Océano de amor

Capitulo 2

La noche fue placentera para todos en aquella tripulación. Los que se quedaban de guardia cumplían perfectamente sus funciones mientras que los demás dormían tranquilamente.

Gracias a que el capitán una persona muy accesible, el buen ambiente florecía. Eso no quería decir que fueran holgazanes o conformistas. Todos cumplieron perfectamente sus funciones en aquella tripulación.

En el equipo había personas de campo, científicos, médicos, ingenieros, todos eran una parte fundamental en aquella experimentada fortaleza naval. Dentro de la marina había varios equipos que pertenecían a la misma base, todos repartidos en distintos barcos con un capitán regente, pero todos ellos rendían cuentas al almirante de la base que se encontraba en tierra.

El barco donde viajaban Alexander y Rut, llegaba una vez por semana a esta base. Su nave estaba calificada para hacer recorridos ambientales, buscaban anomalías en el mar o situaciones que ameritan una investigación. Pero todos ellos estaban perfectamente entrenados para el combate y primeros auxilios, eran una tripulación completa.

Todos ellos habían pasado muchos años juntos, al ser expertos reunidos en la embarcación, eran requeridos para esas misiones. También había personas nuevas que asistían en la cocina o limpieza, pero todos ellos tenían oportunidad de ir creciendo en la organización.

Se había logrado formar un gran grupo en donde la mayoría de sus miembros se apoyaban unos a otros.

Todos ellos descansaban muy bien esperando el siguiente día rendir al máximo, a excepción de Alexander que pasaba por un sueño inquietante que le impedía despertar, era uno de esos sueños que por más que se desea no podemos abrir los ojos y estamos consumidos por una pesadez abrumadora. Experimentó aquella pesadez toda la noche. La sudoración se hizo presente, además de movimientos bruscos en largos períodos, pero ninguno de sus compañeros se percató. Él tuvo esa experiencia toda la noche.

En el sueño, él se veía en otra época. Algunos lugares que solo había conocido en fotos, mientras que otros jamás supo de su existencia. Él era como un espíritu que se deslizaba por todos esos lugares como si buscara algo. Un espíritu en pena, le dirían algunos conocedores. Pero en ese caso, él no sabía qué buscaba. Solo se dejaba llevar por un viento intenso que tomaba el control y lo desplazaba a gran velocidad. No podía detenerse e incluso gritaba algo mientras dormía.

Se despertó cuando el agua fría de una bandeja cayó sobre su rostro. Se levantó rápidamente mostrando dificultades para respirar pues parte del agua entró en su nariz.

—Qué te pasa?—Le gritaba desconcertado a su compañero.—¿Por qué hiciste eso?

— Deberías agradecerme.—Le respondió su amigo Raúl.—Hace más de 30 minutos deberías estar levantado en el pase de lista. Además te intenté despertar y no reaccionabas, tuve que cubrirte en el pase de lista, dije que te sentías mal y que estabas en el baño. Cuando volvió aquí, te escuchó gritar y por más que traté tú no despertabas.

—No puedo creer que eso haya pasado.—Se secaba un poco y se agarraba la cabeza.—Estaba teniendo un sueño muy extraño que no me permitía despertar.—Se levantó de la cama.—Estaba yo diambulando como tonto por varios lugares pero las personas, las sensaciones, hasta la brisa del aire parecían tan reales que me sentí parte de ese lugar.

—Luego me contarás tus historias en sueños, ahora debemos reportarnos en la cubierta.—Lo apuraba dándole la ropa.—Hay un problema y nos requieren a todos ahí.

—¿Qué tipo de problema y por qué estás tan agitado?

—Cámbiate, te contaré en el trayecto a la cubierta.

Un poco curioso, Alexander se cambió como de rayo pues sabía que había hecho una falta importante al no levantarse al pase de lista. Estaba apenado y agradeció a su compañero el respaldo que le ofreció.

Cuando se cambió salieron rápidamente y le pidió a su amigo le contara lo sucedido.

—Es algo increíble.—Le dijo mientras subían rápido por las escaleras.—Una tormenta muy extraña llegó aquí en la noche pero se quedó quieta en el mismo punto durante varias horas ya. Lo raro no es solo que se quedó sin moverse sino el color púrpura que se ve en la parte de arriba, rayos y relámpagos salen sin control. Tienes que verlo tú mismo.

Los dos aceleraron el paso y al fin llegaron a la cubierta. Lo que su compañero le contó era verdad. Un conjunto de nubes se habían apilado a una corta distancia como si estuviera esperando que el barco se uniera a ella. Caminaron a donde todo el escuadrón se reunía en fila.

—Buenos días señor Salmonela.—Se dirigía el teniente en jefe a Alexander.—Espero siga mejor de su situación estomacal.

—¡Si señor, pido disculpas y me pongo a sus órdenes!

—Estamos en espera, el capitán está analizando la situación sobre esa tormenta.—Volteó en dirección al fenómeno.—Debe saber que ante dicha situación el capitán ordenó enviar un bote con personal de reconocimiento para analizar qué tipo de tormenta es esa. Le interesará saber que en ese escuadrón está su novia, la señorita Gómez.

Alexander cambió su semblante a uno de preocupación, él más que nadie sabía lo intrépida y aventurera que era su novia y no podía imaginar una peor situación. Por su cabeza pasó pedir un bote para ir él mismo y verificar que su novia estuviera bien. Pero el código y el acuerdo con el capitán de no hacer nada imprudente por la relación lo mantuvieron en línea.

Solo observaba con mayor preocupación, igual que todos los demás, el bote donde su novia estaba haciendo la misión de reconocimiento. El capitán estaba observando con su telescopio pero la visión no era clara, los rayos púrpuras eran muy intensos. Solo se escuchaban comentarios como que era un fenómeno nunca antes visto y que se levantara el reporte para que enviaran más meteorólogos.

La tranquilidad se esfumó cuando la tormenta empezó a moverse nuevamente, en esta ocasión lo hizo para acercarse más al barco. En ese trayecto estaba el bote con el equipo de reconocimiento. La tormenta avanzó tan rápido y ferozmente que solo pudieron contemplar como pasó por ahí partiéndolo en dos y luego hundiéndolo para nunca más salir.



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Editado: 24.03.2025

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