Obligada a amarte

4.Un amor no correspondido.

Mientras me encontraba en el elevador de la compañía de la familia me tomé el atrevimiento de por fin ponerme en contacto con el mundo real, marcando el numero de Delta para ponerla al corriente sobre mi ultima gran hazaña.

 

—Juro que deberías haber visto  la expresión de pavor en el rostro de Parker cuando derrame el vino en su falda. No tuvo precio, fue tan magnífico poder por fin darle su merecido a ese condenado capullo que viene tocándome los cojones desde que tengo uso de memoria.

 

Una risita infantil resonó del otro lado y supe que había sido una sabia decisión no  haber entrado en  detalles los cuales implican  oír sus conclusiones estúpidas y equivocadas.

 

—Desconocía que los tenias— bromeó— Ahora entiendo porque no te cambiabas conmigo en las duchas en la escuela — añadió— Ya, en serio. ¿No crees que esta guerra se ha instalado entre  ambos es completamente ridícula?— inquirió— A mi parecer lo es, no he  conocido nunca a dos personas que se detestaran tanto como lo hacen ustedes  y si me pides mi opinión pienso que esta rivalidad era incluso inhumana, patética, aunque ya sabes lo que dicen por ahí… Los que se pelean…

 

Su comentario me hizo soltar una risa llena de sarcasmo.

 

—Por favor, deja de ser tan ingenua que no todas las personas son como tú y  no todos tenemos  padres cuya historia de amor nos ha inspirado a creer en unicornios y flores y duendecillos tocando en sus flautas alegres y ridículas cancioncillas.

 

—Oye— exclamó— Esto no siempre había sido asi. Mi padre fue un completo patán con mi madre al comienzo pero solo porque estaba enamorado de ella y no sabía cómo decírselo— añadió, justificándose.

 

—Pues,  ya no estamosen los 90 y eso de los enemigos a amantes era un estúpido cliché que se usaba nada más para vender libros que jovenzuelas como tu  consumía.

 

Mi afirmacion consiguió que ella sonara un gruñido que mas que sonar intimidante se escuchó fue similar al de un chihuahua enfadado.

 

—Apenas eres un par de meses más grande que yo — masculló— Dime, de verdad, ¿de casualidad eso no es lo que  que ocurre contigo y con Presen? Y si  la razón por la que te molesta está relacionado con ello. ¿Qué pasa si está completa e irremediablemente enamorado de ti? 

 

—Si, seguro es eso— bufete  con la intención de que se callase y dejara de hablar de esto—Cuando volvamos a vernos él se  pondría de rodillas y me pediría casamiento— sentencie. 

 

— ¡Hey! No hace falta que te comportes como una perra. Simplemente estoy tratando de darte una perspectiva para que tengas una explicación lógica  de este fenómeno que ha afectado prácticamente toda  tu  vida.

 

—No te lo tomes personal, Delly… ¿No tienes nada mejor que hacer? 

 

—A veces puedes ser increíblemente irritable. Estoy haciendo lo que puedo para ser una buena amiga contigo — afirmó.

 

Esto no sirvió demasiado ya que generó que la culpa se instalará en mí cuando mí conciencia me recordó que era básicamente la amante de su padre y la persona por la cual su familia podría disolverse.

 

—Hola? Veny, ¿sigues ahí? — murmuró y fue su voz la que me trajo de vuelta al presente.

 

— ¿Qué?

 

—Has estado callada como cinco minutos y me preocupas cuando haces eso. Usualmente nada bueno viene después de esto.

 

—Te daré un consejo, ¿si? Abandona tu mundillo de fantasía.No protagonizamos una condenada película de Hollywood de los 50 , y no existe  posibilidad alguna de que un romance entre Preswen y yo surja.

 

—Nada es imposible— respondió, haciéndole caso a mi mal humor que estaba materializandose en nuestra charla— Ya de por sí “imposible” trae consigo la palabra posible. 

 

 Podía imaginarla con su pecho hinchado de orgullo al recitarla. Ella definitivamente no tenía arreglo, tal vez por eso nos complementamos tan bien. 

 

—Te suplico que dejes esas frases  de Audrey Hepburn que lees en Pinterest porque ni siquiera  tienes la certeza de que las haya dicho.

 

Delta soltó un suspiro dramático y de fondo  su licuadora había iniciado a hacer un ruido infernal que no me permitía concentrarme. Aparte su actitud me estaba sacando de quicio—

 

—Es por esto que en la escuela no eras popular, por eso porque llevas el mismo nombre de la hermandad que habían conformado los “clones” para diferenciarse de los hombres. 

 

Los clones eran esas chicas con las que íbamos a clases y quienes tenian esa tendencia a ir vestidas iguales, peinarse a la moda y utilizar las mismas frases trilladas sacadas de esas insulsas revistas de chismes que se reúnen a leer durante los recreos.

 

Yo jamás había sido una de ellas…Por suerte.

 

—O puede que por eso lo tuyo con Marcus no duró — plantee— ¿No tienes noticias de él?

 

—N…No. Lo último de lo que me he enterado es que esta viajando por las Islas Maldivas con su súper esquelética novia.

 

Hubo algo en esto que me llamó la atención. Estaba al tanto de lo mucho que había sufrido mi amiga a causa de su apariencia y esa necesidad de seguir los estereotipos impuestos por la sociedad de la que formábamos parte. Lamentablemente yo había atravesado lo mismo, por fortuna esos días habían quedado atrás de mi o eso esperaba. 

 

— ¿Cómo vas con eso? — susurre,  dejando a un costado mi actitud, comportándome por fin como una persona decente.

 

—He tenido recientemente uno de esos episodios luego  de un atracón de comida— hizo una pausa— Descuida ya he agendado una cita con el médico y con mi psicólogo.

 

Asentí, en vano porque ella no estaba allí para verme.


 

—Te prometo que ahora que estoy en la ciudad ire a tu casa y lidiamos con esto juntas— y al aliviar el ambiente tras percatarme de su cambio de ánimo  retome esto donde lo habíamos dejado— Posiblemente si no tuvieses una idea tan irreal del amor tu podrias estar en ese lugar paradisiaco con el.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.