Océano de amor

Capitulo 22

Pasaron algunas horas y la cercanía a su destino aumentaba.

El anciano recuperó algo de su fuerza y ​​se despertó. Al hacerlo le quiso dar un vistazo más a aquel lugar antes de salir. Seguía impresionado por lo que veía. No entendía del todo la tecnología ni sabía que era producto de la ciencia. Era una persona que lo vinculaba a la magia de los dioses.

Para él existían varios de estos seres a los que se lo podía atribuir. Estas deidades pertenecen a diversas culturas como la cananea, la romana o la árabe. Dichas culturas también habían viajado por el mar para instalarse en el caribe. En sus deidades más importantes adoptaron a Acetes, de hecho el viejo pirata llevaba una medalla de esa deidad. Pensaba que era una prueba más de que seres superiores dominaban el mundo.

Aunque su compañero nunca se proclamó como un dios o un ser superior, sabía que no pertenecía ahí.

Alexander era un marino y cómo tal creía en la ciencia y en el mar, pero aquel hombre profesaba la religión católica, aunque no era devoto. Pero en aquella situación rezaba a cualquier Dios que le ayudará a cumplir su objetivo.

Debido a esto su compañero sintió más cercanía hacia él y después de comprobar todas las cosas avanzadas que había en la nave, comenzó a repararlo cómo aliado y amigo.

Después de unos minutos decidió salir para encontrarse con su compañero que comía algunos frutos recolectandos y comida enlatada que él llevaba.

Alexander inmediatamente al verlo le ofreció comida. Se basó en los frutos porque no sabía si la comida en lata le funcionaria.

El hombre ayudó y se sentó con el para comer.

Lo hizo en el otro extremo, aún se sentía intimidado por su presencia, quería evitar cualquier conflicto con él. A pesar de que el marino se había portado muy amable, había algo que le hacía mantener la raya.

El cielo estaba despejado, a pesar de que estaba a punto de oscurecer el clima podía sentirse muy agradable aún. El viento se había mantenido constante, eso refrescaba a los que navegaban.

Las estrellas ya podían verse a pesar de que el sol seguía vigente, aún no era hora para ocultarse. Esos astros eran una fuente de orientación muy buena para todos los que se hacían al mar, por ello siempre tenían la costumbre de mirar hacia el cielo en repetidas ocasiones. Incluso Alexander con toda la tecnología y avances en esa rama, miraba al cielo para esto mismo y para relajarse. Tenía mucho tiempo sin ver las estrellas así.

El anciano disfrutó de la comida, en esta ocasión Alexander era quien lo miraba fijamente hasta que se atrevió a preguntarle.

—Puedes decirme los detalles de cuando viste a mis compañeros?—Le preguntó con un tono amargo.—Quiero saber qué pasó con ellos.

El hombre lo miró, habían acordado que él le daría la información una vez que recibiera el arma prometida. Pero dada la situación y que el viaje sería muy largo no le vió problema en contarle.

“Los ví en aquella isla, aparecieron de la nada justo cuando una tripulación pirata estaba sometiendo a un hombre y su mujer. Los bandidos habían ido por un tesoro que un colega les dijo que había dejado ahí a resguardo. El pirata pierna negra. Él estaba en sus últimas y le dijo al capitán pirata que le diera medicina y dinero, a cambio él le diría donde estaba el tesoro.

El capitán aceptó deshacerse de esas pertenencias por hacer el largo viaje y rescatar aquella monedas de oro.

Desafortunadamente no le salió cómo el quería. La pareja había gastado ese dinero, o al menos eso dijeron. No quisieron dárselo y como era de esperarse se puso violento y los atacó.

Fue ahí que llegaron esos hombres con armas como las tuyas, se veían cansados y desorientados, pero aún así fueron una amenaza.

Debo confesar que yo se todo eso porque era uno de esos piratas. Yo hice ese viaje para obtener el tesoro, en este mundo hay que ganarse la vida así.

Nos sorprendieron con sus armas, se veían muy extrañas. Ellos actuaban en equipo y pudieron hacernos frente a pesar de ser menos.

Tomaron al viejo y se refugiaron en su cabaña. El capitán nos ordenó seguirlos discretamente hasta que estuvimos lo suficientemente cerca. Ahí atacamos por sorpresa provocandoles una baja, pero eso lejos de beneficiarnos, nos perjudicó. Ellos salieron con todo lo que tenían, ahí fue que nos dimos cuenta del poder de esas armas y que no podríamos con ellos. El capitán nos ordenó retirarnos.

Fuimos a nuestro barca para recibir regalos, el capitán estaba muy enojado, no soportaba la idea de haber hecho ese viaje con las manos vacías.

Después de una intensa rabieta pensó que aquellas armas serían un gran botín. Recuperó la cordura y nos convenció de intentar robarlas.

Esta vez no se arriesgaría con un ataque frontal, necesitaba observarlos para encontrar su debilidad. Fue ahí que me seleccionó para seguirlos. Tenía que espiar y saber cuál era su debilidad.

A mí me dió mucho miedo pero también curiosidad. Siempre tuve esa ambición por lo desconocido y encontrar algo que me hiciera resaltar para no depender de otros piratas y ser su sirviente.

Me acerqué a la isla y recorrí el camino lentamente hasta que los volví a ver.

Observé mucho tiempo, ellos se veían perdidos pero tratando de adaptarse. Estuve cuando enterraron a su amigo, después de eso ellos se movieron de lugar.

En ocasiones me acercaba para escuchar su conversación y saber de dónde procedían, no entendí muy bien, solo supe que deseaban regresar, al menos dos de ellos, uno más quería quedarse.

Con el tiempo decidieron ir al mar. Ahí fue que pude observar el fenómeno del que hablaban. Apreció un portal mágico y ellos deseaban cruzar. Hicieron un bote pero no fue suficiente.

Después regresaron pero ya solo eran dos, otro había muerto.

Ellos no se rindieron, buscaron otra oportunidad y el destino se las dió. En esa ocasión se acercaron más a ese portal y cruzaron. No pude ver muy bien, mi catalejo no me dió la claridad debido a la tormenta y distancia. Lo que sí pude ver es que cruzaron e intentaron avanzar pero duel bote regresó. Ahí fue que ví que solo estaba ella, mostró un gran valor aunque su bote se rompió. Ella se quedó aferrada a esa tabla hasta que el mar se tranquilizó. Definitivamente el Dios del mar le ayudó a salvarse.



#1772 en Otros
#104 en Aventura
#315 en Joven Adulto

En el texto hay: #pirtas #romance #viajeeneltiempo

Editado: 24.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.