Obsesión

19.

 

 

 

Capítulo 19. 
 


 

Sunshine despertó al otro día pidiendo un poco de miel con limón ¿para qué? Pues no tenía la menor idea, sin embargo Safira mando a que le trajeran y la guardiana del sol se sentó en su camilla y tranquilamente comió lo que había pedido a pesar de las miradas preocupadas que tenía sobre ella. 
 


 

Cuando terminó la última gota que quedaba en la pequeña taza nos miro tranquilamente, la directora se levanto de golpe de su silla ubicada justo al lado izquierdo de su hijo y se acercó lentamente junto con Tela para llevar a cabo una revisión. La rubia me sonrió desde su cama mientras era revisada por la enfermera, lentamente eleve mi mano libre y la salude pacíficamente a pesar de que por dentro estaba hecha un manojo de nervios. 
 


 

Mi noche se resumía en una sola palabra: Fatal. Después de llevar a Kaztiel a la enfermería y descubrir que alguien había lanzado un hechizo sobre él, Tela prácticamente me rogó y obligó para que me quedará y tratara de ayudarla a descubrir que tipo de hechizo parecía tener el lobo. 
 


 

Con un fuerte suspiro había aceptado su pedido y después de hacerle saber que aceptaba con la única condición de saltarme las aburridas y molestas clases. Kaztiel despertaba por momentos gimiendo y quejándose en medio de los delirios que le producía la fiebre que era casi imposible de tratar. No fue hasta que probé usando un hechizo de hielo que la temperatura "bajo", ya de por sí el cuerpo de un hombre lobo es lo suficientemente caliente. 
 


 

Y ahora de nuevo hacia de niña buena mientras soportaba el toque hirviendo del lobo, que en algún momento de la noche tomó mi mano entre la suya y se negaba a soltar. 
 


 

De cierta manera había una pequeña espinilla en mi corazón que punzaba cada vez que mis ojos daban con su pálido rostro y sus ojos cerrados. Algo en mi anhelaba que los abriera y me mostrará sus intensos ojos del color de la lava. 
 


 

— ¿Dónde esta Elizabeth?— preguntó Fleur abriendo lentamente la puerta de la enfermería, su plateada cabellera cayendo a un lado de forma graciosa. Su madre, que en ese momento se encontraba sentada tranquila al lado de Sushi, giró la cabeza de golpe y soltó un fuerte gruñido. Di un pequeño salto en mi lugar sorprendida. — ¿Porqué me miras de esa forma, mamá? 
 


 

— ¡Hola Fleur! — exclamó la rubia mirando a la peliblanca. A pesar de no ser consiente de lo que había sucedido para que Kaztiel fuera su compañero de enfermería, Sunshine rápidamente había notado que algo no andaba bien con solo ver el rostro de la directora. 
 


 

Sushi también se encontraba algo pálida. Demasiado pálida en comparación con su tez bronceada natural y su largo y brillante cabello rubio carecía de brillo y de las extrañas estrellas que usualmente flotaban alrededor de su cabeza. Pero a pesar de tratar de lucir tranquila el ambiente a su alrededor decía todo lo contrario. Sunshine estaba muy asustada, y las flores que estaban en el jarrón de su mesita me lo confirmaron, se habían marchitado. El aura de la rubia, que normalmente brillaba en tonos amarillos, rosas pasteles y dorados se había tornado opaca. 
 


 

Era como si la sombreada se hubiera tragado toda su vitalidad. 
 


 

Fleur se acercó a Sunshine y la saludó de forma amistosa, pero en su rostro se notaba claramente que quería un explicación del porque la novia de su hermano no había venido a lloriquear a la enfermería todavía. 
 


 

— No te sigas preguntando porque esa mosca no anda revoloteando por aquí. — gruñí tratando de liberarme del agarre del lobo, sin embargo lo único que conseguí fue que la fuerza de este aumentara causando que soltara un quejido. — ¿Éste se piensa que soy su maldito peluchito o que? 
 


 

Tela soltó una carcajada al ver mi cara ceñuda. Pero, ¿a quien en su sano juicio le gustaría que el chico que te ha estado lastimando día tras día te tenga tomada de la mano y se niegue a soltar el agarre por más de cinco horas? 
 


 

Pues yo misma lo contesto: ¡A nadie! 
 


 

¿Y él que se había creído? ¿Que solo porqué estaba enfermo y lo había ayudado, cosa de la que comenzaba arrepentirme profundamente, lo iba a perdonar tan fácil después de todo lo que había hecho? ¡Ni loca! ¡No! Si supiera que esto iba a pasar lo habría dejado tirado en medio del pasillo. 
 


 

— Cariño no pongas esas cara, deja que sostenga tu mano un rato más. — Tela me sonrió tratando de darme ánimos, pero lo único que yo quería era cortarme la mano para escaparme del lobo y buscar un buen lugar para dormir. La cabeza me estaba matando. 
 


 

Un fuerte ruido se escucho por toda la habitación. Baje inmediatamente la cabeza en dirección y mire mi estómago. Vale, que tampoco había comido nada y me estaba partiendo del hambre. 
 


 

— Le diré a Félix que te traiga algo.— habló Safira mirándome con una pequeña sonrisa. Sus ojos por alguna razón habían comenzado a ser más suaves y menos duros cada vez que me miraba. 
 


 

¿Acaso se sentía agradecida por lo que estaba haciendo por su hijo? 
 


 

— Gracias. — le sonreí viendo como sacaba su celular y tocaba rápidamente la 
pantalla. 
 


 


...
 


 

— No entiendo porque mi hermana tiene que estar cuidando de esté idiota. No lo merece. — gruño Ander revolviendo con la cuchara la sopa que había traído para mi. 
 


 

— Ya Tela te ha explicado... ¡Mhmm! — trate de masticar la comida que había metido Ander a la fuerza en mi boca mientras hablaba. Trague grueso. — ¿¡Quieres ahogarme!? 
 


 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.