Con una bandeja entera de comida.

Delante de medio colegio.

Creo que todavía tengo espaguetis en el pelo.

Sawyer: JAJAJA. ¿Y sobreviviste?

Número desconocido: Sí, aunque creo que mi dignidad sigue en la enfermería.

Sawyer: Cuarta pregunta: ¿Tienes algún secreto que nunca le hayas contado a nadie?

Número desconocido: Eso suena a chantaje.

Pero sí.

Y ya te contaré. Tal vez.

Sawyer: Me lo tomaré como un “sí, pero no hoy”.

Chica, eso es trampa. Tienes que contestar, pero estoy de buen humor.

Última: Si pudieras estar ahora mismo en cualquier lugar del mundo… ¿dónde estarías?

Número desconocido: En la azotea más alta de la ciudad. Con un chocolate caliente y una buena vista.

¿Demasiado cursi?

Sawyer: Para nada.

Número desconocido: ¿Y tú? ¿Dónde estarías ahora mismo?

Sawyer: No vale. Ya pasamos mi turno.

Número desconocido: Pero quiero saberlo.

Sawyer: No lo sé. Quizá… en una azotea, con una chica misteriosa que me cae mejor de lo que debería, y que no puedo dejar de contestar.

Número desconocido: Tú sí que sabes decir cosas bonitas.