Obsesiones que matan | Serie: Sqm 1

7. Cosa de hermanos

» La verdad es que me importa una mierda... estoy demasiado jodido por ti, carajo me tienes en tus manos. Aun cuando no estás, siento que tus cadenas me asfixian... ámame mientras me matas lentamente «

Septiembre 20, Domingo

Hago una mueca cuando no puedo terminar mi informe que tengo por tarea, bueno ni siquiera lo había comenzado. La carrera de Derecho es bastante demandante y me hace cuestionarme por qué la elegí.

Me frustró y paso mis manos por mí rostro intentando obtener más ideas para llenar las 50 hojas que debo de redactar. Por suerte el profesor es muy considerado y nos ha dejado hacerlo a computadora.

Oh sino cuando demonios terminaría de escribir, de primero se me rompe la lapicera o el dedo. Eso sí, uno de los dos sería la víctima de la sobre explotación estudiantil.

—Adoro ver tus expresiones nena, pero parece que no la estás pasando nada bien ¿Sucede algo mi ángel?

Dice Ran en tono divertido y se me había olvidado que el estaba aquí. Y claro estamos en su habitación. Él también tenía tarea y para pasar tiempo juntos o mejor dicho "vigilarme" me propuso venir, me indignaba que Ran me creyera estúpida al ponerme una excusa tan banal como esa.

Aunque a la vez es mejor que estar sola en mi casa o al menos eso pensaba semanas atrás antes de enterarme los horrores que ha hecho. Me frotó los ojos y suspiro antes de abrazar mis piernas y hacer un puchero.

Crease o no... a mis veinte años aún me frustraba no poder hacer la tarea y hoy no estaba mamá para ayudarme como con las maquetas del colegio.

—Solo no encuentro un tema que me convenza para mí informe —cierro mi laptop— siento que todo lo que se me ocurre ya lo he hecho en trabajos anteriores o que es demasiado predecible.

Me tiró hacia atrás en el suelo cubierto por una alfombra de algodón negra, acariciándome el puente de la nariz, canto entre dientes una canción que no se me salía de la mente "Fallen Ángel, Three Days Grace"

—Se me ocurre que puedes hacer como un resumen de las leyes más importantes y poner algunos casos que hayan sido impactantes. O uno de leyes que son obsoletas y deberían ser eliminadas poniendo los pro y contras.

Me reincorporo al escuchar sus propuestas bastante interesantes, aunque la última es la que me termina de gustar más que la primera.

—Eso suena bien —lo pienso unos segundos más y la idea sigue pareciendo genial, le sonrió satisfecha— gracias.

—Estoy para ayudarte mi ángel —me guiña el ojo y vuelvo abrir mi laptop para seguir con mi proyecto después que todo el entusiasmo volviera a mí.

Pongo manos a la obra para consultar tantas fuentes de información como me son posible, por momentos recibo correos de Ran con enlaces a otras páginas que son de mucha ayuda, agradecía que se hiciera un tiempo con su tarea para ayudarme con la mia.

RAN

Escucho sus dedos presionando con rapidez el teclado de su laptop y me hace sentir bien al haberle sido de utilidad, yo sigo ajustando un nuevo trato de exportación que presentaría en una junta próxima en Portugal con nuevos aliados comerciales.

También estaba revisando las exportaciones de cocaína, metanfetamina y cannabis que habíamos logrado pasar de forma segura al territorio y de que forma la íbamos a comercializar.

Debíamos aprovechar la fama que había surgido sobre los narcóticos en el último tiempo, pensaba pedirle ayuda a uno de mis amigos... no quería involucrar por el momento demasiado a Reimon en esto, talvez en un par de años, pero hoy no.

Ambos volteamos a la ventana del balcón al escuchar la moto de Reimon estacionarse afuera. Ya era tarde casi las diez y no lo había visto en todo el día. Eso ya era bastante extraño, al menos cuando estamos separados solemos mandarnos un mensaje o llamarnos para mantenernos al tanto y evitar preocuparnos uno del otro.

—Tengo algo de que hablar con Reimon, vuelvo en seguida. —me pongo de pie para salir de la habitación.

Voy escaleras abajo y Reimon apenas cruza la puerta principal, viene con chaqueta en mano y su casco lo pone sobre la mesa del recibidor, tambalea un poco sobre su eje, pero se sostiene de la pared hasta fijar sus ojos en un solo punto.

Había tomado.

No demasiado como para no saber lo que hace, pero su ánimo no lo ayudaba a estar en sus cinco sentidos, aun así, manejo hasta acá.

—¿Día difícil? —Le preguntó cuando pasa a mi lado y no me saluda, el olor a cerveza se siente más fuerte y había algo de nicotina también.

—De la mierda.

Es lo único que me responde y sigue de largo a su habitación ahora caminando con mejor equilibrio, lo sigo y cierro detrás la puerta cuando el tira su chaqueta a la cama y se quita la camisa para ir al clóset por otra más fresca.

—¿Quieres hablar? —Me recuesto contra la puerta cruzado de brazos.

—No.

—Soy tu hermano, pero no siempre se lo que te pasa Reimon —me mira y tensa la mandíbula— Siempre hemos sido solo tú y yo, sabes que puedes decirme lo que sea.

Me mira y después se voltea para patear una silla al costado de la habitación... respira con rabia y centra su vista de nuevo en mis ojos solo para decir una cosa y no cualquiera.




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