Todo empezó cuando un día mi madre desesperada me levantó rápidamente untándome el cabello con un tinte negro y la cara con ceniza, mientras lo hacía me daba instrucciones sobre como ir donde su amigo Dambel, me dió unos papeles para que me los guardara dentro del vestido, también una bolsita y me hizo pasar a un túnel de plantas que me llevaría a la plaza principal, como ya antes lo habíamos practicado, por curiosidad me quedé unos minutos observando a través de las plantas del túnel y vi como la arrastraban para amarrarla a un madero con leña en la parte inferior e inmediatamente le prendieron fuego a la vista de todos los habitantes del pueblo. Escuché como los soldados se preguntaban unos a otros:
- ¿encontraron a la niña?
esto me alertó y seguí con el recorrido que tanto ella me había indicado, escuchando cada vez más lejanos los gritos de aquella mujer que con tanto amor me había cuidado, en ese momento desperté y todo lo anterior empezó a ocurrir con detalle.
En ese tiempo los españoles y los países donde predominaba el catolicismo, estaban destruyendo lo diferente, las nuevas ciencias con sus descubrimientos que contradijeran lo dicho por la iglesia, lo pagano o todo lo que contradijera sus intereses y creencias entonces. Mi madre fue una de sus víctimas pues la habían acusado de hechicería; reconozco que poseía habilidades diferentes, pero ayudaba mucho a la gente, curando toda suerte de males incluso las que parecían imposibles.
Mientras corría no entendía porqué la estaban matando. Nunca olvidé ni su rostro, ni sus manos a pesar de estar tan pequeña cuando la ví por última vez.
Aquel hombre Dambel, el amigo de mi madre, era un hombre adinerado y de relaciones muy estrechas con la corona que siempre había querido tener el conocimiento acerca de lo que había mas allá de España refiriendose al otro lado del océano pues una vez encontró a un hombre de rasgos distintos casi muerto en las orillas del Atlántico hablando otro idioma y con muchos artículos de oro. Aquel hombre nunca aprendió español pero si aprendió a dibujar, sus dibujos eran como de otro mundo mostraban un paisaje edénico con seres parecidos a dioses viviendo junto a seres humanos. Según me contaron el hombre no vivió muchos años, el largo viaje a través del óceano Atlántico le dejaron secuelas muy graves en la salud que acabaron con su vida rápidamente. Debido a estos dibujos Dambel tenía en mente que al otro lado del óceano había un paraíso con muchas riquezas para explotar, pero nadie se atrevía a prestar sus barcos y sus hombres para comprobarlo.
Después de varios días,llegué a su casa, pero el invierno que últimamente era insoportable y nadie sabía la razón del fenomeno, me había causado la congelación de los dedos e igualmente quemaduras en muchas partes de la piel; solo recuerdo que abrieron la puerta e inmediatamente llamaron al doctor de la familia, quien me ayudó a recuperar con bebidas y ungüentos el calor corporal, también a sanar mis dedos, todos se salvaron menos el pulgar de la mano derecha, por lo cual me tocó aprender a ser hábil con la mano izquierda para hacer algunas cosas. Fue difícil mejorar por que mantenía con un constante llanto por la confusión que todo me causaba y como se sabe desde hace mucho tiempo el ánimo es la cura o la perdición del cuerpo.