- Ok, yo ya por fin termine, así que espero que tengas cardio aspirina para cuando tu guapetón te vea se tome una para prevenir un infarto.
Dios te escuché mana, Dios te escuché.
- claro por aquí las tengo. Digo riéndome.
Le voy a contar qué él maquillaje que me hizo esta muy bello pero a la vez súper natural.
- Pero ya ven tomame la foto. Que te vas a hacer famosa con mi rostro.
- Si claro, como tú digas jajaja.
- Y tira una de cuerpo completo para mí Instagram.
- Si señora......Responde muerta de risa.
- Jess, es para ayer la foto...... Le digo sería a la que ella me pones los ojos en blanco, para después reírse.
- Bueno nos vemos Este.
- Adiós jess y gracias por tu excelente trabajo como siempre.
- Apoco no soy la mejor. Yo le aviso a tu guapetón que ya estas, lista... Me dice con una risita traviesa, mientras salé del cuarto.
Y yo le respondo poniendo los ojos en blanco.
Ahora bien quiero aclararle algo, si disfrute él tiempo que pase con Jess, me encanto él vestido y me reí mucho con ella, pero no crean que se me olvido él estúpido ese y por esa misma razón fue que me porte tan entusiasmada con ella por que si no recuerdan sus palabras fueron muy claras, la novia más enamorada, y todas esas estupideces que dijo pero lo más importante tiene a Ana. Y aunque las risas fueron genuinas con Jess no quiere decir que con él también.
Erick
Dios, esa ducha si que me ayudo un poco con mi amigo aquí, pero bueno eso ya no importa, lo que ahora importa es que mi chica y yo estaremos juntos.
Un poco de perfume y estoy listo, ya es hora de que me vaya para donde mi pequeña seguro ya están por terminar.
Y si que tenia razón por que cinco minutos después de llegar, salió Jessie de la habitación.
- Hola señor novio, ya este esta lista y desesperada así que, ve por ella y que pasen una ¡mágica noche!.
¡Si que será mágica!.
- Gracias Jessie, que pases buenas noches.
Veo como se va despidiéndose con las manos a lo que la imitó.
Ya cuando la pierdo de mi radar voy directo a su cuarto y vaya Dios que belleza.
Me quedo en él marco de la puerta admirando como ella se ve en su espejo, dios se ve espectacular.
Me quedo un poco más viéndola, esta tan metida en sus pensamientos que todavía no sé ha percatado de mi persona pero ya es tarde así que es hora de irnos.
- Preciosa, espectacularmente preciosa, Sabes ya no estoy segura de querer que vayas con ese vestido.
Se, espanto pero desde que me ubicó por él espejo puso mala cara.
- Sabes lo que pienso yo de eso.
- Dime pequeña que piensas.
- Pues que me vale madre, tú y tus pensamientos se pueden ir a la mierda.
Chasqueo mi lengua y le digo
- Esa boquita mi amor esa boquita. Pero como sea, ya no vamos.
- Sabes a mi no me importa, yo de aquí no me muevo hasta que me busque comida.
Me dice mientras se sienta en la cama con sus pies cruzados.
- Ok bonita, entonces vamos a cenar ven.
Le digo mientras le tiendo la mano, la cual ella obviamente rechaza.
Cuando estamos por salir de su casa veo su teléfono él cual apagó y guardó ya mañana me encargo de hablar con ella sobre el, y unas cuantas condiciones.
- Y bien bonita adónde quieres ir a comer... Le pregunto mientras le abro la puerta del copiloto.
Estefany
¡Nada estúpido!, lo que no quiero es estar. contigo.
(Cuando te convenzas a ti misma, me lo haces saber, por que, ni tan siquiera tu misma té lo creés), o través tú, como te gusta ¡joder!.
Veo como da la vuelta y se monta en él a ciento del, conductor y joder se ve exquisito en ese traje hecho a la medida que además está combinado con mi vestido, Dios está para chuparse los dedos.
- Sabés.
¡Joder! es que hasta su vos es caliente.
- Una foto te duraría más.
Y hay, tiró toda la magia por él caño.
- Sabés me gusta mucho la fotografía, como para mandar todo lo que me provoca, solo por una horrible foto tuya. Por que creeme cuando te digo que ¡horrible! te queda poco.
- ¡¡Touch!!.
Yo solo me dedicó a poner los ojos en blanco.
- Pero ya dónde quiere que vayamos a cenar.
- Ya no quiero. Le digo haciendo un puchero.
A lo, que él sonríe de lado.
- Como tú quieras pequeña. Me dice mientras me va un beso en la mano, la cual retiró de una vez.
A lo que él suelta una deliciosa carcajada.
Dios me ayudé a no caer en tentación ya que este papacitó no me ayuda.