Llega el día de la fiesta a la que Ryker las había invitado. Las jóvenes habían conseguido limar sus asperezas y ahora son las mejores amigas nuevamente, aunque no ha resultado nada sencillo, debido al carácter tan difícil que Sheriza posee. Después de haber insistido incesantemente, Violet y Avery consiguieron convencer a Sheriza para acudir a la fiesta, aunque no en compañía de Ryker y sus amigos. Las tres jóvenes ingresan al lugar de la fiesta, todo se encuentra adornado con luces llamativas y la luz blanca es tan tenue que en la obscuridad las luces son aun más llamativas, la música es fuerte pero con un buen ritmo para que puedan bailar, hay bebidas y bastantes personas, el ambiente es bastante agradable por lo que esperan realmente divertirse.
– ¡Sheriza, cariño me alegra tanto que vinieras! – comenta Ryker, que al percatarse de la presencia de la joven se acerca inmediatamente –. Pensé que estarías muy ocupada y no vendrías.
– Dije que tenía otros planes pero decidí cambiarlos, Ryker, de vez en cuando es bueno distraerse y ya sabes que soy impredecible – comenta ella de manera casual.
– ¡Eso me alegra enormemente, no imaginas cuanto! – responde Ryker sin ocultar lo emocionado que se encuentra, Sheriza sospecha que algo trama por lo que decide ser precavida y marcar su distancia.
– ¡No te alegres tanto, he venido para divertirme con mis amigas y no para hablar todo el tiempo contigo! – replica Sheriza entrecerrando sus ojos.
– ¿Qué amigas?– pregunta el joven con una sonrisa –, ¿Serán las que se han retirado a bailar en compañía de Peter y Anthony? Además, ¿Quién dijo algo de hablar?
– Ya veo, ¿Así que trazaste tu plan, Ryker?– cuestiona Sheriza cruzándose de brazos pensando en la manera en la que se librara del fastidioso joven –, ¿Y por si fuera poco, con ayuda de mis amigas?
– Ellas saben que estoy enamorado de ti, Sheriza, les pedí que te trajeran y nos dejaran solos para pasar algún tiempo juntos, siempre escapas de mi y esta noche no lo permitiré, cariño– indica al tiempo que quita del rostro de la joven algunos mechones de cabello, Sheriza se siente terriblemente incomoda ante la cercanía de aquel joven pero tiene que fingir.
– ¿Enamorado?– cuestiona con tono de incredulidad elevando una ceja para después reír de manera burlona –. ¡Por favor, Ryker! ¿Tú sabes que es el amor?
–Este no es lugar para filosofar, Sheriza, ¿Qué te parece si salimos de aquí para poder hablar?– pregunta con ese tono de conquistador que molesta tanto a Sheriza.
–De acuerdo, Ryker, después de todo por el momento no tengo más opción – responde sin ocultar el desagrado que le produce la situación en la que se encuentra.
La música es tan fuerte y comunicarse resulta difícil que para hacerlo es necesario gritar o mantenerse muy cerca y para Sheriza la cercanía del joven no resulta la más agradable. Siempre ha conseguido tolerarlo pero no más. Por Ryker siente un rechazo diferente al que siente por Alexander aunque no comprende la razón en ninguno de los casos; sin embargo, a diferencia de como hacía con Alexander por el bien de su popularidad en el colegio no podía decir de manera abierta que no toleraba a Ryker. Aquel joven es atractivo, popular y de buena familia por lo que todos esperan que ambos lleguen a estar juntos en algún momento siendo la pareja ideal; sin embargo, Sheriza no consigue mirarlo como algo más que un compañero de colegio.
Los jóvenes salen del lugar por la puerta trasera que guía hasta el impresionante jardín para poder conversar. Una vez que se encuentran en un lugar apto para hablar se detienen, la música aun puede percibirse pero con una intensidad menor permitiéndoles escuchar lo que dicen sin tener que mantener una proximidad tan grande ni alzar la voz como tenían que hacer en el interior además el aire fresco de la noche resulta bastante tranquilizador para Sheriza que comenzaba a sentirse molesta al no poder pensar la manera adecuada de librarse de la compañía de aquel joven tan insistente «Hay personas que no saben cuando rendirse y Ryker es una de ellas.» pensaba con fastidio mientras en su rostro mantenía aquella sonrisa falsa.
– Muy bien, Ryker, aquí estamos– comenta Sheriza rompiendo el silencio mientras observa al joven frente a ella–. Responde a mi pregunta.
– ¡El amor es lo que siento cuando te veo, Sheriza Russell!– expresa el joven acercándose más a la joven mientras con su mano acaricia la mejilla de ella.
– Eso no es más que atracción, Ryker y tú lo sabes muy bien, te dije que saliéramos porque no me gusta que las personas se encuentren tan cerca de mí, es como si invadieran mi espacio personal, ¿Podrías alejarte un poco? No me siento cómoda con tal cercanía.
– No puedo evitar querer mantenerme cerca de ti, lo que siento cuando te tengo tan cerca es indescriptible, deseo tanto probar esos labios tan hermosos – comenta él de manera directa incomodando mas a Sheriza.
– Pero no lo harás, Ryker– replica ella interponiendo sus manos para alejarlo–. Para poder hacer algo así primero debes conquistarme y aún no lo consigues, será mejor que regresemos al interior, he venido para divertirme y ahora mismo no me estoy divirtiendo en lo absoluto.
– Conmigo te divertirás, Sheriza, lo prometo, dame la oportunidad– pide tomando las manos de la joven.
– No, gracias, al parecer no podré divertirme por lo que será mejor que regrese a casa– replica la joven quitando sus manos y alejándose de Ryker para después avanzar de regreso al interior.
– ¡¿Qué tengo de malo?!– cuestiona el joven deteniéndola, ella gira para mirarlo de manera detenida guardando silencio por algún tiempo.
–Nada– responde aproximándose al joven para mirarlo directamente a los ojos–. Simplemente no me gustas, lo siento pero no me interesas, eres atractivo y seguramente tienes muchas cualidades, Ryker, pero no puedo obligarme a sentir algo que no se ha despertado en mí, no siento esa atracción, menos aun ese sentimiento que dicen, parece hacerte enloquecer.