Capitulo 7

—Tu intento de acción rebelde me ha dejado mudo.—Movía sus manos mientras hablaba.—Estos ancianos cometieron alta traición hacía mí al ocultarme la ubicación del tesoro que un colega mío vino a enterrar hace unos meses. Ese colega les dejó las indicaciones a ellos, encontramos unos planos incompletos en su choza. Entonces debo entender que sacaron mi dinero y se lo han gastado o simplemente lo tienen escondido. Como comprenderás no pienso quitar la tierra de toda la isla para buscarlo. Fuí bueno y les di la oportunidad de hablar, pero ellos rechazaron mi nobleza así que tenían que pagar con su vida. Entonces apareces tú, intentando evadir mi palabra y los liberas de su castigo. Debo preguntar el ¿Por qué?, ¿son tus amigos o solamente te crees un héroe?

—Yo no conozco a esas personas, solo me pareció un acto de crueldad los verlos morir ahí enterrados como dos gusanos.

—Oh, es un héroe entonces.—Me dijo con burla.—Es la ley de esta tierra, me robaron así que tienen que morir.

—Una vida humana vale más que cualquier tesoro.—Le dije con rabia.

—¿Escucharon muchachos? Un poeta entre nosotros.—Todos sus hombres empezaron a reír junto a él.—En este mundo las personas son desechables, el dinero es el único rey que rige en estas tierras, si no puedes conseguirlo serás un parásito sin futuro condenado a la miseria. La regla es "quédate con el dinero antes que los demás, así podrás ser escuchado". Tú quieres imponer una idea pero no eres nadie para lograrlo, solo obtendrás burlas si lo intentas.—Se acercó a mi.—¿Quieres ser escuchado? Vuélvete a alguien poderoso entonces.

Yo me quedé callado, no supe que más decir ante él. Estaba claro que había llegado a un mundo diferente al que siempre conocí, o tal vez nunca vi todos los enfoques de la existencia.

—Además, mírate esa ropa, ¿De dónde vienes tú?—Preguntó mientras jalaba mi ropa con su sable.—Eres un forastero demasiado raro.

—Creo que es de un lugar bastante lejano.—Le complementó uno de sus hombres

—¿Y cómo llegaste aquí?

—Es algo difícil de explicar.

—Parece que el hombre héroe ahora es un misterio.—Reían de mí nuevamente.—Bueno eso lo solucionaremos después. Por ahora perdonaré tu ofensa siempre y cuando me digas algún dato sobre mi tesoro.

—Yo no sé nada, recién llegué a este lugar.—Me puse muy nervioso.—Siento mucho si te ofendí pero no puedo ayudarte.

—Entiendo, bueno yo lo siento más,—Se levantó del tronco.—Muchachos ya saben que hacer, que sufra lo suficiente.

De pronto un grupo de cuatro se acercaron a mí y me jalaron amarrandome unas cuerdas para después sujetarlas a un árbol. Su plan era colgarme ahí pero para mí fortuna llegaron algunos refuerzos…

—Déjenlo ir o abriremos fuego.—Era tu prometida quien hablaba mientras se formaba detrás de nosotros con otros tres compañeros que habían logrado sobrevivir.

Traían rifles y armas cortas. Se veían también cansados ​​y sus ropas algo desgastadas pero fuertes para ir a salvarme.

Algunos de los hombres intentaron avanzar para contrarrestar las amenazas de mis compañeros pero de inmediato abrieron fuego al piso muy cerca de sus pies y detuvieron su avance.

—Estos disparos fueron de aviso, los siguientes irán en ustedes si continúan retándonos.

El líder de los delincuentes observó detenidamente a la distancia, supo que las armas y las posiciones de sus adversarios eran superiores. Fue un hombre inteligente y ordenó que me soltaran. Cuando lo hicieron inmediatamente corrí a refugiarme con mis compañeros, tomé un arma corta de uno de ellos y apunté al enemigo.

—Tranquilos, hemos soltado a su amigo, ¿por qué no bajan sus armas y así podemos intentar llegar a un acuerdo?

—No haremos ningún acuerdo, tienen la oportunidad de seguir su camino.—Seguía hablando ella muy imponente.—Si intentan una nueva agresión les dispararemos sin piedad.

—Esta era una isla casi desierta, me inquieta saber de dónde han salido ustedes y esas armas.—Seguía hablando el capitán mientras retrocedía.—Si en algún momento quieres hacer negocios, busquenme en la costa.

Los demás siguieron a su líder retrocediendo y dirigiéndose a su barco. Nosotros no bajamos las armas hasta que los vimos lo bastante lejos y entonces nos fuimos al lado contrario de la isla.

—¡Que gusto me da verlos!—Exclamé muy emocionado.—No sé qué pasó, de repente desperté aquí y aparecieron esos hombres.

—Nosotros tampoco sabemos qué sucedió.—Me respondió Mario, uno de los compañeros.—Cada uno naufragó por lados diferentes y no hace mucho nos encontramos. Pudimos acercarnos a lo que quedaba del bote y pudimos tomar las armas que ahí había. No tuvimos suerte con la comida pero este lugar parece tener bastante para sacarnos del problema. Empezamos a recorrer más terreno, explorando y recolectando comida cuando Esteban te vio con sus binoculares a lo lejos. Entonces venimos por ti.

Después de escuchar eso, corrimos hasta cobijarnos detrás de unas rocas lo bastante altas para evitar ser vistos o atacados a distancia. Ahí mis compañeros tenían algunos frutos almacenados que acababan de recolectar. Comí un poco de ellos mientras seguía escuchando su historia.

—Esa tormenta nos acabó, el bote está destruido y no tenemos ni idea de en dónde estamos.—Comentaba uno colocando varias piedras en el suelo.

—Tal vez morimos y estamos en eso que llaman purgatorio o paraíso.—Se unía Carlos a la conversación mientras veía el mar.—Eso explicaría el cambio tan repentino de posición geográfica después de ser embestidos por esa terrible tormenta.

—Yo me siento bastante viva.—Dijo tu prometida mientras comía un poco de los frutos.—Creo que tiene que ver más con esa tormenta, como si nos hubiera trasladado a otro lugar.

—¿Un portal?—Pregunté un poco desconcertado.—Creo que puedo creerme todo ahora.

—Lo importante ahora no es como llegamos, si no qué vamos a hacer aquí.—Nos miró a todos como tratándonos de convencer de algo.—Estamos en este lugar, creo que es una nueva oportunidad de vida. No sabemos el cómo regresar y además a qué lo haríamos. Estamos probando un mundo nuevo con una libertad que jamás hemos tenido. Yo opino que nos quedemos aquí y hagamos una nueva vida.