Oculta por la venda

LOS PAPELES.

Tomó una semana para recobrar un poco el ánimo, entonces estando mas recuperada empecé a analizar con todos sus detalles el día cuando quemaron en la hoguera a mi madre y me preguntaba por qué, aunque al despertar le advertí a ella sobre lo que le iba a pasar, no se puso triste ni huyó conmigo en vez de eso se apresuró a ayudarme a escapar y no era por que no creyera en mí visión, porque ella sabía que mis sueños nunca fallaban más bien quería con ansías protegerme.

Mientras recordaba cada detalle para tratar de comprender la razón de su muerte recordé los papeles que me había entregado e inmediatamente perdí la paciencia, los busqué por la habitación que me habían asignado y no los encontré a pesar de haber buscado por cada rincón posible. Me pregunté: ¿los perdí en el camino mientras llegaba a esta casa? Me había tomado cuatro días a pie llegar a la casa de Dambel, también fue insoportable el frío que producía la nieve, pero sin tener reparos de esas anteriores situaciones, tuve el impulso de salir a buscarlos por todo el camino, pues eran demasiado importantes para mí esos papeles ya que por alguna razón me los había dado mi madre. Rápidamente me puse un saco grueso, una bufanda y medias gruesas, me dispuse a caminar rápidamente hasta la inmensa puerta de la entrada, pero cuando estaba justo al frente de ella e iba a abrirla… alguien me detuvo con su mano en el hombro, quedé plasmada por instante mientras escuchaba una voz insegura decirme:

­-No creo que sea conveniente... ya se le ha caído todo el tinte negro y se le ve el singular color azul claro que tiene por naturaleza, además el señor Dambel no le tiene permitido ni siquiera salir al patio.

Miré al sujeto y me dio una impresión horrible, tenia un hongo en la cabeza que le llegaba a la cara y daba la impresión de que era un musgo de color piel. Él se retiró contristado, pero para aliviar un poco su tristeza le pregunté:

- ¿Cuál es tu nombre?

- Me llamo Len - respondió e igualmente se retiró.

Después de que Len me dijo esa restricción por parte del señor Dambel me pareció muy extraño que, aunque habían pasado varios días nunca había visto a Dambel ni a nadie de su familia en la casa. Me fui a preguntarle a las cocineras sobre él y ellas me respondieron que estaba pintando una obra. También me contaron que no era extraño que se demorara tantos días creando sus pinturas. Pensé por un momento que eso hacía ver mi llegada a esa casa no tan importante, pues, no había mostrado interes en mi existencia, lo cual en vez de hacerme sentir mal, me dió paz ya que no quería ser el centro de atención.

Las observé hacer sus labores por un rato en silencio para no agobiarlas con tantas preguntas de seguido hasta que no aguanté y les pregunté:

-Escuché que él tenía hijos ¿ellos no se encuentran?

- Claro, ellos están por el extremo derecho de la mansión - afirmó una de ellas.

La verdad no me atrevía a ir hasta allá, el motivo de esto era no quererme encontrar con un ser extraño.

Pasaron muchas horas hasta que llegó la noche y me quedé mirando por la ventana y vi que se movían unas bestias grandes, pude identificar gracias a la luz de la luna que eran unos osos. Quedé impresionada… salí de la habitación para avisar lo que pasaba y el único que encontré fue a Len, esta vez no le tuve miedo. Mientras le contaba lo sucedido él me trató con ternura y me explicó que el mismo había soltado los osos también hizo saber que cada noche lo hacía, pues eran ordenes de Dambel.

¿Cuál es la razón para ser tan estricto? - Pregunté

Tal vez oculta algo – dijo.

Tiene que ser algo muy exótico – afirmé mientras pensaba.

Esa medida la impuso desde que llegaste – explico mientras me miraba a los ojos.

Noté enojo en su mirada de repente y me ordenó que me fuera a dormir empujándome suavemente la espalda hacia adelante. Me fui a la habitación y a pesar de mi mejoría  aún no estaba del todo bien pues me faltaban recuperar fuerzas, me dormí de inmediato, pero desperté temprano pues tenía curiosidad acerca de como guardaban los osos, ya que yo siempre los había visto como seres muy feroces y tercos cuando los exponían los italianos en los circos. Me asomé por la ventana y vi que Len los pastoreaba, dirigiéndolos como ovejas a una jaula de barras de hierro muy gruesas, pensé en lo equivocada que era la percepción mía ante esos animales.  Bajé al primer piso ( pues yo dormía en el segundo piso)  y sin que nadie se diera cuenta me fui a ver a los osos. Ya cuando estaba al frente de ellos, me vieron y de inmediato se comportaron distinto, con una salvajada que creí se iban a romper sus jaulas, corrí de vuelta a la mansión para no ser regañada porque tal vez por tanto ruido descubrirían que salí al patio. Cuando estaba adentro sentí mucha tranquilidad pues creí que nadie supo de lo acababa de ocurrir hasta que media hora después cuando ya estaba en la cocina desayunando una criada me dijo:

-¡Niña Nara!, el señor Dambel la llama está en su oficina

-Muchas gracias Avi -respondí preocupada.

 



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En el texto hay: ciencia, magia y amor, suspenso

Editado: 07.08.2021

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