Obsesiones que matan | Serie: Sqm 1

4. Tu intromisión me asfixia

» Me convertiré en tu jodida sombra, desde la noche hasta el amanecer. Nena lo sabes y te gusta «

Septiembre 12, 2020

Hoy es sábado y como la universidad casi succiona mi vida me permito dormir hasta la tarde, son casi las 11 am creo. Pero, aunque esté muy cansada mi cuerpo no me permite dormir más y busco hacer algo en mi casa.

Me preparo cereal como desayuno; la vieja confiable nunca falla y miro el buen YouTube. Eh estado pensando en aprender portugués o italiano y que mejor maestro que YouTube. Agregar otro idioma a mis habilidades no estaba mal, talvez así tendría mejores oportunidades cuando tuviera mi título de abogada y podría irme muy lejos de aquí.

Literal, aquí hay vídeos de todo tipo. Pero me entretengo escuchando música, pero malditos anuncios me cortan el sentimiento. Maldito YouTube premium es demasiado caro y mi economía muy limitada.

Limpio la sala y la cocina, todos los días la limpio así que siempre está en orden, el polvo es mínimo. Todo lo hago solo porque cuando vives solo no hay momentos tan emocionantes, solo si contamos cuando te toca desempacar algo nuevo que compraste o alguna lucha infernal con un bichito volador.

Cuando ya todo está en orden como me gusta, me tiró al sillón con mi teléfono claro está, es obvio soy generación z. Mi aburrido día se alegra cuando recibo una notificación de Joana Marcus. Joder a actualizado luces de febrero, maldito Víctor yo sé que ama a Ellie, y papi Jack es como el vino, entre más viejo más bueno.

Termino de leer el capítulo y ese pequeño momento de mi vida que llamo felicidad desaparece, ahora a esperar otra semana para que actualice de nuevo. Esa chica sabía cómo tenerme en sus manos y sufriendo.

Miro la hora y son las 2:10, no me preocupo en pensar que almorzare porque literal recién desayuno, así que subo a mi habitación. Me dirijo a mi clóset y sacó una toalla para ducharme, me quito la ropa y la dejo en el cesto en una esquina, entro al baño y obvio me baño, dejo que él agua fría me recorra la nuca y la tensión acumulada sea lavada.

RAN

Al maldito buzón, era la cuarta llamada que entraba a buzón, ni siquiera lee mis mensajes, ya estaba cabreado con ella. Me veo obligado a ir hasta su casa cuando no responde mis llamadas y mis mensajes, desde ayer viene evitándome. Y pensé en darle un tiempo para que asimile esto. Ha pasado un día entero, creo que fue suficiente, me desespera que me rete de esta forma, estacionó el auto frente a su casa viendo la ventana cerrada pero la cortina semiabierta, eso es suficiente prueba para saber que está en casa.

Cruzo toda la entrada hasta el poche y tocó su puerta, una y mil veces y nadie sale, busco la llave de repuesto en la maceta, pero no está. Puedo tirar la puerta de una patada, pero eso solo la pondría más enojada. Hace tiempo no hacía esto, pero ella me obliga. Escalo el árbol que está a un lado de su casa, su ventana está a medio abrir, la abro completamente y entro por ella. Piso el suelo sin hacer ruido, escucho la regadera abierta y luz salir de debajo de la puerta de su baño, se está duchando.

Recorro su habitación, solíamos hacer pijamadas y ver películas hasta tarde, la miraba dormir y mi mente imaginaba que en esa misma cama algún día le haría el amor, que la tendría debajo de mí, con su bello rostro desencajado por todo lo que le haría sentir.

Me tiró a su cama y entierro mi cara en su almohada, huele a su shampoo de coco, al igual que su piel. Me siento en el sillón junto a su cama en el rincón de su habitación que me deja ver toda la pieza desde mi asiento. Y espero a que salga del baño.

Me encantaba estar en su habitación, se sentía acogedor. Era diminuta a comparación de la mía, pero más llena de vida. Con las paredes pintadas de color crema, tenía una estantería blanca con muchos libros que siempre dejaba a la mitad cuando la afición por ellos se le iba y compraba uno nuevo.

Becca era así de pésima para terminar las cosas, tenía una mente muy dividida. La concentración de un pez no le ganaba, eso sí; era la mejor intentando lograr lo que quería. Su cama con muchas almohadas en ella, lo más estúpido era que al dormir prefería tirar todas al suelo y solo conservar una.

Su tocador con maquillaje y muchos perfumes, ni siquiera se maquillaba seguido y prefería un perfume de rosas y frutos. Su clóset lleno de ropa de muchos estilos, aunque lo que nunca podía faltar esa una pieza formal. Becca era así de predecible ante mis ojos.

BECCA

Quito el tapón de la ducha para que toda el agua se vaya por la tina, me enrollo en una toalla calentita y Salgo del baño, me dirijo a mi clóset para elegir mi ropa, ahora mismo solo una toalla abraza mi cuerpo y el frío en Canadá digamos que no perdona. Cuando abro la puerta del clóset en el espejo que está empotrado en el, se refleja Ran.

Sentado en el sillón junto a mi cama, con las piernas cruzadas una encima de otra y recostado con los brazos extendidos viéndome con una sonrisa, salto del susto y ahogo un grito. Un poco más y hubiera roto el espejo con lo espalda.

—Oh Dios ¿Que carajos haces aquí?, como entraste.

El con su dedo señala la ventana abierta y mi mente ya sabe que escalo el árbol y entro sin problemas. Postada: cortar ese estúpido árbol. Él es impresionante y no lo digo como un cumplido sino como todo lo contrario para que lo sepa el capullo.




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